Los padres de JeongGuk, al ver que su hijo no hacía nada además de jugar videojuegos, comer e ir al baño para poder seguir jugando videojuegos, deciden inscribirlo a un programa en el que será enviado a una casa en medio del campo la cual no tiene a...
Resopló ante el deseo de fumar un cigarrillo, y gracias a que no podía hacerlo y que el ambiente se estaba tornando fastidioso, decidió alejarse del patio en busca de silencio.
Llegó a la zona de lavandería y se recargó en los viejos y desgastados lavaderos, mirando hacia arriba y arrugando la cara por el dolor de cuello. Un mes en la cárcel resultó más aburrido de lo que había creído, pero al menos su esposa no había ido a visitarlo en dos semanas.
Sin embargo extrañaba desesperadamente a JeongGuk.
Su rostro aniñado, su voz, sus modos, su esencia...
Quería que el chico estuviera bien, pero estaba seguro de que eso llevaría mucho tiempo.
ㅡSigues evitando rozarte con los demás... ㅡde pronto un tipo interrumpió sus pensamientos ㅡ...puede que seas rico pero ahora estás en la cárcel.
Cabello largo, tieso y grasoso; dientes podridos, olor a cigarro barato, rostro feo y una voz ronca y chillona.
Dong InSeo, el recluso con más influencia en el lugar. Fue condenado a veintiocho años de prisión por haber asesinado a dos tipos mientras intentaba escapar de la policía luego de haber robado cuatro mil millones de wons y una camioneta. Al final le redujeron la condena a dieciséis años por buena conducta.
TaeHyung lo miró con desdén e ignoró sus palabras.
ㅡTodo pinta a que te van a cambiar el compañero de celda ㅡcontinuó Dong, encendiendo un cigarrillo y recargándose junto a Kim, quien nuevamente no le respondió ㅡ. Pareces listo pero sólo eres un chiquillo mimado. Yo no dormiría esta noche si fuera tú.
ㅡ¿De qué estás hablando? ㅡgruñó el más joven.
ㅡEse chico que se estaba peleando es tu compañero de celda.
ㅡEso ya lo sé.
ㅡ¿No es sospechoso que se haya abalanzado sobre un tipo que le dobla el tamaño sólo porque éste le estaba tapando el sol? ㅡse burló, pero Kim sólo lo vio con los ojos entrecerrados ㅡPiensa un poco, niño rico. Alguien quiere que te cambien el compañero de celda.
No iba a dejarse intimidar por las palabras de un asesino.
¿Que le querían cambiar al compañero de celda? Bien. No le importaba en lo más mínimo la clase de idiota que fuese a pasar el resto de su condena junto a él, así que hizo el amago de marcharse.
ㅡMira, ricachón ㅡlo detuvo InSeo ㅡ. No soy de chismear, pero me caes bien, así que te lo diré: hace dos días al de la celda cuarenta y dos le pidieron apuñalarte anoche, pero lo transfirieron a Mokpo porque le encontraron la navaja adherida con cinta en la planta del pie.
Se enteró de que habían transferido a alguien y por eso una celda estaba vacía, pero eso no significaba que lo que ese tipo estaba diciendo fuera verdad.
ㅡHay alguien aquí que quiere mandarte con tu abuela. ㅡrepitió el mayor.
ㅡ¿Crees que soy un imbécil? ㅡse burló Kim ㅡTú mismo lo dijiste, no me rozo con nadie aquí. Si estás intentando hacer tus novatadas conmigo, deberías buscar a otro nuevo.
ㅡEl maestro de ceremonias no está aquí dentro.
ㅡ¿Cómo lo sabes?
ㅡOfrecieron dinero... mucho. Aquí no hay nadie que pueda con esos números.
ㅡDeberías ser escritor... ㅡlo miró con esos ojos cortantes y una sonrisa tétrica ㅡ...inventas buenas historias. ㅡy se fue.
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Dos meses luego del juicio y las heridas comenzaban a dejar de doler.
Lo había intentado muy duro. Con ayuda de su familia y amigos su vida estaba cambiando para bien.
Sus padres seguían disculpándose con él por todo el daño que indirectamente le causaron, por haberlo llevado a esa situación tan peligrosa y por someterlo a un proceso de superación traumático... se dieron cuenta de que, desde el principio, el confinamiento no era la solución.
Pero sabían que así se disculparas mil veces, de rodillas y llorando, así su hijo los perdonara de corazón, éste seguiría herido por mucho tiempo hasta que el trauma hubiese pasado por completo.
ㅡA ganar, chicos. ㅡanimó el señor Jeon a sus dos hijos cuando fue hora de que éstos bajaran al empastado para la formación previa.
Estaban en una competencia deportiva Inter escolar anual. Somi competiría en Taekwondo y en el equipo de porristas, mientras que JeongGuk lo haría en la carrera de cien metros, en baseball y salto de longitud.
Era un evento largo, estarían allí cerca de diez horas, pero siempre valía la pena.
Y JeongGuk agradecía haberse puesto en forma desde varios meses antes, de lo contrario se estaría perdiendo de toda esa emoción por no haber calificado para competir.
ㅡEres el mejor, Gukie. ㅡanimó JiEun, con quien JeongGuk recuperó contacto.
La chica estaba de vacaciones, por lo que había podido visitar a JeongGuk e ir a verlo competir.
En resumen, JeongGuk ganó el primer lugar en la carrera de 100 metros y Somi el segundo en Taekwondo. El equipo de la escuela cargó a los ganadores y les lanzaron agua y serpentinas.
Los Jeon festejaron eufóricamente durante todo el camino, incluso cuando dejaron a JiEun en la estación de buses.
Todo estaba tan bien...
JeongGuk dio las buenas noches a su familia y fue a su habitación con el enorme premio en sus manos. Se acostó en la cama, apagó la lámpara y se dispuso a dormir luego de un día tan genial y exhaustivo.
Estaba tan cansado, contento y tranquilo...
Entonces, ¿por qué apareció aquel rostro en sus pensamientos?
¿Por qué lo recordaba justo en ese momento en el que no había nada alrededor que lo salvara de su mente que gritaba cuánto extrañaba a Kim TaeHyung y cuánto le seguía doliendo la verdad?
"Lo único que quiero es que le diga a sus padres y que demanden a SooYoung."
Haber leído ese mensaje le abrió una herida profunda y delicada que seguía latente.
Pero al instante recordó las últimas palabras que le dijo el moreno antes de despedirse.
"Puede ser hoy o mañana, o tal vez en un mes o un año, pero a pesar de lo que te diga, tienes que tener claro que te quiero."
JeongGuk ahogó un sollozo desahuciado contra la almohada mientras sentía sus lágrimas empaparla y su cuerpo hacerse un ovillo debajo del cobertor.
¿Por qué nada estaba claro aún después de tanto?
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