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Hongjoong acarició su mejilla y lo pegó a él cantándole una canción para calmarlo. Había escapado de su casa porque su madre había vuelto muy molesta y había tratado de golpearlo, y lo había logrado, había golpeado su mejilla pero el había logrado salir de ese horroroso lugar para refugiarse en el paraíso.

— Forever you are my star...—Cantó en un susurro sintiendo como la respiración de Seonghwa era más tranquila y serena— No te sientas mal Hwannie—Se aferró a su ropa con sus manos temblorosas, no quería que Hongjoong se fuera— No me voy a ir lindo—Rió con ternura dándole besitos en su frente.

A él no le gustaba el contacto físico, pero sabía que Seonghwa necesitaba de su apoyo y abrazarlo era la única forma de que sintiera paz.

— No me voy a ir a ningún lado cielo—Apretó su mano sintiendo como la débil mano de Seonghwa trataba de hacer esa acción.

Yeosang miró a sus papás y se bajó de la cama, nunca había visto ese lugar, era muy lindo ¿Qué hacía su papi en un lugar tan lindo?

Seonghwa había tratado de acabar con su vida pero su padre había llegado antes y lo había hecho escupir la mayoría de las pastillas, la mayoría porque había logrado tragar algunas y por eso estaba como en ese momento, débil, pálido y tembloroso, también estaba frío.

— ¿Sanggie? ¿Quieres que venga contigo?—Asintió viendo a su hijo sentado en el suelo haciendo nada— Sanggie, tu papi quiere que vayas con el.

— Mi vida...—Susurró débil cuando Yeosang se metió debajo de las cobijas con él— Perdón—Lo abrazó sintiendo como se removía, Yeosang era como Hongjoong pero no le quedaba de otra que estar ahí porque su papi no lo dejaría irse.

Esa noche durmió con su papi, lo extrañaba mucho aunque no lo dijera, no tener a su papi no estaba en lo que estaba acostumbrado y eso lo ponía ansioso.

— Si no muestra una mejora lo llevaremos a un hospital ¿Si? No tengas miedo Hong, Seonghwa sigue aquí—Puso su mano en su espalda y la acarició, sabía que Hongjoong estaba demasiado asustado porque perder a su Omega no estaba en sus planes, si iban a morir lo harían juntos, con una vida ya hecha, felices y viendo a sus hijos ser las personas más felices del mundo, no lo quería ahora, lo quería para un futuro muy lejano.

— A-Ayúdelo...por favor ha-haga algo, no quiero v-verlo así—Lo miró desesperado, ellos no debían estar ahí, debían estar en casa con todos los niños viendo una película mientras se divertían y seguían su vida con normalidad, no ahí, no debían estar ahí.

— Haré lo que pueda, tranquilo.

Llegada la mañana Seonghwa bajó de la mano de Yeosang que miraba todo con curiosidad, tenía hambre y quería llenar su estómago con algo, y claro, no dejaría a su hijo ahí arriba solo.

Cuando Hongjoong tuvo que irse y se llevó a Yeosang sintió un vacío, sentía como si lo alejaran de sus hijos porque era una amenaza. Quería volver a ir casa y quedarse allí con sus hijos, no quería estar solo en la casa de su papá.

Kyungmoon estaba en su casa ya con la manada y por eso se había ido, por él se quedaría todo el día con Seonghwa pero debía cuidar a sus criaturas.

— Sannie no puede caminar bien, allá se cayó un par de veces ¿Es por la pastilla?

— Uh...si, es por la pastilla—Ayudó a San a subirse en su espalda y suspiró agotado— Gracias Hyung, nos vemos.

Después de cerrar la puerta y dejar a San en el sofá se sentó a su lado y agarró su mano viendo a sus hijos jugar.

— ¿Y cómo les fué?

— ¡Fué genial! Habían muchos colores y formas en el cielo y fué muy divertido—Contó San emocionado y Yunho le siguió.

— ¿Te gustaron?—Miró a Wooyoung.

— No los ví.

— ¿Por qué no?

— Porque quería que Gigi esté feliz—Abrazó a su hermano fuertemente con una sonrisa.

— ¿Uhm? ¿Y a ti?—Miró a Jongho.

— Me gustó mucho—No había visto mucho porque le había dado sueño pero lo poco que había visto le había gustado.

— Me alegra mucho que les haya gustado.

Las siguientes noches no podía dormir bien, necesitaba a Seonghwa a su lado para estar tranquilo y asegurarse de que estuviera bien. Llevaba casi dos meses sin poder dormir bien y estaba estresado, necesitaba que alguien le dijera que era un idiota por preocuparse de sobre manera, le pegara y luego lo abrazara.
Tres meses y no sabía nada de Seonghwa, y así fueron hasta que llegó el cumpleaños de Yeosang, ese día Seonghwa fué a la casa y vió algo que siempre iba a quedar guardado en su corazón, la reacción de sus hijos al ver a Seonghwa la iba a guardar por siempre en su corazón. Los niños menos Yeosang que se había quedado dormido habían quedado sorprendidos al ver a Seonghwa y habían corrido al Omega emocionados para abrazarlo mientras exclamaban su nombre felices de volver a verlo.

— Mis niños—Los abrazó con una sonrisa, ese día se iría en la noche, solo había ido al cumpleaños de Yeosang.

Como le gustaría quedarse allí.

La tarde se basó en juegos y risas entre todos y en la noche Yeosang sopló la velita, su principito ahorita tenía ocho añitos.

— Hwa, Honggie—Yeosang señaló a su padres que lo miraban asombrados.

Yeosang había aprendido los diminutivos de sus nombres, le había costado decirlos pero los había aprendido. Nunca se habían sentido tan felices y emocionados como en ese momento.

— ¿Quién soy yo Sanggie?—Seonghwa se señaló a si mismo reteniendo sus lágrimas de felicidad.

— Hwa—Miró por un segundo a Seonghwa y luego miró a otro lado.

Trató de separarse cuando su papi lo abrazó, no entendía por qué estaba tan felices, solo había dicho una palabra, no entendía.

𝐩𝐚𝐫𝐤'𝐬 𝐯𝐬 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora