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Suaves golpecitos en la puerta del baño lo sobresaltaron mientras se encontraba dentro, provocando que una suave risa escapara de sus labios. Su audición, debido de su ceguera, le permitía percibir los sonidos de manera más aguda que la de cualquier otra persona, lo que a veces resultaba beneficioso.

—¿Quién es? — preguntó cantarín mientras terminaba de colocarse su pijama, guardando a tientas lo que había ocupado en su pequeño bolso. Luego le pediría ayuda a MinHo para ordenarlo bien.

—El amor de tu vida, precioso — volviendo a reír por las ocurrencias cursis de su novio, se acercó a la puerta, abriéndola y con suavidad comenzó a dejar golpes en el pecho del pelinegro, quien solo reía enternecido—. Mamá hizo café y compró galletas de chocolate. ¿Quieres que te lea algo mientras comemos? ¿O quizás una película? He mejorado en mi forma de relatarlas, te lo prometo.

Un suave y tierno sonrojo comenzó a notarse en el sonriente rostro del omega, sorprendiendo al alfa al sentir cómo el suave aroma a frutas que desprendía su novio se incrementaba, envolviéndolo y dejándolo completamente encantado por lo maravillosamente dulce que olía. Aunque meses antes su aroma solía empalagarlo, ahora estaba acostumbrado y, de hecho, no había aroma que más le encantara que el de su omega.

Y es que JiSung no pudo controlar la emoción que comenzó a albergarlo al escuchar las tiernas palabras de su pareja, enterneciéndolo al saber que aún cuando muchas veces le había dicho que no era necesario, seguía aprendiendo cosas para convivir con él y su ceguera, haciéndolo sentir cómodo, protegido y, sobre todo, amado.

Por eso, sin poder evitarlo, abrazó al mayor por el cuello y comenzó a dejar besos por todo su rostro, escuchando sus risas y sus peticiones de que parara, temiendo que su madre los viera. Aunque disfrutaba mucho de las atenciones de su omega, no quería darle a su madre razones para burlarse de él.

Una vez que el menor se detuvo, tomó su mano y lo condujo hacia su habitación. Afortunadamente, estaban en el baño del segundo piso, por lo que su habitación estaba a solo una puerta de distancia. Rápidamente lo hizo entrar y lo acompañó hasta la cama, quitándole el bolso de las manos y ordenando la ropa en él, que ni siquiera podía cerrarse. Luego salió de la habitación para ir hacia la cocina.

En pocos minutos, ya estaba de regreso con una bandeja de madera, en la que llevaba un plato con galletas y dos tazas de café, solo que una era mitad café y mitad leche, como sabía que a JiSung le gustaba.

—Bien, Sunggie, debes elegir — dejando las cosas en su mesita de noche, se dispuso a abrir la cama, pidiéndole luego a su novio que se metiera bajo las mantas, lo cual hizo obedientemente—, ¿película, libro o música?

Tomando la taza que su novio le apoyaba en las manos, sonrió divertido, volteando hacia el pelinegro, recibiendo un pequeño beso en la punta de su nariz, lo que provocó que riera enternecido y avergonzado.

—Música, quiero que Hyung también disfrute—tomando un sorbito de su café con leche, suspiró. Algo caliente para las noches frías, siempre era bueno.

—No te equivoques, Sunggie, disfruto leyéndote o relatándote una película, excepto las que están en inglés. Me da pereza hacer las dos cosas a la vez — escuchando la risa del omega, tomó su celular con la mano libre, dejando la lista de reproducción en modo aleatorio—. Si sale rap, te aguantas.

—Hyung tontito... — sacándole la lengua, se quedó tranquilo, disfrutando de la suave melodía de The Build A Home de The Cinematic Orchestra, una canción que conocían y habían disfrutado juntos en ocasiones anteriores.

Así se pasaron el comienzo de la noche, comiendo galletas, bebiendo café y conversando mientras música de diferentes estilos cautivaba sus oídos. Algunas veces cantando o bromeando, pero sin dejar esa aura de comodidad y de amor que siempre formaban cuando estaban juntos.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora