La testaruda y orgullosa hija menor, de remus Lupín, lexie. Se enfrentará a su quinto año escolar, después la muerte de su novio y su problema con las drogas. Promete no volver a sentir amor hacia nadie más... Pero llegan dos personas que cambiarán...
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Salí del baño y empecé a secar mi cabello mientras las chicas se arreglaban.
Nos dirigimos al gran comedor, yo me senté junto a dean y seamus.
—¿Por que no viniste a cenar anoche?—Me pregunto dean, mientras tomaba jugo de calabaza.
—Estaba demasiado cansada—Le dije, con un mohín.
—¿Saben los rumores de que el ministerio se quiere apoderar de hogwarts?—Nos pregunto dean, en voz baja.
—Si, hers me comentó sobre ella—Dije, dándole un sorbo a mi jugo de mango—Pero no estoy segura de que eso sea verdad, dumbledore es muy inteligente.
—Yo tampoco lo creo —Dijo seamus—No le creo ni mierda a potter.
Seguimos conversando un rato y después nos fuimos para nuestras clases.
Me encontraba en la biblioteca haciendo mi tarea de pociones, cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.
—Theodore Nott—Le dije, con los ojos entrecerrados—¿Que haces aquí?
—¿No puedo venir a hacerle compañía a mi amiga?—Me pregunto un poco ofendido.
—Si claro—Dije con ironía.
Él sonrió divertido y sacó su libro de historia de la magia —Voy a aprovechar que estás estudiando para yo también hacerlo. Aunque el examen sea el próximo mes, quiero estar preparado.
Sonreí y nos pusimos a estudiar en silencio. Le echaba pequeñas ojeadas de vez en cuando, vi que se mordía el labio inferior y miraba con el ceño fruncido su libro.
—¿No entiendes?—Pregunte burlona.
—Claro que si—Me dijo ofendido, y yo solté una risita.
—Pues parece lo contrario—Le dije, y él puso los ojos en blanco.
—No es por ser presumido pero soy de los mejores en todas las materias—Me dijo.
Puse los ojos en blanco —Si es por ser presumido.
—Déjame terminar—Me dijo divertido—Pero historia de la magia es la única materia que nunca he entendido.
Yo sonreí divertida —Para tu gran suerte yo soy buenísima en historia de la magia.
—¿Eso significa...?
—Eso significa que te ayudaré—Le dije, y él sonrió—Pero aquí no, Guarda tus cosas.
—¿Para que?—Me pregunto, con el ceño fruncido.
—Solo hazme caso—Le dije, mientras guardaba mis cosas.
—Como órdenes—Dijo y empezó a guardar.
Cuando termino de guardar las cosas, entrelacé nuestras manos y lo arrastre por todo el castillo entre risas.
