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Las escandalosas risas de HyunJin se escuchaban por todo el pasillo del hospital que los dirigía a la Unidad de Cuidados Intensivos, siendo acompañadas por unas risas más leves por parte de la madre del alfa en la silla de ruedas, a quien los médicos JiHoon y SeungCheol habían amarrado a la incómoda silla con vendas y tela adhesiva para evitar que saliera corriendo para ver a su omega.

Aun delicado tras su episodio de hipotermia, cualquier esfuerzo innecesario podía provocar que MinHo se desmayara de nuevo, algo que los médicos no estaban dispuestos a permitir. Como había mencionado el alfa rubio, ese chico les complicaba las cosas.

Por esa misma razón, con la ayuda del enfermero Junhui, habían atado las manos y pies del alfa a la silla de ruedas, aunque él gritaba que era maltrato infantil, uso de fuerza inapropiada y una violación de sus derechos como paciente, y un montón de cosas más que hasta su madre ignoró. Ni siquiera ella permitiría que su atolondrado hijo volviera a desmayarse por ser un descuidado.

Así que ahora, mientras HyunJin empujaba la silla de ruedas entre risas debido a la cinta adhesiva que él mismo le había colocado en la boca a su mejor amigo tras escuchar sus protestas, no pudo evitar reír aún más al ver a su omega riendo afuera de la habitación de JiSung, junto a la media hermana de su amigo.

—¿Por qué Hyung esta así? — preguntó SeungMin, aún riendo al ver tan maniatado al ‘intimidante’ alfa en la silla — ¿Se quiso escapar?

—En cuanto le dijimos que JiSung estaba despierto, intentó escapar de la sala de urgencias. Si no fuera por un enfermero omega que lo empujó hacia el doctor SeungCheol, no lo habríamos podido detener — explicó el alfa rubio recargado en la silla, ignorando como MinHo intentaba mirar hacia el interior de la habitación de su omega.

Estaba ahí, tan cerca del amor de su vida, pero no le permitían avanzar. Si no estuviera tan exhausto, habría transmutado a su forma lobuna para romper las vendas y cintas que lo ataban a esa maldita silla. Sin embargo, permaneció allí, escuchando la conversación de la pareja mientras la enfermera pelinegra lo observaba junto a SeungMin.

De pronto, breves recuerdos de haber conversado con ella inundaron su mente, reconociéndola como su media hermana gracias a los recuerdos que su lobo le brindaba. Al principio, sintió cierto malestar en el estómago al reconocerla, pero este desapareció a medida que más recuerdos de los días compartidos con ella de su parte animal llegaban a su mente.

Con un pequeño ademan de cabeza, le pidió a la pelinegra que se acercara, indicando con sus ojos que le sacara la cinta adhesiva de la boca, lo cual la omega hizo con mucho cuidado, haciendo muecas de dolor como si fuese a ella a quien le sacaban esa molesta cinta.

—Gracias... Noona...—musitó incómodo y avergonzado, utilizando un honorífico que nunca imaginó tener que emplear para dirigirse a una mujer. Aunque le incomodaba tratar con éstas, consideraba correcto mostrarle respeto a su media hermana, aquella que su padre ocultó por años.

Después de todo ella, no tenía la culpa de las equivocaciones del hombre con el que compartían sangre, aunque con este era un caso completamente diferente, a él si que jamás le perdonaría que le ocultara a su madre la existencia de una niña de tres años cuando él apenas había nacido.

Supo que la chica frente a él jamás habría esperado ser llamada así ni ahora ni nunca, pero la tenue sonrisa que adornaba sus delgados labios le daba a entender que no le molestaba, al contrario, parecía enternecida al ser llamada de esa forma. 

—Vamos a ver a JiSung-ssi—sacando una tijera de su bonito uniforme celeste, comenzó a cortar las vendas y la cinta, liberando al fin el cuerpo del alfa, quien se lo agradeció con una pequeña sonrisa—. JiSung-ssi ahora está dormido. Estuvo despierto lo más que pudo para esperarte, pero estaba muy cansado.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora