¿Recuerdas de tu canción favorita? ¿La que cantamos esa noche...?
Si te veo de nuevo,
Te miraré a los ojos y
diré que te extrañé.
En un recuerdo extasiado
está lloviendo cuando baile sólo
Pero cuando esta niebla se despeje
estaré corriendo con mis...
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Si eran las tres o cuatro de la mañana, no importaba ahora, solo importaba ver la serena expresión en el rostro de Wheein, dormía plácidamente como una niña pequeña, soñando con los más hermosos sueños, tal vez, uno donde había cientos de cosas muy muy agradables, esperaba que Wheein los tuviera en ese entonces, no soportaría el simple hecho de ver como su ceño se frunce como advertencia de una pesadilla, quería que ella siguiere soñando con cosas lindas, agradables, cosas preciosas... sonrió apenas terminó de acariciar los azules cabellos de su mejor amiga quien dormía pacíficamente sobre su brazo, arrimándose a su pecho, buscando calor. Estaba cuidando de Wheein como si fuese la perla más brillante del mundo, como si fuera una rosa que estaba por marchitar y no volver a levantar, como el papá pingüino cuidaba de su cría... cuidaba de la dulce niña como si fuese su propia hija.
Un ligero frío le hizo estremecer, buscando la suave manta de dormir y cubrir el cuerpo ajeno y el suyo con aquella tela afelpada de color naranja. Besó la cabecita de aquella indefensa mujer que se aferraba a él como si fuera a escapar de ella y quedó dormido con una dulce melodía que rondaba su cabeza de Winter Bear.
Solo esperaba y anhelaba que mañana fuera mejor que hoy, que al menos una sonrisa se asomara por los labiales de aquella femenina y un pequeño, mínimo, destello se asomara en los orbes de color marrón.
Imagino a tu rostro
Diciéndome hola
Y es ahí cuando los días malos
No son nada para mí
Contigo
El amor que le tiene a la mujercita de cabellos azules era mucho más allá que el de una simple mejor amiga, era parecido, pero muy parecido al amor que sentía por mamá... Wheein era como su segunda mamá, parecida a una hermana mayor con todos sus cuidados y sobre todo con todo el apoyo que le ofreció desde el pasado, desde que eran unos simples niños. No tenía menos de doce años cuando la conoció, se hicieron amigos junto a Baekhyun. Ellos eran inseparables, hasta hace un par de meses donde el otro muchacho dejó de asistir a las citas de las películas de los fines de semana, de las reuniones en casa de Wheein y dejó de asistir a los picnis de fin de mes... sin razón alguna. Cuando él se alejó con el pasar de los días, la muchacha de azules cabellos, lloró por días... ella se consideraba parte de los tres mosqueteros que había formado con ambos chicos, creería que serían inseparables así estén adultos y casados. Pero las cosas sucedieron de tal forma, y ahora que lo pensaba, jamás lo vio en el funeral de la mamá de Wheein, ni siquiera de paso, era extraño...
La joven se movía en la cama, Jimin estaba seguro de que se acercaba la hora de despertar de la niña bonita de sus ojos, así que se sentó en el bordillo de la cama, y la miró con dulzura, y con una sonrisa muy bonita le dio la bienvenida del mundo de los sueños...
