La testaruda y orgullosa hija menor, de remus Lupín, lexie. Se enfrentará a su quinto año escolar, después la muerte de su novio y su problema con las drogas. Promete no volver a sentir amor hacia nadie más... Pero llegan dos personas que cambiarán...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Llevaba aproximadamente cinco minutos dudando entre si hablar o no, ya me había levantado hace aproximadamente media hora, pero me había mantenido en silencio.
Tome una bocanada de aire y suspire.
—¿Theo?—Lo llame en voz baja, mordiendo mi labio inferior con inseguridad.
Él suspiró, tardó unos segundos en responder, pero al final lo hizo —¿Si?
—Yo...—Dude un momento, me incorpore mejor para poder mirarlo—. Necesito pedirte un favor—Lo mire suplicante, y al asintió —. Es que...
—No tienes que darme explicaciones, solo pedírmelo y sabes que no me negaré—Me dijo, con una sonrisa divertida.
Puse los ojos en blanco y mi cruce de brazos —¿Y donde quiera que hagas un trío conmigo y con mi novio? ¿Aceptarías?
Él soltó una carcajada y me miró —Sacando a Alexei, lo haría con todo gusto.
—Estoy hablando enserio—Le dije, mientras ponía los ojos en blanco.
—¡Y yo también!—Lo mire fulminante y soltó otra carcajada—. Esta bien, continua.
Suspire —Lo qué pasa es que mañana en la noche tengo una cena de navidad, en casa de mi abuela materna... ella es un poco, ¿especial?—Enarque una ceja y theo aguanto las ganas de reírse—. Blaise quedó de acompañarme, pero se que se va a aburrir completamente.
—¿Quieres que te acompañe?—Me pregunto, sonriendo de lado.
—¡Solo si puedes!—Sonreí divertida—. Aunque no te quiero comprometer, es navidad y es Justo que quieras pasar ese día con tu familia.
Theo frunció el ceño —Blaise y tú son mi familia.
—¿Eso es un si?—Enarque una ceja, mordiéndome el labio inferior.
—Claro que si—El asintió, y yo solté un chillido estupido por la felicidad, cosa que hizo que él soltara una carcajada.
—Oh, algo mas...—Me puse de pie, y abrí uno de los cajones de mi mesita de noche—. Te debía un regalo de cumpleaños.
—No tienes que darme nada—Me dijo, con una mueca de incomodidad.
Puse los ojos en blanco —Claro que debo, no te di nada de cumpleaños.
—Estuviste esa noche conmigo—Me recordó, ladeando la cabeza—. ¿Que mejor regalo que eso?
—¿Tal vez unos collares?—Sugerí, mostrándole los collares que me había regalado aquella anciana hace un mes.
—Wow... esto... no puedo aceptarlo lexie—Me dijo, negando con su cabeza.
—Vamos, si no lo aceptas lo tomaré con un menosprecio—Le dije, señalándolo con mi dedo índice.
