La testaruda y orgullosa hija menor, de remus Lupín, lexie. Se enfrentará a su quinto año escolar, después la muerte de su novio y su problema con las drogas. Promete no volver a sentir amor hacia nadie más... Pero llegan dos personas que cambiarán...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Odio a los hombres —Murmure, dejándome caer dramáticamente en la cama de herms y blaise.
— ¿Problemas en el paraíso? —Me pregunto herms, enarcando una ceja.
— No —Suspire —, Theo es grandioso.
Ella puso una mueca, dándose cuenta que no me refería a theo, sino a mi padre.
— Creo que algún día deberías hablar con alguien de lo que viste esa noche— Me dijo ella, probándose un bikini —, Sería muy liberador para ti amiga, quizás hasta sanador.
Oh, no, eso ni loca. Ni herms sabia que había pasado esa noche, porque no era capaz de hablarlo con nadie, no sé si era por cobarde o porque no quería que mi familia se destruyera. Puede que mi relación con mi padre se dañara, pero no me permitiría dañar la relación tan linda que tiene mi hermano con él o dañar el matrimonio de mis padres.
— No quiero presionarlas — Daphne asomaba su cabeza por el marco de la puerta —, Pero todos las están esperando en el lago.
Suspire y me puse de pie. Me mire al espejo, tenía el top del bikini y la parto de abajo, pero eso me lo cubría unos shorts que me había colocado, no los abroché y tenía unas gafas de sol.
— Te han crecido las tetas — Me dijo herms, para después darle un pequeño apretón a mi seno derecho.
Me eche a reír y de hecho era verdad, me habían crecido los senos desde que estaba con theo. Claro estaba que no se lo diría a él, ya era lo suficiente creído, no quería subir más su ego.
Herms miraba con una mueca cuando estuvimos en la punta del lago, los demás ya estaban surmegidos, jugando entre ellos.
— Se ve que está muy fría el agua— Murmuro—, Creo que no me mete...
No alcanzo a terminar lo que iba a decir, yo ya la había empujado y estaba surmegida en el lago.
— ¡Traidora! — Chillo, quitándose el agua de la cara.
Me reí y busqué con la mirada a theo, pero no estaba. Cuando estuve a punto de preguntar por el, note que me cargaban con dos manos y claro, no me sorprendí quien era cuando me hundió en el agua.
Estuve unos segundos surmegida, cuando salí y chille dramáticamente.
— ¡PUDE HABERME AHOGADO!
— No te fueras ahogado, dramática — Me dijo theo, con una sonrisa divertida.
— Eres un idiota — Murmuré, mientras me ponía las gafas sobre la cabeza.
Él se acercó a mi con una sonrisa de lado, estaba mojado y las gotas de agua caían por su frente, se veían muy bien.
— Parecías muy divertida la otra noche cuando te lanzaste a la madrugada — Enarco una ceja.
— Eso era porque iba borracha — Me justifique, muy digna.
