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Seonghwa con el pasar del tiempo se ponía peor y no podían hacer nada por ello, Hongjoong por más que tratara de animar a su esposo no podía, Seonghwa parecía encerrado en una burbuja de la cual no podía salir. Ya estaba mejor y ya podía volver a como estaban antes, como si nada hubiera pasado pero no, el seguía ahí en cama llorando mientras se culpaba de perder al bebé pero no era su culpa, había sido algo que pasaba habitualmente, algo normal pero en su cabeza había algo que lo culpaba y no dejaba de atormentarlo culpandolo. Solo le quedaba quedarse con la él y apoyarlo.

— Amor, voy a llevar a los niños a clases, necesito que me sueltes...no pueden faltar—Habló con suavidad acariciando su cabello— Lindo, necesito que me sueltes.

— No.

Hongjoong sonrió con ternura al ver su rostro adormilado y le dió un besito en su frente antes de levantarse.
Volvió a casa a las ocho después de ir a buscar a Jungmo y dejar a todos en la escuela. Compró el desayuno ya hecho porque no tenía ganas de cocinar, tenía sueño.

— Abre ¿Por qué no quieres? Debes comer Seonggie, ¿o si no cómo vas a jugar con los niños cuando te sientas mejor?

— No tengo hambre Hongjoong, déjame—Le dió la espalda cerrando sus ojos de nuevo.

— Bueno, estará en el microondas por si quieres comer...—Se levantó y fué a dejar las cosas en la cocina.

En la tarde Seonghwa salió por fin de su habitación después de semanas, estaba sentado en la mesa de la cocina mirando a esta, necesitaba respirar un poco de aire, llevaba mucho tiempo arriba y ni siquiera había abierto la ventana.
Los niños lo rodeaban felices de verlo pero como siempre tenía que cagarla les había gritado que se fueran y que lo dejaran en paz, los niños habían corrido de ahí inmediato asustados ¿Por qué su papi estaba molesto?
Seonghwa se sentía estresado y agobiado, en ningún momento había podido recuperar esa tranquilidad que tanto predominaba en el, simplemente desde que supo que iba a tener a otro cachorro hasta ahorita ella se había esfumado, le habían salido patas y se había ido sin querer volver por un tiempo. Hongjoong lo había mirado molesto por lo que había hecho y solo le quedó disculparse con un abrazo con los niños, nunca había hecho una disculpa tan forzada como esa.

— No estás bien.

— Déjame Hongjoong.

— ¿No crees que debes tomarte un tiempo y poder estar mejor? No creo que sea bueno para ti—puso su dedo en el pecho de Seonghwa— como para ellos—apuntó a los niños— que tú estés de esta forma, podría pasar cualquier cosa y...¿por qué no pasas un tiempo en casa de tu padre? El podría ayudarte cielo.

— ¿Me estás sacando de la casa?

— No Seonghwa, no es lo que estoy queriendo decir, me refiero a que debes tomarte un tiempo para ti y mejorar de acá—señaló su cabeza— para que podamos estar todos bien de nuevo.

Hongjoong sabía muy bien que la estabilidad emocional de Seonghwa no era muy buena y que muchas veces requería de ayuda profesional cuando tenía recaídas de ese nivel como la que había tenido recién porque era capaz de hacer cualquier cosa y eso era preocupante.

— ¿Me estás diciendo enfermo mental y que debo irme de l-la casa?

— No me estás entendiendo, mierda, digo que vayas con tu papá y que él te ayude Seonghwa, necesitas ayuda, de nuevo...hazlo por ti y por ellos.

Recordaba que cuando conoció a Seonghwa él no se encontraba en la mejor situación. Su madre lo trataba de la peor manera que una madre podría tratar a su hijo y el había sido la esperanza de vida de Seonghwa, el había sido por la única razón por la que Seonghwa había luchado. Aún recordaba la cara de felicidad de Seonghwa cuando le habían dicho que sus padres se habían separado y él se había quedado bajo la custodia de su padre, recordaba que Seonghwa había llorado de la felicidad en su hombro porque ya no tendría que ver a la persona que se hacía llamar su madre. Ella había sido la que le había metido en la cabeza a Seonghwa que tener hijos era una condena y todas esas cosas.
Hongjoong no conocía a ningún padre que fuera como el de su Omega, que había estudiado psicología para poder ayudar a su hijo porque los psicólogos en ese momento no eran tan baratos, costaban más que la propia inscripción en la universidad. Ese hombre había movido cielo y mar solo para ver el brillo en los ojos de su hijo por primera vez.

— No digo que eres peligroso cielo, nunca lo fuiste ni lo serás, solo...quiero que estés bien ¿Es tan difícil de entender?

Con la mirada que Seonghwa le había dado ya le habían quedado claro su respuesta, tampoco lo podía forzar, era su decisión.

— No llores mi vida, no—Le dió un besito en su frente antes de dejarlo tranquilo e ir a llamar a sus hijos para que fueran a comer.

Quería hacer algo para que Seonghwa dejara esa burbuja en la que se había encerrado y volviera a ser el mismo Seonghwa sonriente de antes.

𝐩𝐚𝐫𝐤'𝐬 𝐯𝐬 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora