Once años atrás
Un niño de cinco años, lleno de entusiasmo, corría hacia su madre. Con su cabello revuelto, se subía al regazo de ella, provocándole risas por la ternura que le inspiraba su pequeño cachorro. La omega, encantada con la afectuosidad de su hijo, empezó a trenzar su desordenada cabellera, mientras escuchaba los suaves quejidos del niño cada vez que accidentalmente tiraba de un mechón de su cabello castaño.
—¿Estás preparado para la escuela, Hannie? — preguntó, depositando un suave beso en la mejilla del cachorro, quien al girarse para mirarla, asintió.
—¡Sí! Estoy ansioso por hacer amigos — respondió alegremente, devolviéndole el cariñoso beso a su madre antes de bajarse de su regazo.
Solo unos cuantos minutos después, ambos se encontraban en el auto de la omega, listos para ir a la escuela, siendo el pequeño JiSung el más emocionado. Era su primer dia de escuela, y se sentía listo para conocer gente.
—Debes prometerme que no te meterás en problemas. No quiero que tu profesora me llame, ¿entendido?
—Sí, mami — puchereando y de brazos cruzados asintió, colocándose el cinturón de seguridad cuando la mayor se lo indicó—. ¿Tú trabajas hoy?
—En la tarde, así que deberás quedarte con los vecinos.
—¡No! Son raros. ¡No le dan dulces a Hannie! — protestó, inflando sus labios y ofreciendo a su madre una imagen de ternura irresistible. Cada vez que se quejaba, gruñía o se enfadaba, se parecía más a su padre.
—Te prometo que te daré un caramelo cuando vuelva del trabajo, ¿de acuerdo? — a regañadientes, el cachorro asintió, volviendo a sonreír cuando finalmente vio un gran edificio frente a ellos.
Finalmente habían llegado a la escuela y él ya estaba ansioso por abrir la puerta, emocionado al ver a tantos niños de diferentes edades correteando por la entrada de la escuela, deseando unirse a ellos lo antes posible.
Cuando bajaron del coche, JiHyo tomó su pequeña y regordeta mano, él empezó a tirar de ella una y otra vez, haciéndola reír, quien simplemente se dejaba arrastrar por su hijo, comprendiendo su entusiasmo. Sin embargo, al llegar al aula, la emoción del niño comenzó a desvanecerse poco a poco. Observó cómo varios compañeros lloraban, reacios a dejar a sus padres, y sintió una molestia en su pequeño pecho. Comenzó a sentir un cosquilleo en la punta de su nariz y un ardor desagradable en sus ojitos.
Y sin más, él también comenzó a llorar.
—Ay, mi amor, no llores — dijo su madre, agachándose a su nivel y limpiando las lágrimas que le caían por las mejillas enrojecidas—. Voy a venir a buscarte en unas horas, no tienes que preocuparte.
—No, ya no quiero — protestó, negándose a soltar a su madre y aferrándose a su abdomen. Ella pasó sus delicadas manos por su cabello, tratando de consolarlo.
—Pero mira, hay muchos niños de tu edad. Si sigues llorando, se reirán de ti — el castañito gruñó y se abrazó aún más a su progenitora—. Han JiSung, no seas un bebé llorón.
—Soy un bebé — se defendió infantilmente.
Sin saber qué más hacer, lo tomó en brazos, cargándolo como si volviera a tener dos años, paseando por fuera del salón de clases, siendo observada por la maestra del cachorro, quien reía enternecida.
—¿Primer día? — preguntó la beta, acercandose a acariciar los cabellos del niño.
—Sí, y no me quiere soltar—puchereó la omega, provocando que la beta riera de nuevo al notar que el gruñón pequeño de hecho se aferraba firmemente a su ropa.
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❝Blind Eyes❞『•MinSung•』
FanfictionHan JiSung, un dulce omega de tan solo dieciséis años, de pocos amigos. A pesar de ser la persona más linda y tierna que podrías haber conocido, era ignorado por la mayoría de los alumnos de la escuela. Sin embargo, para sorpresa de todos, los alumn...