La testaruda y orgullosa hija menor, de remus Lupín, lexie. Se enfrentará a su quinto año escolar, después la muerte de su novio y su problema con las drogas. Promete no volver a sentir amor hacia nadie más... Pero llegan dos personas que cambiarán...
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—¿Donde te gustaría vivir después de terminar la escuela? —Me pregunto, ladeando la cabeza, llevamos un buen rato haciéndonos preguntas.
La verdad si lo había pensado antes, mas de las que me gustaría admitir. No quiero vivir toda la vida con mis padres, apenas terminar la escuela quiero tener mi propio hogar, no se si quiero formar una familia, pero si quiero tener mi propio hogar.
Suspire —Cerca de la casa de mis padres... Hay un lago, ese lugar es solo pero muy acogedor, recuerdo que cuando era mas pequeña iba con mi familia ahí —Antes de que todo se arruinara—Me gustaría construir una casa frente a ese lago y vivir ahí.
El me miro con una sonrisa —Suena demasiado bien, y es un gran sueño... Los sueños son buenos.
Y tiene toda la razón. Se me hace raro hablar sobre mis metas y sueños con alguien, normalmente nadie me pregunta por eso, y aunque me lo preguntara, les diría; que te importa. Si, soy muy mala para abrirme con las personas, pero con el es casi natural.
Es raro... No sentía algo así desde... Desde cedric.
—¿Y a ti? ¿Que te gustaría hacer después de la escuela? —Le pregunté, entrecerrando los ojos.
El sonrió divertido.
—Me gustaría escapar al mundo muggle, vivir en una casa en algún campo... Con un patio grande, y adoptar un perro.
—Y si no te fueras al mundo muggle... Y te quedarás aquí, ¿que harías?
—Me dedicaría a ser ministro de magia, tengo mi lugar asegurado en el ministerio, gracias a mi padre.
Nunca me ha hablado de su padre, bueno... Yo tampoco sé lo he preguntado.
—¿Por qué nunca hablas de tu padre?
El soltó un risa agria —No es mi tema favorito.
Decidí cortar el tema de su padre, no quería incomodarlo.
Mire a la ventana, el sol ya estaba saliendo. No puedo creer que haya hablado con el todo la noche, no puedo creer que haya hablado bastante con alguien, soy mala para socializar con la gente.
Entrecerre los ojos, el sol me estaba dando en toda la cara, mínimo mi cabello y mis ojos ya estan brillando.
—¿Como es tu madre? —Le pregunte, ladeando la cabeza.
El trago saliva brusca mente —Ella... Ella murió cuando yo tenia doce años.
Oh... Dios, no lo sabia...
—Y-yo... Lo siento... No lo sabía...
—No pasa nada—Me aseguro, con una sonrisa.
Agaché la cabeza avergonzada. Dios, me siento tan estúpida... Si solo lo hubiera sabido... Juro que no hubiera preguntado eso.
