La testaruda y orgullosa hija menor, de remus Lupín, lexie. Se enfrentará a su quinto año escolar, después la muerte de su novio y su problema con las drogas. Promete no volver a sentir amor hacia nadie más... Pero llegan dos personas que cambiarán...
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Umbridge había puesto un nuevo decreto; quedan prohibidas todas las organizaciones estudiantiles. Quien lo hiciera será expulsado.
Así que esto es vida o muerte.
—Lo lograste, neville—Le dije a neville con una sonrisa—Encontraste la sala de menesteres.
—¿La que?—Pregunto ron, con el ceño fruncido.
—También la llaman la sala que viene y va—Le dijo hersm—La sala de menesteres solo aparece ante alguien que la necesita...
—... Y siempre está equipada para sus necesidades—Complete.
—¿Y si lo que necesitas es un baño?—Pregunto ron, haciéndome reír.
—Compórtate, ron—Le dijo hersm—Pero si, esa es la idea en general.
—Perfecto—Dijo harry—Es como si hogwarts quisiera que nos defendiéramos.
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—¡Expelliarmus!—Grito neville, y su varita salió volando en reversa, nos tocó agacharnos para que no nos golpeara y la varita rompió el vidrio—. Soy pésimo...
—No, es que estás moviendo tu varita demasiado—Le dijo harry.
—Inténtalo así—Me acerqué a él—¡Expelliarmus!—Y la espada del muñeco de madera que estábamos usando salió volando.
Todos me miraban sorprendidos y hersm me sonrió orgullosa.
Harry y yo les seguimos explicando un poco más. Pero cortamos la clase por que teníamos entrenamiento de quidditch.
En los vestidores me puse mi uniforme —que era un poco apretado— y salimos al campo de quidditch.
Pero el equipo de slytherin venía hacia nosotros —al parecer iban a entrenar.
—Johnson, ¿Que hacen aquí?, nosotros estamos entrenando—Le dijo Urquhart el capitán del equipo de quidditch a Angelina.
—Pues nosotros también vamos a entrenar—Le dijo Angelina, cruzándose de brazos.
—Oh, no, eso no pasará—Le dijo Urquhart, negando con la cabeza.
—Tenemos un papel firmado por mcgonagall, ¿ustedes tienen uno?—Les pregunto Angelina y ellos se quedaron el silencio—. Eso creí. Por favor déjenos entrenar tranquilos y váyanse.
—¿Y si no nos vamos que?—Le pregunto draco, ladeando la cabeza.
—Pues te tiraré una Bludger y se acabará el problema—Le dije con una sonrisa.
Ellos a regañadientes se fueron y nos dejaron entrenar.
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—Quiero que copien el texto aprobado cuatro veces, para asegurar la máxima retención. No hay necesidad de hablar—Nos dijo umbridge, mientras caminaba por el salón.
