-¡¿Acaso crees que después de admitirme que quieres matarme que es buena idea dar una vuelta para hacer migas?!
-Marinette, solo sugería. No te obligaba a nada. Solo... -Adrien se da la vuelta, dándole la espalda- deja de ser tan mojigata.
Marinette parpadea los ojos varias veces y se queda paralizada, observándole subiendo las escaleras cuando su cuerpo reacciona.
-Esta bien... vámonos -le dice y Adrien se gira en la mitad de la escalera, sonriéndole.
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Cap 7: USUI
————————————————————Adrien y Marinette van al parque y se sientan en un banco para conversar. Se encuentran en un parque lleno de gente de distintas culturas que pasean agarrados de las manos de sus parejas, incomodando a los dos protagonistas. Sobre todo a la azabache, quien hace unos minutos se ha imaginado toda una trágica vida junto al modelo rubio, quien no tenía esas intenciones, en realidad.
El silencio emana entre los dos jóvenes, escuchando solo las conversaciones de la gente paseando. Por ahora no se ha acercado ningún o ninguna fan a pedirle autógrafos al rubio, lo cual le alivia por sus instintos.
Si la situación actual era incómoda, más les a parecido a Adrien y Marinette cuando a lo lejos observan cómo unos jóvenes empiezan a besarse por un largo tiempo. Rápidamente Marinette sugiere a Adrien a que vayan a tomarse un helado y Adrien, entendiendo a la jóven, asiente a pesar de que a él no le incomodaba tanto, y se dirigen a tomarse esos helados que a la azabache le rogaban a que los comprara a lo lejos.
-No sé qué helado escoger... -le dice el rubio, observando por el escaparate en busca de uno que le favoreciese.
-Umm... ¿el de limón? -bromea Marinette, entre risas.
-Mmm... ¿cuántas calorías tiene? -Marinette le mira, aburrida.
-¿Es en serio, Adrien?
-Tengo que cuidar lo que como en mi día a día.
-Pues sí que te lo has cuidado en el desayuno... -Rodea los ojos Marinette.
-Vale, vale... me lo cojo.
Marinette, gira la cabeza y busca algún sabor que le atrayese. En un principio se queda en silencio, sin saber qué elegir.
-Prueba el de vanilla -sugiere Adrien, ya comprando su helado. Marinette asiente y se lo compra.
Después de haber estado comiendo sus helado en un banco cerca del río, Marinette empieza a preguntarle lo siguiente:
-¿Es verdad que tu primo es modelo como tú? -Adrien asiente mientras come su helado de limón-. ¿Y cómo se llama?
-¿No lo conoces?
-Es que recuerdo haber oído algo de que tu primo era modelo también pero desconozco su nombre.
-Se llama Takumi Usui...
-Espera... ¡¿no estarás hablando del famosísimo Takumi Usui?!
-Umm... no, es otro... -miente Adrien.
-¡No hay otro TAKUMI en el mundo! ¡Es ÉL! ¡AHH! -se emociona Marinette-. ¡¿Por qué no me dijiste?!
-¿Te gusta o qué?
-¡¡¡LO AMO!!!
-Debería deshacerme de mi primo -farfulle Adrien, molesto.
-¡No! ¡Él no! ¡Si no me matarías a mí! -exagera Marinette, haciendo puchero.
Adrien rueda los ojos y los dos jóvenes siguen caminando cuando se encuentran con algo en el suelo.
-¡Aww! ¡Mira ese lindo gatito! -Marinette señala un gato negro con grandes y oscuros ojos de color verde.
-¡Lo quiero! -exclama Adrien y lo toma en brazos.
-Se ve que tienes mano en cuidar gatos. Ni siquiera se ha asustado. ¿Cómo lo has hecho? -pregunta Marinette, intentando acariciarlo pero teme que el gato le arañe.
-Solo tienes que... no tener miedo. Si intentas acariciar a los gatos con temor a que te arañen, ellos aprovecharán en asustarte.
-¿En serio? Es que... por fuera son tan lindos y tranquilos pero por dentro son tan... ariscos... -Marinette suspira y Adrien le sonríe.
-¿Nunca te has comparado con un gato? -pregunta Adrien, mirándola fijamente.
-¿Compararme con un gato? No te entiendo, ¿por qué tendría que compararme con un gato?
-Tal vez porque te pareces a él.
-¡¿Me estás diciendo que soy un animal?!
-No, yo solo...
-Adrien, déjalo... Se nota que no sabes respetar a la gente...
Marinette y Adrien vuelven a casa y cuando la azabache iba a ir a su habitación una voz la hace parar.
-Solo quería decirte que... eres una mojigata -murmura Adrien.
-¿Mojigata? -pregunta Marinette sin comprender su significado-. Puff... -Sube las escaleras a su habitación.
Marinette se encierra en el cuarto y suspira, enfadada.
-Ese imbécil...
-Deberías controlar tus impulsos, Marinette -le recomienda Tikki-. Te has anticipado mucho y lo has exagerado.
-¡¿El qué, Tikki?! ¡Estaba claro cuáles eran sus intenciones! ¡Primero me quiere matar, luego me dice que quiere deshacerse de mi ídolo, después me considera un maldito animal y ahora me llama una MOJIGATA que ha saber lo que es! Seguro que es algo como pu*a...
-¡MARINETTE! ¡NO DIGAS PALABROTAS! -chilla Tikki, desesperada-. ¡Adrien solo ha intentando llevarse bien contigo!
-Eso es mentira, Tikki. Adrien me ha demostrado ser algo peor que un monstruo...
Tikki suspira y Marinette se acerca al ordenador, donde tendría que hacer una videollamada con su mejor amiga.
Enciende el ordenador y se queda viendo la pantalla de su ordenador con atención. Esos dibujos y esos corazones... tendría que deshacerlos de una vez. Ya no... está enamorada de él, así que ¿por qué seguía con esas fotos suyas?
Esa cara tan perfecta, esos ojos brillantes, esos labios húmedos y ese cuerpo tan... esbelto.
Marinette suspira pero luego sacude la cabeza, ignorando ese comentario y abre la aplicación donde haría la videollamada.
-¡¿Entonces... ahí fue cuando descubriste que era TAKUMI USUI?!
-¡Sí, Alya!
-¡¿Estás cien por cien segura de que es MI TAKUMI?!
-NO PORQUE ES MÍOO...
-¡Eso jamás, meja! La gente perfecta como él no se puede compartir porque es TODO o NADA.
-¡Entonces es TODO mío!
-Pero Marinette...
-¿Sí?
-¿Por qué lo admiras tanto? No te he oído hablar tanto de él hasta hoy...
-Supongo que... porque tengo miles de cosas en la cabeza de las que me son imposibles de olvidar. Je, je...
-¿Pero por qué lo admiras tanto?
-Supongo que... me gusta cómo trata a la gente. Veo en la televisión cómo es tan amable y cortés con las chicas y... bueno, eso es todo.
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Mi inocente Mojigata~
Hayran Kurgu-Ja, ja, ja... ¡¿te contratarán un niñero?! -¡No te burles, Alya! Les dije que era mayor pero... -No te dejan estar sola por lo ocurrido de hace seis meses... lo sé... ¡pero tienen que olvidarlo ya! ¡Tienen que confiar en ti de una vez! -Bueno, no...