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Sentía el cuerpo pesado, estaba tan agotado como si hubiera corrido una maratón, después de ser pisoteado por mil elefantes y, por si fuera poco, no haber comido por años.

Sí, estaba total y absolutamente hecho un desastre.

Un gran bostezo escapó de sus labios mientras se removía inquieto en su cama, sintiéndose incómodo por cierta mirada sobre su cuerpo. Hubiera ignorado completamente a quien fuera la persona que lo observaba si no fuese porque recordó dónde estaba antes de dormirse.

Abrió sus ojos asustado, esperando ver los vestidores del auditorio de teatro o el rostro de su mejor amigo, pero en cambio, se encontró en su habitación, observando el ceño fruncido de su padre, quien estaba recargado en el marco de la puerta.

Si fuera un anime de los tantos que veía, el hombre estaría echando humo por las orejas.

No pudo hablar, sentía demasiado miedo para hacerlo, por lo que solo se quedó mirándolo, esperando que fuera él quien hablara.

Y eso hizo, provocando terror en su hijo.

—Abajo te busca un tal Hwang HyunJin — SeungMin tembló en su cama, cubriendo aún más su cuerpo semidesnudo con las sábanas—. ¿Sabes? Es curioso que ese mocoso tenga el mismo olor con el que has estado llegando estos días.

—Y-Yo...

—Pero no puede ser porque según tú has estado yendo a casa de ese beta amigo tuyo, ¿cierto? — el omega no respondió, solo bajó la cabeza asustado por la reacción de su padre — ¿Cierto, Kim SeungMin?

Al no oír ni una palabra del castaño, entró por completo a su habitación, cerrando la puerta con una fuerza descomunal, provocando que un gemido de ayuda escapara de SeungMin sin poder evitarlo.

El hombre se acercó al menor, empujándolo por los hombros hasta que quedó nuevamente recostado en la cama, mientras se arrodillaba a su lado, sin importarle ver saladas lágrimas rodar por sus mejillas.

—Escúchame bien, hijito. Vuelves a llegar oliendo como ese imbécil y no tendrás la misma suerte que tu hermana, ¿entendido?—volvió a quejarse por el aura amenazante que desprendía su padre, sin obtener respuesta, lo cual lo enfureció aún más — ¡¿Entendido?!

—¡S-Sí!—lloriqueó, intentando alejarse lo más que pudo, cubriendo su rostro con las sábanas — ¡Ya déjame!

Con rabia, gruñó intimidando nuevamente al omega, haciendo que comenzara a sollozar debido a lo sensible que estaba por su reciente celo, cubriéndose de pies a cabeza con las sábanas y mantas de su cama, creyendo que así todo terminaría.

—Ahora bajarás y le dirás que no quieres verlo nunca más—esta vez asintió aterrado, aún debajo de las mantas—. Hazlo si no quieres que yo baje y lo eche.

Rápidamente se destapó y se levantó para colocarse una sudadera que había sobre su cama y salió de su habitación, corriendo escaleras abajo, viendo a HyunJin parado a los pies de las escaleras con los puños cerrados fuertemente, mandíbula tensa y una mirada cargada de rabia.

Había escuchado todo, y no sabía si sentirse a salvo o sentir vergüenza porque alguien más aparte de su “familia” sabía lo mal que lo pasaba viviendo en esa casa. Pero cuando el alfa dirigió sus ojos hacia él, supo que debía sentirse seguro, porque esa mirada cargada de cariño se lo decía.

❝Blind Eyes❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora