Capítulo 20

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Después de haber pasado unas horas paseando con Nathaniel, el pelirrojo se para y Marinette, confusa, también.

-Marinette, creo que ya es bastante tarde. Creo que lo mejor sería que fueses a casa.

-Sí, tienes razón -le contesta Marinette-. Será mejor que vaya a casa.

-Te llevo. No quiero que te pase nada. -Nathaniel se sonroja un poco.

-Oh, gracias, Nath. Eres un encanto -le halaga Marinette.

-No es nada -tartamudea y se dirigen hacia la casa de Marinette.

Al llegar, Marinette iba a abrir la puerta pero se detiene como si dejase de poder controlar su mano. Algo le impide abrir la puerta y la azabache intuye que Adrien está metido en todas estas inseguridades suyas.

-¿Pasa algo, Marinette? -le pregunta gentilmente Nathaniel.

-Bueno...

-¿Hay algún problema por el que te impide abrir la puerta?

-Es que... la verdad es que... -Marinette se mantiene en silencio. Nathaniel no puede saber lo que realmente le está molestando, así que decide mentirle- prefiero estar más tiempo contigo.

-Oh, Marinette, yo... -Nathaniel se sonroja.

-¡¿Se puede saber dónde estabas?! -exclama un rubio, el cual acaba de salir de casa. Los ve juntos y se enfada mucho más.

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Cap 20: BESO INESPERADO
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-¡Adrien! -exclama Marinette, nerviosa.

-¡¿Quién es este bastardo?! -grita, furioso, girándose hacia él.

-¡Él no es un bastardo, Adrien, es mi amigo! ¡No le vuelvas a llamar así si no quieres acabar en problemas!

-¡Ah, ya recuerdo! -Adrien sonríe-. Eres aquel emo que Marinette acabó rechazando la vez pasada. Siento pena por ti -se burla Adrien, haciendo sentir mal al pelirrojo.

-Te pediría que te guardes esos comentarios para ti -le dice Nathaniel, sin subir el tono de voz.

-Soy el niñero de Marinette. Es mi deber alejar a las personas que no le conviene mantener una relación -le contesta, borde.

-Yo diría que le conviene estar menos contigo. Al menos yo no estoy diariamente aburrido e insultando a gente inocente porque me dé la gana. Yo diría que le estás cuidando de una manera muy peculiar para ser un niñero. No me podría imaginar si llegases a cuidar a un niño de cinco años. ¿Estarías insultando a gente que le rodea? Pobre de ti, acabarás con una reputación bastante desagradable, ¿no crees? No me extrañaría que incluso dejases tu carrera de modelo.

Adrien aprieta los puños con intención de pegarle cuando la dulce voz de la azabache interrumpe su conversación.

-Creo que lo mejor sería que fueses a casa, Nath -le recomienda Marinette, asustada.

-Por supuesto. Te veo mañana en clases, Marinette -le dice, alegre y se va.

<<Me sorprende cómo ha cambiado Nathaniel desde que le rechacé. Ahora parece más maduro y seguro de sí. Me alegra que haya olvidado aquel momento>> piensa Marinette y al girarse se encuentra con unos ojos verdes esmeralda, mirándola con furia.

-Tú te vienes conmigo -le obliga Adrien y Marinette suspira.

Adrien y Marinette llegan a la sala y el rubio empieza a exclamar otra vez.

-¡¿Dónde carajos estabas?! ¡¿Por qué estabas con el tomate?!

-¡Cállate, Adrien! ¡No haces más que molestarme una y otra vez! ¡Ya estoy cansada de estar vigilada y de no ser libre!

-¡Contéstame!

-Fui a tomar aire y me encontré con Nathaniel. Además, ¿a ti qué te importa? Al fin y al cabo, tú estabas muy cómodo con mi hermana. No te debería molestar que yo esté alejada de vosotros, ¿no crees?

-¡¿Pero qué c*ño dices?! ¡Deberías tener en cuenta que YO soy tu niñero por lo que tienes que obedecerme te guste o no y acabo de decidir que estás CASTIGADA! -exclama Adrien, furioso.

-¿Pasa algo? -pregunta Lila, acercándose a ellos.

-Nada que te importe -le contesta Marinette, sin mirarla.

-¡No le hables así, Marinette! -le dice Adrien, enfadado.

-¡Yo le llamo como me dé la pu*a gana! Hubiera preferido quedarme con Nath -susurra Marinette, cabizbaja.

Adrien la escucha y le aprieta del brazo, haciéndole doler un poco a la azabache.

-¡Ah! ¡¿Qué crees que haces, gilip*llas?! -exclama Marinette, furiosa.

-¡Te he dicho que estás CASTIGADA! ¡No saldarás a ninguna parte con ese bastardo, ¿me has entendido?!

-¡Que no eres mi niñero! ¡Es Usui y como él no está, no estoy a las órdenes de nadie!

-¡Marinette, cállate y vete al cuarto! -le exclama Lila.

-Si no me calla Adrien, ¿cómo crees que una zorra como tú lo consiga? -le espeta Marinette a su hermana.

-¡Marinette, cálmate de una vez! -le ordena Adrien, enfadado.

-¡ERES UN...!

Marinette corre a su habitación, desesperada mientras que Adrien y Lila la siguen con la mirada hasta que entra en su habitación. Aunque no quisiesen confesarlo, les ha asustado lo que ha pasado con Marinette.

La azabache se tumba en la cama para llorar cuando su kwami decide salir para calmarla. A ella también le ha asustado el mal rato que ha ocurrido hace unos segundos pero se arma de valor e intenta hacer lo que le es posible para relajarla.

-Marinette, olvídalo. Todo va a arreglarse.

-¡Ya no sé qué hacer! Solo quieren jugar conmigo... -replica Marinette, sin mirar a su kwami.

De repente alguien toca la puerta pero Marinette no habla.

-Marinette, voy a entrar -avisa y entra. Al ver a Marinette en su cama llorando, se sorprende pero luego decide ponerse serio como siempre para no hacerle ilusiones.

-¿Por qué estás llorando, tabla? -le pregunta. Adrien se queda pensando el porqué le ha salido llamarla así. Hace un tiempo que no le ponía ese apodo.

-No estoy llorando, estú*ido -le responde, sollozando pero se limpia las lágrimas, sin mirarle.

-No... qué va -dice, sarcástico y se sienta a un borde de la cama, separado de ella.

-Estoy siendo sincera -miente y le salen lágrimas otra vez.

-Marinette... -dice y le coge de la mano, acercándose a ella.

-¡Que te he dicho que no...!

Sin dejarle terminar, Adrien de repente besa a la chica. Marinette no cierra los ojos por la sorpresa que se ha llevado al volver a sentir los cálidos labios de Adrien. A pesar de lo aturdida que se siente, se separa de él y guarda silencio por un largo rato, esperando que fuese él quien le diese explicaciones de esto.

-Bueno... -tartamudea Adrien, llevándose una mano a su cabello-, yo me voy a mi cuarto... Ya es de noche y necesito descansar -disimula y se va, dejando a Marinette patidifusa.

-Sí... -responde y se queda en su cama, mirándolo hasta que sale de su habitación.

Mi inocente Mojigata~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora