Título: Uchiha Obito no Monogatari
Género: Aventura/Romance/Amistad
Subgénero: What if.../ ¿Qué pasaría si...?
Advertencias: Muerte de personajes (no vayan a lloriquear, en la serie se murieron un chingo), uso de OC's
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto, hago esta historia con el único fin de entretener.
Arco I
Capítulo 2: Artistas
Iwagakure
Cuando Deidara se graduó como gennin de la academia junto a Kurotsuchi y Akatsuchi, los tres fueron asignados como un equipo bajo las órdenes de Kitsuchi, el padre de la azabache. Cumplir con las misiones que se les encargaba no era muy difícil, los tres eran muy habilidosos a sus doce, once y trece años respectivamente. Incluso Deidara había comenzado a ser entrenado por el mismísimo Oonoki, quien le tenía gran aprecio y estaba orgulloso de él a pesar de que nunca lo admitía. Pero claro que ni el rubio ni la nieta del Tsuchikage tenían la madures propia de ninjas de su rango o de sus habilidades.
—¿Cuándo dejaran de hacerle bromas a Oonoki-sama? Es por eso que se enoja con ustedes —les reprochaba Akatsuchi como era ya de costumbre, los otros dos solo se reían por su reciente broma mientras caminaban por la aldea en espera de los gritos del Tsuchikage.
—No seas aburrido Akatsuchi. Quiero ver la cara del viejo cuando se dé cuenta —sonreía divertida la kunoichi.
—Necesitas aprender a relajarte, h'n —Deidara rodó los ojos antes de seguir moldeando un trozo de arcilla en sus manos hasta volverla una pequeña ave.
En la nueva línea de tiempo que Obito Uchiha había creado, Deidara nunca se implantaría aquella técnica prohibida, su arte con la arcilla explosiva venía simplemente de su barrera de línea sucesoria, claro que tomó mucha practica poder realizar sus esculturas con rapidez. Moldeaba estas con sus propias manos transmitiéndole un poco de su chakra para hacerlas funcionales. Su creencia por el arte efímero estaba intacta y era algo de lo que Kurotsuchi solía sacar a burla ocasionalmente.
—¡Kurotsuchi! ¡Deidara!
Los gritos de Oonoki resonaron en casi todo Iwagakure. Los dos adolescentes no dudaron en correr para evitar el castigo que les vendría por jugarle otra broma al anciano, lo más natural sería que dejaran de hacerlo, pero parecía haber algo satisfactorio en eso para ellos, al menos así pensaba Akatsuchi.
—¿De nuevo huyen de Oonoki-sama? ¿Cuándo van a aprender a comportarse? —Una kunoichi de la misma edad que los tres, se acercó en compañía de los dos miembros de su equipo, recién llegaban de una misión.
—Parecen de todo menos ninjas, deberían dejar de hacer bromas absurdas —comentó el único hombre del equipo recién llegado.
—Supongo que ellos son así —se rio la otra integrante de aquel equipo.
Akatsuchi dejó salir un suspiro de resignación, ya estaba acostumbrado a esa clase de situaciones. Mientras sus dos amigos se ocultaban del problema, decidió acompañar a los recién llegados a entregar su reporte de misión. Más tarde, luego de recibir la regañina del Tsuchikage, Deidara y Kurotsuchi se volvieron a unir a su amigo y a sus antiguos compañeros de la academia.
—¿Algún día ustedes dos dejaran de actuar como unos niños? Oonoki-sama la paga con todos nosotros cuando hacen alguna de sus bromas. —Les regañaba una kunoichi de cabello castaño oscuro, el cual llegaba por debajo de sus hombros; de ojos almendra y piel clara. Al igual que todos, usaba el uniforme ninja de Iwagakure y llevaba su protector amarrado en su cuello en lugar de su frente. Ella tenía doce años al igual que Deidara.
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Una nueva oportunidad
RandomPoco antes de su muerte, Obito es capaz de cambiar la realidad y alterar el tiempo. Al sobre escribir la historia, las memorias de la vida que nunca sucedió parecen eliminarse de su mente y una nueva y mejor vida parece esperarle. Pero ¿y si la verd...