Capítulo 6

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Mi corazón late desbocado ante tal imagen; aquel lobo gigante corre hacia Mark. Él voltea rápidamente y solo le da tiempo a correrse para atrás, pues el animal ya está sobre él.

—¡Mark! —Grito espantada al verlo tirado en el suelo con esa bestia encima.

El lobo intenta morder su cara, pero él usa toda la fuerza de sus brazos para que no lo alcance. Escucho los gritos asustados de Ava a mi lado.

Tengo que hacer algo, no aguantará así por mucho tiempo.

Miro desesperadamente hacia todos lados en busca de algo con que golpear al lobo, y localizo, detrás de Ava, una gran piedra; sintiendo dolor en mi pierna, corro hacia ella, pero al intentar levantarla no lo logro, es muy pesada. Sigo buscando con el corazón en la boca algo más, pero no tengo éxito. «¡Dios ayúdame, no puedo dejarlo morir!» Algo en mi mente hace clic y recuerdo que entre las cosas que empaqué hay una navaja bastante grande. Con las manos temblorosas me quito la mochila y la abro; tomo la funda que resguarda el arma y la saco. Con el miedo calando mis huesos me acerco a paso apresurado por un costado. «Solo espero que esto funcione». En un movimiento rápido, me lanzo con la navaja en el puño derecho y lo entierro con todas mis fuerzas en su lomo. Lanza un gruñido de dolor, pero es demasiado fuerte como para derrumbarse por una sola puñalada, así que continúo, un grito de furia abandona mis labios, al enterrar una y otra vez la navaja en su cuerpo. Sin que pueda preverlo, de una estocada, me lanza unos metros de él. Veo como su atención pasa de Mark a mí, y comienza a caminar lentamente hacia donde estoy, gruñendo, mientras muestra sus dientes afilados.

Cuánto más se acerca, más me arrastro con los codos hacia atrás, hasta que el tronco de un árbol me impide continuar. Palpo desesperadamente la tierra a mi alrededor en busca de la navaja, pero observo que quedó clavada en su lomo. Llega frente a mí y abre la boca para morderme; cierro los ojos en espera de su ataque, pero nunca llega. Abro lentamente los ojos y veo al lobo tirado a mi lado; está muerto. Levanto la vista y Mark está frente a mí, con una gran piedra en las manos, supongo que la que yo no pude cargar. Veo que la suelta y se inclina en mi dirección, extiende su mano para levantarme con ayuda de Ava.

—Gracias —les digo al estar parada. Sacudo mi ropa y voy hacia la bestia para sacar la navaja de su cuerpo.

—Fuiste muy valiente, yo volví a quedar en shock, no sirvo para esto, en vez de ayudar soy un estorbo. —Habla la rubia, frustrada, y yo coloco una mano en su hombro para que no se sienta mal.

—No todos reaccionamos igual.

—Más que valiente, yo diría que estás loca, fuiste encima de esa bestia gigantesca sin medir las consecuencias, solo para salvarme... gracias. —Responde el chico de ojos verdes mirándome diferente, de una forma que no logro descifrar.

—No te la creas mucho, solo aproveché que estaba distraído contigo para atacarlo, sino luego de comerte a ti vendría por nosotras. —Miento, no puedo evitar estar siempre a la defensiva con él, la verdad es que no quería que muriese.

—Claro... Bueno, ya sabemos que debemos tener mucho cuidado y ser sigilosos, no sabemos qué más podremos encontrar aquí. Busquemos cosas que nos sirvan de arma, para así poder defendernos ante futuros ataques.

Mientras seguimos el camino, buscamos algunas ramas fuertes que podamos usar. Yo escojo algunas piedras, no tan grandes, para poder lanzarlas, y una vara fuerte y larga, a la que le afilo la punta con la navaja. Hago lo mismo con las de mis compañeros de viaje.

Llega la noche y debemos detenernos para acampar. Mark saca de su mochila una de las tiendas de campaña que encontramos en avión, son dos, pero la otra la tiene Emma.

Atrapada Con Mi Enemigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora