Capítulo 33

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No sé en qué momento me he dormido, pero cuándo despierto estoy rodeada por los brazos de Mark, que me abraza contra su pecho. Su olor invade mis fosas nasales y amenaza con nublar mis sentidos.

Adoro su aroma masculino y dulce... Adoro todo de él.

Me abrazo más fuerte a su cuerpo y subo mi pierna alrededor de su cintura. Estamos acostados en el sofá del salón. Al parecer me dormí y él no quiso despertarme.

Tan tierno.

Él se remueve un poco y luego abre los ojos; nuestras miradas coinciden y él se queda quieto unos segundos, observándome en silencio. Me pregunto que estará pasando por esa cabecita suya, pero mientras lo miro solo puedo pensar en lo feliz que soy de tenerlo conmigo y de que esté vivo.

—Buenos días bichito. —Susurra finalmente con la voz ronca. Muerdo mi labio inferior al escuchar su sensual voz y le respondo.

—Buenos días sanguijuela. —Sin que se lo espere, dejo un pequeño beso en sus labios.

—¿Tendré que acostumbrarme a esto? —Pregunta a la vez que intenta contener una sonrisa.

—No me digas que no te gusta, porque no te creeré. —Respondo con altanería a lo que él se queda callado unos segundos.

—Aún no puedo creer que todo lo que me contaste anoche sea real; o sea, sí tenemos pruebas, pero tú y yo juntos, de novios... Es difícil de procesar. —Responde pensativo.

—Bueno... Nosotros no éramos novios aún, estábamos juntos, pero no lo éramos. Tú prometiste serlo en cuánto saliéramos de la isla. —No sé por qué motivo me sonrojo al decir esto, pero lo hago.

—Oh... —Antes de que pueda decir algo, continúo hablando.

Creo que es hora de molestarlo un poco y ver su reacción.

—De hecho, tenía novio en la isla. —Digo y su rostro se contrae, su ceño fruncido y sus ojos entornados.

—¿Tenías novio? —Gruñe inconscientemente.

—Incluso, ambos fuimos a salvarlo al laboratorio y lo sacamos de ahí. —Su cara de incredulidad no tiene precio.

—¡¿Qué?! ¡¿Pero qué clase de relación teníamos tú y yo?! —Exclama separándose un poco para verme mejor. Una risita se me escapa al verlo enojado.

Me pego más a su cuerpo y siento todo de él. Paso una de mis manos por su pecho y luego su brazo, en una caricia delicada.

—¿Celoso, Mark? —Pregunto mordiendo mi labio inferior, a la vez que presiono nuestras partes íntimas con discreción.

—N-no... —Responde en un jadeo. De inmediato siento como su entrepierna se endurece contra la mía.

Le sigo afectando de igual forma.

—A mí me parece que sí lo estás. —Susurro sobre sus labios. Lo veo tragar saliva fuertemente, mientras sus hermosos ojos verdes se oscurecen.

—Yo no soy celoso. —Gruñe sin poder evitarlo. Veo sus manos nerviosas, sin saber que hacer, si deben tocarme o no; está en una lucha interna.

—Tócame Mark. —Al decir eso, siento una breve presión en mi feminidad causada por su miembro.

¡Joder, le ha excitado que le diga eso!

Él posa su mano derecha en mi cadera y traza suaves círculos sobre mi piel. En cierto modo me siento como que lo estoy pervirtiendo, pero por otro lado sé que él quiere tanto como yo. Aún así, creo que es mejor no presionarlo e ir despacio.

Atrapada Con Mi Enemigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora