Capítulo 25: Mangekyo Sharingan

419 29 24
                                    


Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto, hago esta historia con el único fin de entretener.

Arco II

Capítulo 25: Mangekyo sharingan

Su charla con aquella mujer le había confirmado algunas de las cosas que Obito le dijo, sin mencionar que terminó de desbloquear algunas memorias de su infancia, como esa noche, esa noche en la que Itachi acabó con su clan y ahora, recordaba haberlo visto llorar antes de que se marchara. Yendo a ciertos lugares, pudo saber un poco más de la enfermedad de su hermano y todos le describían incluso como alguien amable, en aquel recóndito pueblo donde los ninjas no solían llegar y el Uchiha mayor buscaba sus medicinas, no necesitaba fingir.

Y ahora no podía evitar sentir una frustración y dolor inmenso ante la pérdida de su hermano, el hermano que tanto quiso en su niñez. Era muy poco probable que siguiera vivo y si vivía, Obito se lo había llevado, tal vez estaría encerrado en una celda el resto de su vida. Aquello le hacía derramar lágrimas entre el coraje y la pena, todo por culpa de los altos mandos de Konoha que le hicieron llevar una carga tan pesada.

—¿Qué es lo que quieres que hagamos? —Cuestionó una vez se reunió nuevamente con Zusuna. La mujer abrió sus ojos con tenue sorpresa al ver aquel cambio en sus ojos, en su sharingan, así que su mangekyo había despertado, eso lo hacía mucho más útil.

—Que bien que seas alguien de palabra. Necesito que captures al jinchuuriki del Hachibi, debes traerlo con vida —explicó con simpleza —. Cumpliré la otra parte de nuestro trato una vez termines. Solo eso, luego tú y tu grupito pueden hacer lo que les plazca.

—¿Qué otra parte del trato? —Cuestionó Karin un poco confundida, al menos no recordaba que hubiera otro lado más allá de la información acerca de Itachi.

—Destruir Konoha y acabar con sus altos mandos —fue la respuesta frívola de Sasuke.

...

Konohagakure

Se negaba a creer que su maestro pudiera estar muerto, el dolor que aquello le ocasionaba era indescriptible. No se imaginaba la vida si aquel viejo pervertido que era prácticamente su familia. Ni siquiera cuando el anciano Tercero había muerto se sintió tan devastado, simplemente no quería creerlo. No era capaz de levantarse o salir de su hogar, no tenía ánimos de nada, sentía como si todo se estuviera derrumbando, primero perdiendo a su amigo y ahora a su maestro ¿siempre tendía que perder a sus seres queridos? Y lo peor es que quizás era para nada.

El timbre de su casa resonó, pero debió escucharlo un par de veces más como para levantarse y abrir. Encontrarse con Shikamaru no debió extrañarle, pero no tenía ganas de hablar con nadie. Aun así, este acabó por sacarle un rato de casa.

—¿Qué hacemos en el hospital? —Preguntó con algo de cansancio, aunque la respuesta quizás vino por si sola al ver a la mujer que salía del hospital—¿Kurenai-sensei? ¡Has comido tanto que te volviste gorda como Chouji!

—Está embarazada, tarado —le regañó Shikamaru con una mueca de fastidio—. En serio eres un idiota, Naruto.

—Shikamaru, no tienes que venir todo el tiempo aquí —le dijo la mujer con preocupación, aunque acabó por sonreír tenuemente—. Estaba preguntando por Rin, pero aún no ha regresado a la aldea.

—¿A Rin nee-chan? —No pudo evitar preguntar el rubio con algo de sorpresa, pero si lo pensaba, era natural que fueran amigas.

—En cuanto ella regrese, te avisaré, recuerda no esforzarte demasiado —pidió el muchacho de cabellos negros a lo que la jounin solo asintió antes de despedirse de ambos y seguir su camino—. Ese niño será mi estudiante algún día, Asuma me encargó cuidar de él. Yo también perdí a mi maestro, sé cómo te sientes y solo puedo decirte que ya no somos niños, no podemos solo estancarnos a llorar. Es un fastidio, pero debemos seguir avanzando.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora