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Si tan solo fuera como en los sueños.’

Una frase que desató un mar de lágrimas, no solo en el omega, sino también en MinHo, quien comenzó a derramar lágrimas silenciosas y discretas, tan destrozado como su mundo. Es que eso era, JiSung era su mundo entero, y verlo tan lastimado por sus palabras, por su culpa, le desgarraba el alma. Había hecho llorar a la persona que más quería, que más amaba, y no sabía qué hacer más que llorar con él.

Algo ridículo siendo un alfa, pero poco le importaba.

—Lo siento, lo siento tanto—entre sollozos, tomó el rostro del rubio y comenzó a besar sus labios, mejillas y frente una y otra vez.

JiSung permanecía en silencio, sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas y perderse en la suavidad de las manos del mayor, mientras sus propias manos estaban apretadas contra su pecho, sintiendo el intenso dolor que se alojaba allí.

Pronto, los recuerdos de los sueños en los que veía al pelinegro, así como todas las veces que su lobo interactuaba con el ajeno, jugando y siendo felices, volvieron a su mente. Recordó la vez que hablaron de un futuro juntos, como niños enamorados soñando con una gran casa, una familia feliz y uno o dos perros.

Mordiéndose los labios, también recordó la conversación con el doctor Wang esa mañana, y la pequeña charla que tuvo con JungKook por la tarde.

Todo era tan confuso, tan extraño pero a la vez tan esperanzador, que no podía evitar tener una pequeña chispa de ilusión en lo más profundo de su ser. Esa pequeña parte que le decía ‘todo mejorará’.

¿Cuándo mejoraría? ¿Hoy? ¿Mañana? Quizás ¿en un año?

No importaba cuándo, mientras MinHo estuviera a su lado, todo estaría bien. Incluso si esa teoría de poder ver resultara ser falsa, mientras ese adorable alfa que ahora parecía querer aferrarse a su cuerpo y nunca soltarlo se quedara con él a pesar de su condición, todo estaría bien.

—Mi amor, por favor, perdóname, soy un idiota... —ya no lloraba, pero las lágrimas en sus mejillas seguían descendiendo—. Te amo tal y como eres, solo estaba...

—¿M-Me amas? — la dulce y quebrada voz del omega lo sacó de su desesperación por lo que él creía era un error.

El fuerte rubor que invadió sus mejillas se extendió hasta sus orejas y pronto hasta su cuello, y es que acababa de confesarle al chico más hermoso que jamás había conocido que lo amaba de la manera más tonta y patética posible.

Nervioso, asintió, incapaz de hablar, sabiendo que JiSung sentiría el movimiento de su cabeza debido a lo cerca que estaban. La dulce sonrisa que comenzó a asomarse en sus gruesos labios fue rápidamente besada por un nervioso y sorprendentemente tímido alfa.

—Yo también lo amo—rápidamente, la tensión anterior se disipó, dando paso a un dulce y tierno momento que compartían aún abrazados en la cama, incapaces de separarse el uno del otro—. Lo amo mucho, mucho, mucho.

—Yo te amo muchísimo más—contraatacó el pelinegro, encantado por la bella sonrisa en los abultados labios de su novio.

Con delicadeza, limpió las lágrimas que aún cubrían las mejillas del menor, luego limpió las suyas rápidamente, suspirando tembloroso por el torbellino de emociones que sentía en ese momento. Seguramente se debía a las hormonas de ambos, no había otra explicación lógica.

De repente, el sonido de una puerta cerrándose los alertó. Se sentaron rápidamente en la cama, atentos a cualquier ruido que pudiera escucharse a partir de ese momento, ya que no sabían quién podría haber llegado a esa hora de la tarde.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora