Los padres de JeongGuk, al ver que su hijo no hacía nada además de jugar videojuegos, comer e ir al baño para poder seguir jugando videojuegos, deciden inscribirlo a un programa en el que será enviado a una casa en medio del campo la cual no tiene a...
"¿Quieres un teléfono? entonces debes seguir dos simples reglas: muéstrame ese culito tuyo y no le digas a nadie. Yo obtengo mi po*no particular y tú un teléfono, todos felices. Lo único que tienes que hacer es ir a la sala, dentro del libro 'Los sobrevivientes' encontrarás un teléfono celular sin contraseña, con plan de crédito ilimitado y un sólo número agendado al que deberás enviar fotos tuyas utilizando la ropa especial que dejé en la secadora de ropa ¡Muy fácil! ¿verdad? Pero si no haces lo que digo, me llevaré el teléfono de la misma manera que lo traje: sin que te des cuenta. "
ㅡNo me jodas...
Tenía que ser una broma, ¿cierto?
¿Pero una broma de quién?
Ay, santa madre.
JeongGuk corrió hacia la puerta y la cerró con seguro ¡Había alguien dentro de la casa! ¿Cómo era que habían entrado? Seguro esa perra les mintió sobre el increíble sistema de seguridad de tecnología de punta y los engañó con uno falso y barato... pero incluso cada integrante de su familia intentó entrar para probarlo y no fue posible hasta usar el iris de Guk, así que lo que había dentro no podía ser humano.
Definitivamente no iba a ir a buscar ningún estúpido teléfono, quién sabe lo que se pudiera encontrar ahí entre esos libros... ¡¿Y si estaba siendo víctima de un acto terrorista y le habían puesto una bomba?! En ese caso, si iba a morir, era mejor ir a revisar que morir con la duda... pero no era tan probable, los actos terroristas se llevan a cabo generalmente donde hay una gran cantidad de personas, no donde un niño rata está sufriendo un brutal castigo... no, no, no, estaba seguro de que era un fantasma.
ㅡ¡Escucha, hijo de perra! ㅡgritó al aire, mirando a todos lados como un idiota, buscando alguna manifestación ㅡ¡Si me vas a matar, entonces que sea rápido y sin dolor, a final de cuentas sólo quieres mi alma, ¿no? o venganza, no me importa! ㅡseguía mirando a su alrededor pero nada ㅡ¡Mira, yo tampoco quiero estar aquí, me obligaron!
Nada... silencio.
JeongGuk se estaba cagando en los pantalones, estaba sudando y se rehusaba a salir.
El chico permaneció en su habitación encerrado por tres horas, en algunas ocasiones incluso llegó a rezar a pesar de estar más cerca de Saturno que de Dios.
Pronto las ganas de orinar no le dejaron más opción que salir. Abrió sigilosa y lentamente la puerta y no sacó un solo pie ni un solo brazo antes de mirar a todos lados a través del pequeño espació que se formó por la puerta ligeramente abierta. Pasó sus ojos por todos lados y no había nada inusual, absolutamente nada, y todavía esperó cerca de dos minutos a que algo paranormal sucediera pero todo estaba en silencio y orden.
No aguantó más y corrió al baño, tanto por las ganas como por el miedo. Mientras descargaba su vejiga no dejó de ver a todos lados en busca de energías malignas.
Salió del baño con v de vuelta a la habitación pero se detuvo antes de encerrarse otra vez.
¿Qué podía perder si iba a revisar? Cagado del miedo ya estaba, si se iba a morir en cualquier momento por la bomba o por el ataque fantasmal, ¿Qué mejor que arriesgarlo todo?
Vamos, estábamos hablando de un teléfono celular, era como si a un alcohólico en rehabilitación le dijeran que dentro de la caja de cereal de su alacena estaba escondida una botella de vino. El alcohólico no se lo iba a pensar dos veces en ir y saquear la caja de cereal.
ㅡA la mierda. ㅡy a largos pasos se encaminó a la sala y se plantó frente al enorme librero.
Buscó el título del libro que indicaba la nota, lo encontró, con las manos temblando lo sacó, cerró fuertemente los ojos y giró un poco la cabeza antes de abrirlo, esperando un impacto, pero al ver que nada sucedía decidió abrir los ojos sólo para encontrarse con un hueco rectangular en el interior del libro en el que cabía perfectamente un hermoso, precioso, maravilloso, delicioso y costoso Galaxy S22 Ultra
ㅡNo... ㅡdijo JeongGuk, mirando con incredulidad el teléfono ㅡ...no... ㅡrepetía, quieto en su sitio y con la cara descolocada ㅡ... ¡No puede ser! ㅡgritó, reaccionando por fin y sacando con cuidado el aparato del hueco sosteniéndolo como si fuera un frágil terrón de azúcar y atesorándolo como nunca había atesorado nada.
Lo abrazó a su pecho con fuerza y comenzó a dar brincos de alegría por todo el lugar, gritando cosas ininteligibles y haciendo posiciones raras.
ㅡEspera... ㅡse detuvo abruptamente ㅡ...puede que sea un teléfono falso e inservible... ㅡentonces encendió el aparato, lo desbloqueó deslizando el dedo por la pantalla, hizo algunas cosas en él y funcionaba perfecta y hermosamente.
¿Acaso estaba soñando?
Por supuesto que no, porque disponer de ese espectacular teléfono tenía un precio.
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Disculpen por los posibles errores. Espero que estén disfrutando la historia.
