Atrapada Con Mi Enemigo ✔️

Capítulo 12

Avanzamos entre los arbustos con cuidado de no hacer algún ruido que pueda llamar la atención. Tenemos en las manos las lanzas que hicimos, decidimos dejar las mochilas en el lago, pero traer esto por si necesitamos defendernos. Voy detrás de Mark,caminamos agachados y de forma lenta.

Llegamos hasta detrás de una de las cabañas que está de frente a donde están las chicas. La fogata está en el centro y el hombre que está vigilando está de espaldas a nosotros, sentado mirando el fuego. Desde aquí se puede ver el interior de algunas cabañas más, en total son diez; hay hombres en ellas, algunos durmiendo y otros sentados mirando a la nada. No sé cómo le haremos para sacarlas de aquí sin que se den cuenta, son demasiados para nosotros dos solos.

—Tu quédate aquí, yo daré la vuelta para ver si hay alguno más vigilando. —Dice en un susurro y yo asiento.

Me quedo sola en la oscuridad, mientras él se va. Miro en todas direcciones, no sea que venga alguno por detrás y me encuentre.

Veo que uno de esos hombres sale de la parte delantera de la cabaña que me oculta. Camina en mi dirección y se va acercando poco a poco. Con la vista fija en él, voy retrocediendo lentamente para que no me vea. Rodeo la cabaña hasta llegar al otro lado; aprovecho que no lo tengo a la vista para ver si desde dónde estoy ahora alguien me ve, pero no hay nadie cerca. Miro la cabaña que está a mi otro lado y noto que es diferente, en vez de tener descubierta la pared que está frente a la fogata, la tiene del lado contrario.

La curiosidad me vence y decido ir y asomarme para ver qué hay dentro, tal vez no haya nadie y me pueda esconder ahí. Me acerco a la entrada y todo está oscuro, con cuidado de no hacer ruido asomo la cabeza y no veo a nadie, no hay mucha iluminación, pero ya mis ojos están adaptados a la oscuridad.

Esta vacía.

Entro en ella y me detengo mientras veo en una esquina una lanza parecida a la mía y algún que otro animal muerto, parece que lo cazaron recientemente, ya que aún no apesta.

Un escalofrío recorrer mi columna vertebral al sentir la presencia de alguien detrás de mí. Mi corazón comienza a latir desbocado y me quedo quieta, me da miedo voltearme y ver quién tengo detrás.
Escucho que se acerca y cierro los ojos, tengo los puños apretados y la lanza bien sujeta, para atacar en cuánto pueda.

Siento una respiración en mi nuca y me estremezco de miedo e incertidumbre.
Debe ser un hombre, ya que llega hasta ahí arriba su respiración.

A menos que sea un oso. Siempre existe esa posibilidad.

Elimino ese pensamiento de mi mente y me enfoco en mi situación. Noto su silueta por el rabillo del ojo.

Es un hombre.

Me rodea por la derecha y cierro los ojos fuertemente. Inhalo profundamente y decido abrir los ojos, no podré defenderme si los tengo cerrados. Al abrirlos, veo que el hombre ya está delante de mí, mientras me mira fijo; pero no es cualquier hombre, es el mismo chico que me vió esta mañana mientras nos escondíamos, y que por alguna extraña razón me ignoró.

Se queda inmóvil admirándome e inclina un poco la cabeza hacia la izquierda como si estuviese viendo algo raro. Supongo que debe ser raro para él ver a alguien sin ojos rojos, no sé. Comienza a levantar una de sus manos y enseguida mi alarma interior se enciende.

«Ellos matan con las manos, con sus uñas.» Las palabras de Ava vienen a mi mente.

Comienzo a temblar y me preparo para defenderme si ataca, pero no lo hace. Su mano llega hasta mi rostro y con delicadeza recorre cada uno de mis rasgos, las cejas, la nariz y las mejillas. Su mirada muestra curiosidad y fascinación. Me fijo mejor en su rostro y algo en él me parece familiar.

Noto que aún siendo lo que es, es bastante guapo. Sus cejas son tupidas y negras, al igual que su cabello, que cae lacio sobre su frente. El color rojo de sus ojos le da ese toque terrorífico, pero su mirada es todo lo contrario. Su nariz es perfilada y sus labios un poco gruesos con forma de corazón. De pronto me recuerda demasiado a mi ex, excepto por el color de sus ojos, y observándolo bien, son tan estúpidamente iguales, que cualquiera diría que es él.

Pero no lo es obviamente, mi exnovio murió hace un año cuando...

Mierda.

Abro los ojos de par en par,  mientras observo que el chico frente a mí me observa confundido. Levanto mi mano temblorosa y la acerco a su rostro, él cierra los ojos ante el contacto. Recorro su mejilla derecha hasta llegar a su oído. Trago saliva fuertemente y mi corazón aumenta aún más su ritmo ante lo que haré.

Con delicadeza para no alarmarlo, muevo su oreja, echándola hacia delante y me paralizo ante lo que veo.

Es él.

Tiene el mismo tatuaje que nos hicimos una semana antes de que muriera: el símbolo del botón de apagado de un ordenador. Yo me lo hice en la nuca y él detrás de la oreja.

No me puedo creer que esté aquí frente a mí. Hace un año, él iba de camino a Francia, pero nos anunciaron que el avión dónde viajaba tuvo un accidente y no hubo sobrevivientes. Nunca encontraron su cuerpo, pero supuse que eso podría ser porque quedó irreconocible o carbonizado.

Pero si el chico que tengo delante de mí es él, entonces...

¿Qué le sucedió?

¿Por qué no me reconoce?

Y lo más importante... ¿Por qué sus ojos ahora son rojos?

Mis ojos se cristalizan y mi voz sale temblorosa en un susurro.

—Luke.

**********
¡¡OMG!! ¿Pero qué pasó aquí? No entiendo nada. ¿Cómo así que su ex?

Esto se vuelve cada vez más extraño. Déjenme  sus teorías en los comentarios. ¿Que creen que está sucediendo?

Espero que les haya gustado. No olviden dejar su voto🌟.

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Esperen próximas actualizaciones. Los amoooooooo 💖💖💖