11

15.9K 2.3K 1K
                                    

¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?

¿Por qué no podía ser normal?

¿Por qué se empeñaba en ignorar la realidad cuando ésta estaba más presente que nunca?

¿Por qué tenía que ser un omega defectuoso?

Las lágrimas caían por sus mejillas, causándole un enorme dolor en el pecho, una rabia e impotencia consigo mismo que jamás había sentido. Mientras las risas a su alrededor se desvanecían, quedando solo el murmullo de algunos estudiantes que presenciaron la escena.

Estaba en un total ataque de pánico, sin saber dónde se encontraba en la escuela ni dónde estaban sus amigos. Y lo que más le aterraba, no sentía el aroma a lluvia de su Hyung.

JiSung se sentía destrozado, el orgullo de su lobo hecho trizas y la sensación de vacío en su pecho le hacían pensar que podría morir. Era la primera vez en su vida que experimentaba una crisis de pánico y no sabía qué hacer.

Con dificultad, se puso de pie apoyándose en la pared, llevando sus manos hasta sus labios donde una pequeña herida dejaba brotar un hilo de sangre. La limpió bruscamente con la manga de su camisa, sin importarle ensuciarla.

La campana de la escuela anunció el regreso a clases y los alumnos comenzaron a irse. Eso lo alivió, al menos ya no sentiría todas esas miradas de pena sobre él. Podría llegar tranquilo a su salón o, mejor aún, al patio de la escuela.

Con ese pensamiento en mente, y teniendo una mano en todo momento sobre la pared, comenzó a caminar hacia donde creía que estaban los jardines de la escuela, guiándose por los gritos de los alumnos en los salones.

Al escuchar mucho más bullicio de lo normal en un salón, acompañado de una guitarra y un piano, supo que estaba cerca de su destino, ya que los salones de artes y música estaban frente a los jardines de la escuela.

Fue en el momento en que sus pies tocaron un piso irregular que se sintió en paz. Sin embargo, las lágrimas continuaban mojando su rostro, recordándole una y otra vez las crueles palabras de esas chicas que lo sacaron de su salón en cuanto lo vieron solo.

Debía quedarse allí a la espera de sus amigos, quienes al no haber desayunado, habían ido a la cafetería por algo de comer. Y como JiSung no quería ir, optó por quedarse a esperarlos en el salón.

Ahora sabía que eso había sido un grave error, al quedar solo, fue una clara invitación para aprovecharse de él.

Ignorando el frío que poco a poco calaba en sus pequeños huesos, llegó a la zona más alejada del jardín y se sentó en el césped húmedo por el rocío de la mañana. Llevó sus rodillas hacia su pecho y se abrazó en una pequeña bolita, permitiéndose llorar con toda la fuerza que no creía tener.

Por un lado, sabía que esas chicas solo querían hacerlo sentir mal, que las cosas que dijeron eran veneno para herirlo. Pero aún así, su lobo, su parte más fuerte, había caído presa de esas mentiras y ahora solo lloraba por el dolor de estar lejos de su alfa. 

Necesitaba a su Hyung con él, necesitaba sentir su aroma reconfortante y su calor. Necesitaba, sobre todo, que le dijera que todo lo que le habían dicho era mentira.

Que no era un inútil.

Un estorbo.

Y por sobre todo, que MinHo no estaba con él por lástima.

Pero eso no sucedió, y con el paso de los minutos, sintió cómo su lobo se iba calmando, hasta que finalmente se durmió y ya no lo sintió más.

Eso solo lo asustó más, el pánico volvió a invadirlo y los quejidos que dejaba escapar por el llanto se convirtieron en gritos de dolor.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora