Capítulo 20

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Estoy frente a los chicos, les explico la idea que se me ha ocurrido al ver el techo.

—Bien, como verán, encima de nosotros esta el conducto de ventilación.

»Se me ha ocurrido que alguno de nosotros se trepe y se introduzca en él, ya que está bastante grande como para que quepa una persona. Que recorra todo el camino, hasta encontrar una salida y luego regrese y nos vamos todos juntos por ahí.

—Me parece una idea genial, Andrea, eres oficialmente mi heroína. —Dice Ana feliz y yo niego con la cabeza. Veo a Mark y Ava, esta última está tan contenta como su hermana, sin embargo él, no se ve tan convencido.

—¿Qué pasa sanguijuela, en qué piensas? —Le pregunto.

—No lo sé, pero no creo que podamos ir todos, nos descubrirán si no nos ven y estarán buscándonos por todo el bosque.

Bien, ese es un buen punto.

—Mmm, pues me parece que tendremos que tomarles el tiempo. —Todos me miran confundidos. —Me refiero a que tomemos los horarios en que vienen a revisar la habitación y busquemos el momento ideal para irnos.

—Y así al huir, tardarán un tiempo en comenzar a buscarnos, lo suficiente como para estar bastante lejos de aquí... Sí, podría funcionar. —Habla Mark pensativo.

—Otra cosa... Algo que estamos dejando de lado y que nos complica la situación un poquito. —Me rasco la cabeza con nerviosismo.

—¿Qué pasa? —Pregunta él impaciente.

—Pues... Que debemos rescatar a Luke y al chico de la Fase Dos. —Sus expresiones demuestran que lo habían olvidado.

—Lo resolveremos, tenemos tiempo para pensar en una solución. —Dice Ava.

—Bueno, ¿y quién va a subir por el conducto? —Pregunta Ana mientras se recuesta en la colchoneta.

—Yo lo haré, recorreré todo el conducto y encontraré la salida. —Respondo decidida.

—Si quieres puedo hacerlo yo. —Dice Mark que me mira fijamente con esos ojos verdes; me quedo embobada unos segundos con ellos y luego vuelvo a la realidad.

—No. Tú mejor quédate aquí, por si entra alguien y necesitan defenderse, eres el más fuerte, aunque un poco flojo, pero servirás. —Me mira con los ojos entornados y yo le muestro la lengua.

—Bien... Últimamente estás muy mandona, pareces la líder del equipo. —Dice con la ceja levantada y yo ruedo los ojos.

—Aquí nadie es líder ni manda más, simplemente el que tenga la idea, es el que debe de guiarnos. —Me encojo de hombros.

Nos quedamos en silencio unos minutos, hasta que sentimos una llave abrir la puerta, y luego un hombre de ojos rojos entrar y verificar que estemos aquí. Se marcha al vernos y anotamos la hora en la pared con la navaja, por suerte tenemos un reloj a nuestro alcance, es el de Mark que milagrosamente no se rompió completamente en el accidente, y solo le faltan pedacitos del cristal.

Seis y veinte de la tarde.

Vuelven a pasar a las ocho y cuarenta, y luego a las diez y cuarenta. Dos horas de diferencia, entre una visita y otra.

Luego de que se marcha el hombre que acaba de entrar, me volteo hacia los chicos.

—Tenemos dos horas para lo que vayamos a hacer, debemos empezar cuánto antes, no sabemos qué nos espera mañana.

—Primero debemos abrir la rejilla de ventilación. Dame la navaja. —Habla Mark, que se levanta y me extiende la mano.

Le doy la navaja y él va hacia la rejilla para intentar abrirla. ¿El problema? Que por muy alto que sea él, el techo lo es más. Voltea a verme y me hace señas con la cabeza para que vaya con él. Me levanto y camino hasta llegar a su lado.

Atrapada Con Mi Enemigo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora