Capítulo 29

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Salimos todos de la habitación lo más rápido que podemos y comenzamos a correr en busca de la salida. Este pasillo es largo, pero por lo que veo, es el único qué hay, puesto que el resto del lugar es abierto con muchas puertas alrededor.

Debemos bajar al primer piso cuánto antes.

Mark va delante, luego yo, las chicas y por último, Adam y Luke. Llegamos a una puerta que debe dar lugar a una de las salas amplias. Rápidamente él la abre y, apenas lo hace, sé que se arrepiente. En ese instante, confirmo lo que tanto creía que hizo el doctor al apretar aquel botón.

Mierda.

Toda la sala está llena de hombres de ojos rojos. Pero no cualquiera de esos hombres sino los que estaban encerrados en las habitaciones. Están atacando a los doctores qué hay en la sala. Trago saliva sonoramente al ver que toda la atención de ellos recae en nosotros. Todos retrocedemos poco a poco y vamos cerrando la puerta. Vemos cómo ellos se acercan a nosotros con un objetivo claro: matarnos.

—¡Corran! —Grita Mark y todos comenzamos a correr por dónde mismo vinimos.

Escucho como la puerta es abierta fuertemente contra la pared, dejando pasar a esas bestias.

Mierda.

—Mark, quítate la bata. —Digo mientras voy deshaciéndome de la que llevo puesta. Tomo en la mano el detonador y la radio que tengo en el bolsillo y arrojo la bata al suelo. Mark hace lo mismo, pero además de eso, se quita la remera que lleva puesta.

Me la lanza a la cara y apenas puedo agarrarla. Sin dejar de correr, le paso el detonador y la radio, y él los guarda en su pantalón. Apenas bajo la vista me doy cuenta del porqué me ha tirado la remera. Estoy en sujetador.

Ups.

Me la coloco rápido y al instante siento su aroma embriagador en mis fosas nasales. Llegamos al final del pasillo y doblamos por este. Veo en el fondo una puerta y rezo por dentro para que sea una que nos saque de aquí, de lo contrario estaremos muertos.

Veo que Ana se está quedando detrás, así que la tomo de la mano y la halo conmigo para que apresure el paso y no se detenga. No podemos darnos ese lujo en estos momentos, no cuándo esos hombres nos pisan los talones. Llegamos a la puerta y al intentar abrirla, vemos que está cerrada con seguro.

¡Joder!

Muevo la manija con desesperación, mientras intercalo la mirada entre los hombres que casi nos alcanzan y la manija.

—AAHHH. —Grito con frustración de tanto girarla sin resultado, y con tanta fuerza, que termino por romperla.

Genial.

Comienzo a empujarla con mi cuerpo con toda la fuerza que tengo. Mark se suma y copia mi acción, en un intento por lograr que la puerta ceda.

—¡Quítense de en medio! —Grita Adam desde atrás, y veo que Luke se dirige hacia dónde estamos. En el momento justo que nos apartarnos, él da una fuerte patada que derrumba la puerta completamente. Sí que está fuerte. Esos experimentos lo volvieron de hierro.

De algo ha servido tanta mierda que le han hecho.

Corremos nuevamente a toda velocidad por otra de las salas y agradezco internamente que no haya nadie. Siento un golpe seco y volteo mi cabeza para ver cómo Adam se pelea con uno de los hombres de ojos rojos que ha logrado alcanzarlo. Estoy a punto de detenerme y volver para ayudarlo, pero veo que da un golpe que logra tumbar a su oponente y continúa corriendo hacia nosotros.

Localizo las escaleras que bajan al primer piso; ya estamos cerca, pero algo llama mi atención. Otra escalera que sube al tercero. Al verla, recuerdo que debo encender la bombilla roja para que los rescatistas nos localicen.

Atrapada Con Mi Enemigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora