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Observando las frías calles de la ciudad por la ventana del auto mientras entre sus manos llevaba un americano helado que conseguía entumirle las manos, un alfa de oscuro y alborotado cabello suspiraba aburrido, con el corazón encogido y un nudo en la garganta que ni siquiera su bebida favorita lograba disipar. Y es que dejar a su omega solo luego de su rápida y poco romántica propuesta de matrimonio, lo desanimaba demasiado, y esto empeoraba al ver a su madre sentada a su lado con un rostro inexpresivo.

Después de que las enfermeras entraran y los vieran a ambos llorando mientras reían, su madre había entrado junto a su suegra para pedirle una explicación, siendo JiSung el que gritó un emocionado “¡Nos vamos a casar!” sorprendiendo a ambas omegas, así como a las enfermeras. Su linda suegra solo comenzó a reír mientras murmuraba algo de contarle a su cuñado WonPil, mientras que su madre, con el mismo rostro inexpresivo que tenía ahora, le pidió una silla de ruedas a una enfermera para poder llevarlo a casa.

Así que ahí estaba, bajando del taxi con ayuda de su madre, de quien se soltó con un movimiento algo brusco que lo hizo tambalear, caminando con dificultad hasta la puerta de su casa la cual fue abierta por el padre de JeongIn, quien intentó ayudarlo pero, con un movimiento más suave, se negó.

Diferente fue con el beta que rápidamente se acerco a él, le quitó el café helado y sin preguntar nada le pasó un brazo por la cintura y lo ayudó a subir la escalera, apoyándolo firmemente contra su menudo cuerpo, lo cual agradeció. No tenía la suficiente fuerza para subir solo las escaleras de su casa, pero tampoco tenía las ganas de pedirle ayuda a su madre o a su padrastro, su orgullo era más grande, al igual que su rabia.

Y al parecer, esto último su hermanastro lo notó, pues en cuanto llegaron a su habitación y cerró la puerta, éste se dio la vuelta, encarándolo con una ceja alzada y los brazos cruzados, esperando que hablara sin necesidad de preguntarle nada.

—¿Quién ordenó mi habitación? — preguntó antes que nada, notando cómo el nido en el que estuvo durmiendo por tanto tiempo ya no estaba, su cama estaba con mantas limpias y el olor a suciedad había sido reemplazado por un aromatizante a menta.

—Yo lo hice mientras estabas en el hospital. Imaginé que no te gustaría que alguien entrara y dejara su aroma por todas partes, así que preferí hacerlo yo. Después de todo, mi aroma casi no se siente — asintiendo a las palabras del menor, se acomodó mejor en la cama, gateando hasta que pudo acurrucarse entre las almohadas como un cachorro.

Lo vio acercarse a su cama y sentarse a su lado sin emitir ninguna palabra, aún en la espera de que fuese él quien le contara lo sucedido sin que tuviera que preguntar, y agradecía eso. No estaba para responder preguntas ni mucho menos para dar explicaciones obligado, prefería hablar de todo con calma, a su ritmo, sin presiones.

Luego de varios minutos en silencio en los cuales MinHo aprovechó para cerrar sus ojos y relajarse, JeongIn decidió recostarse a su lado pero con la vista hacia el techo, suspirando de gusto, ya que, luego de mucho tiempo, al fin sentía algo de paz en compañía de una de sus personas favoritas en el mundo. No se había dado cuenta de cuanto había extrañado a su hermanastro hasta ahora que lo tenía sano y salvo a su lado, emitiendo pequeños quejidos al acomodarse en la cama, o intentando quitarle una almohada para poder abrazarla.

—Le pedí matrimonio a JiSung... — el suave murmullo del alfa por poco no era escuchado, si no fuera por el absoluto silencio que había en la habitación, dejando más que sorprendido al chico junto a él — Él dijo que sí, su mamá se alegró, y mi mamá... — abriendo los ojos, frunció el ceño sintiendo cómo su pecho se volvía a apretar, molestándolo — me sacó de ahí a rastras, y cuando estábamos fuera del hospital comenzó a decir que era un irresponsable por hacer algo así.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora