❝Blind Eyes❞『•MinSung•』

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SeungMin recordaba claramente la primera vez que vio a JiSung, un niño tímido con cabello castaño, ojos risueños y una mochila amarilla en la espalda, mirando a su alrededor con ojos llenos de miedo al estar rodeado de niños desconocidos. Sabía que el pequeño y tímido cachorro estaba temeroso, por eso, cuando se sentó a su lado, quiso jugar con él, deseando disipar el miedo de esos hermosos ojos que parecían brillar cuando le propuso jugar a la princesa y al dragón.

La complicidad entre ambos era evidente desde pequeños, incluso cuando los castigaban por rayar las paredes con crayones y pintura, justificando la travesura con la excusa de la falta de hojas para colorear, a pesar de haber muchas en la mesa de la profesora. Eran traviesos juntos y solían enfrentar castigos diarios, pero eso no les importaba, porque siempre estaban el uno para el otro.

Algo que nunca se le iba a olvidar era su inicio en el segundo ciclo de la escuela elemental, cuando JiSung le había comentado que casi no lograba ver, pidiéndole ayuda para ciertas cosas a lo que SeungMin aceptaba gustoso, feliz de ayudar a su único amigo desde que habían comenzado la escuela.

Esa misma semana, a la tierna edad de ocho años, se escapó de la escuela llevando a su amigo a cuestas hasta su casa, guiado únicamente por vagos recuerdos de haber pasado en auto por delante de la casa en una ocasión que su padre lo recogió del colegio.

Ese día marcó un antes y un después en la vida de ambos niños, con uno quedando ciego por completo y el otro jurando proteger y cuidar a su amigo con todo el cariño que sentía hacia él.

Por eso, en el momento que Felix le informó del estado de JiSung, sintió como algo dentro de él se rompía, adormeciéndolo al punto de desmayarse y para cuando despertó, lo único que podía hacer era llorar en los brazos de su novio, rogando para que lo llevaran al hospital y así poder quedarse el resto de su vida junto a su mejor amigo, junto a su alma gemela.

—Mañana puedes ir, ya es muy tarde para que vayas, Minnie... — intentaba convencerlo Chan mientras conducía hacia la casa de su primo, sintiendo cómo su corazón se rompía al escucharlo llorar con tanto dolor, como si le hubieran arrebatado lo más preciado de su vida — Te prometo que mañana a primera hora vendré por ti y te llevaré al hospital. Por hoy, debes descansar.

—¡L-Le prometí que... que lo c-cuidaría! — gritó entre su llanto, sintiendo como HyunJin lo apretaba más contra su cuerpo, compartiendo su dolor, sintiéndolo propio, queriendo trasmitirle tranquilidad mediante su aroma, aunque era en vano — L-Le fallé...

—No le fallaste, su madre cometió el error de no decirte nada y tú cometiste el error de no visitarlo — murmuró WooYoung, quien se mantuvo a su lado sujetando su mano y acariciándola suavemente. A pesar de no haber sido cercanos desde la secundaria, sentía un gran afecto tanto por él como por JiSung—. Ella te dijo que cuidaras de MinHo y tú le hiciste caso. Fue la mamá de JiSung quien falló al no decirte nada, incluso cuando le preguntabas por él todos los días.

—Pero si hubiera insistido...

—Si hubieras insistido, quizás ella te hubiera dicho, pero ¿eso qué? ¿Hubieras evitado que se lanzara por la ventana y un auto lo atropellara? ¿Lo hubieras hecho? — insistió al ver que SeungMin solo guardaba silencio, recibiendo solo una negativa por parte del castaño, suspirando con resignación — En ese momento tú estabas en otro lugar, ocupado con otras cosas, preocupándote por otra persona, y eso no te convierte en un mal amigo.

—Estabas siendo un gran amigo al cuidar de MinHo mientras yo llegaba — la suave voz de HyunJin le hizo levantar el rostro, sintiendo su corazón estrujarse al notar las lágrimas en los ojos de su alfa—. Ese día, MinHo estaría solo. Su madre iría con el papá de JeongIn. Sé que si no hubieras llegado, él... — pasándose una mano por la cara, suspiró abatido, notando como Felix, quien se había mantenido en silencio en el asiento del conductor, lo miraba con los ojos repletos de lágrimas — MinHo me dijo que si no hubieras llegado, habría hecho una estupidez.