¿Recuerdas de tu canción favorita? ¿La que cantamos esa noche...?
Si te veo de nuevo,
Te miraré a los ojos y
diré que te extrañé.
En un recuerdo extasiado
está lloviendo cuando baile sólo
Pero cuando esta niebla se despeje
estaré corriendo con mis...
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Taehyung esperaba a Heejin quien lo había citado en la cafetería donde siempre se reunía con ella y su hermano.
Miró por la ventana y justo allí la vio cruzar la calle... ella entró y apenas lo hizo, Taehyung se levantó de su puesta, con una sonrisa enorme la recibió.
—¡Hola noona! —sonrió nuevamente y le abrió la silla a la mujer.
—Hola Taehyung... gracias, eres muy amable. —dijo. Se sentó al frente del chico castaño.
—¿Quieres pedir ya? —preguntó Taehyung y Heejin negó. —
—No quiero, solo he venido a verte porque necesito decirte algo. —El castaño sorprendido por las frías palabras de su excuñada, y solo asintió.
—¿Qué es? ¿Pasó algo? —
—Sé que fuiste tu quien provocó el revuelto en la universidad de Jimin...
—Noona, no es así... cre-
—No malentendí nada, Taehyung. Hubo problemas entre mi hijo, Namjoon y yo, pero eso no te hacía participe en eso, no tenías derecho de hacer algo así, incluso si pasó lo que pasó, no tenías el minimo derecho de venir a humillar a mi hijo frente al publico, de todas las personas, no creía que tu fueras capaz de hacer algo así... por favor te pido que nunca más te aparezcas en nuestras vidas, espero que algún dia pidas perdón por el daño que le hiciste a mi hijo, si el amigo de Jimin no hubiera ido tras de él, mi hijo estuviera muerto y tu hubieras sido la causa más influyente y espero que esto te quede como cargo de consciencia para el resto de tu vida por ser inmaduro y egoísta, Taehyung... es una pena porque creía que tu eras mucho menos agresivos e impulsivo que tus hermanos. Adios. —dijo Heejin, se levantó de allí, dejando al castaño sorprendido, y desconcertado por lo fría que fue por primera vez Heejin.
Kim Taehyung se moría de vergüenza, miró al suelo y soltó una sonrisa incomoda, para luego tomar sus cosas e irse...
...
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—Muy bien Jimin... ¿quieres empezar a contarme el porque estás aquí? —dijo Sana, su psicóloga desde que fue un niño. Jimin sonrió levemente y bajó su mirada para después, dejar caer ligeras lagrimas sobre sus mejillas. — A tu lado tienes una cajita de pañuelos, puedes utilizarlos para limpiar tu rostro.
