Atrapada Con Mi Enemigo ✔️

Capítulo 37 -Final (Parte 1)

Luego de cambiarme, bajo al salón con los chicos. Observo la escena frente a mí con tal alegría que no cabe en mi pecho; Ana esta junto a Adam en uno de los sofás, ella le cuenta algo y él se sonroja. Ava está junto a mi tío y se nota a leguas que están coqueteando.

Mi tío no pierde la costumbre.

Por otro lado, en el suelo, están Mark y Luke fajados por tomar el control remoto; mientras Luke lo toma y lo revisa, Mark intenta quitárselo para poner la tele, pero él no lo deja. Ruedo los ojos ante la escena y no puedo evitar sonreír. Ambos tendrán que aprender a convivir y llevarse bien, puesto que Luke vivirá conmigo a partir de ahora. Sus padres fallecieron en el accidente y él es el único que queda vivo de su familia.

—Andrea, ven aquí, te estábamos esperando. —Me llama Ava haciendo señas para que me siente a su lado. Tomo asiento entre ella y mi tío que me mira entornando los ojos.

Eso se llama Karma, tío.

—Aaron nos estaba contando que pasado mañana partimos para Irlanda. —Miro a mi tío con mala cara.

—¿Por qué tan rápido? Pensé que se quedarían más tiempo aquí. —Protesto y él se encoge de hombros.

—El gobierno de Irlanda los quiere de vuelta; aplacé el viaje lo más que pude, debían irse hoy mismo. —Asiento rendida.

—No estés triste, nos iremos pero vamos a volver a visitarlos. —Ava toma mi mano y yo sonrío un poco. —Y quita esa cara que tenemos que disfrutar de nuestra estancia aquí. Nunca hemos venido a Estados Unidos, así que mañana vamos a recorrer un poco la ciudad.

—De acuerdo. —Digo más entusiasmada.

Pasamos toda la tarde conversando entre todos; mi tío con sus bromas y Ava muerta de la risa, como si le hicieran gracia a alguien. Comemos carne a la parrilla que cocina Mark, un nuevo talento descubierto. Tomamos vino, cerveza y de todo lo que encontramos en la alacena de la mansión. Nos divertimos jugando billar y cartas; excepto Luke, que no se quiere unir mucho al grupo. No imagino cómo debe sentirse en un lugar que no recuerda, sin poder comunicarse y con sabe Dios qué pensamientos. Sólo se acerca a Mark cuando lo llama después de comer para darle más carne. Creo que quiere sobornarlo con comida.

Y funciona.

A medianoche, estamos todos de camino a los dormitorios. Mi tío les indica a los chicos dónde dormir mientras yo voy con Mark por el lado contrario para que se quede en la habitación que queda frente a la mía.

—Esta es tu habitación... Frente a la mía, por si necesitas algo. —Le muestro la habitación y él asiente mientras observa el interior. —Bueno, yo... ya me voy a dormir. Descansa. —Me inclino hacia él y dejo un beso en la comisura de sus labios.

—Merezco una mejor despedida. —Antes de poder separarme, toma mi cuello y me atrae para besarme en los labios. Un beso suave y húmedo que me deja sin aliento. —Ahora sí, hasta mañana. —Besa mi frente y yo solo doy media vuelta para marcharme a mi habitación, atontada por semejante beso y semejante hombre.

Me acuesto en mi cama e intento conciliar el sueño pero no puedo; doy vueltas de un lado a otro sin poder dormir. Han sucedido tantas cosas, tengo tantas emociones encontradas, que ahora que todo acabó no puedo pegar ojo.

Observo el reloj de la mesita a mi lado y veo que son las tres de la mañana. Me levanto en dirección a la cocina a por un vaso de agua. Todo está oscuro, solo una tenue luz que entra por los ventanales. Abro el refrigerador y me sirvo el agua. Vuelvo camino a mi habitación, pero me detengo al escuchar unos gemidos provenientes de la habitación de Mark.