Los padres de JeongGuk, al ver que su hijo no hacía nada además de jugar videojuegos, comer e ir al baño para poder seguir jugando videojuegos, deciden inscribirlo a un programa en el que será enviado a una casa en medio del campo la cual no tiene a...
ㅡHola, mamá. ㅡgenial, a su madre se le ocurría llamar justo cuando estaba en modo zorra.
ㅡCielo, ¿Cómo te va? ¿Todo bien?
ㅡSí, sí. Esta mañana vino un repartidor nuevo y se ve muy confiable... trae a su hija y es muy linda. ㅡbravo, Jeon JeongGuk, diciendo ese tipo de cosas mientras llevas un liguero puesto...ah, el mundo moderno.
ㅡMe alegro. ¿Cómo te has sentido?
ㅡTe he dicho que bien.
ㅡHablo de la abstinencia, cielo. Has pasado casi un mes sin jugar videojuegos ¡Estoy muy orgullosa de ti! ㅡpero el pecho de JeongGuk se apretó al oír eso. Estaba en la peor situación posible, había caído al punto de provocar sexualmente a su agresor para que le devolviese el teléfono que estuvo usando todo este tiempo pero su madre le decía lo orgullosa que estaba de él.
Eso le dolió, y se maldijo porque no se creía capaz de parar.
Él quería hacer frente a su adicción pero pensarlo y decirlo era mucho más fácil que hacerlo.
Hacerlo era casi imposible.
Era cierto que se sentía terrible porque el dinero que sus padres gastaron por curarlo se iba a la mierda día tras día, pero si nunca se enteraban todo iba a estar bien, sería capaz de moderarse cuando estuviera de vuelta en casa, pero no tenía que preocuparse por eso ahora, sólo iba a enfocarse en joder un poco al extorsionador y mantener a sus progenitores ajenos a toda esa situación.
ㅡSí... lo estoy haciendo genial, ¿no? Gracias mamá, iré a ejercitarme un poco y luego me daré un baño. Te llamaré mañana.
ㅡNo duermas tarde y no comas golosinas después de la media noche. Te quiero. ㅡy colgó.
El chico suspiró fuertemente y miró hacia la cámara en una esquina de la sala. Ya no estaba de humor para seguir dándole el show al sujeto, así que fue al baño a quitarse la molesta y apretada ropa de mierda y salió al bosque sin siquiera mirar a las cámaras. Probablemente el acosador seguía tras las pantallas o probablemente no, pero eso no le podía importar menos.
Aún estaba inquieto por lo sucedido con el repartidor de agua, pero por alguna razón tenía la certeza de que nadie volvería a molestarlo de nuevo... ni siquiera el extorsionador real. Caminó por los alrededores de la casa con calma a pesar de que estaba oscureciendo; con suerte lo atacraía una manada de lobos y terminarían con su sufrimiento.
ㅡEstúpido extorsionador, estúpido programa, estúpida ropa, estúpidas cámaras, estúpido yo, ¡estúpido mundo! ㅡgruñó con rabia, lanzando una piedra hacia el frente, escuchando que impactaba en un gran árbol y seguido caía al suelo.
Cuando estuvo por completo oscuro y lo único que iluminaba era la luna, supo que tenía que volver a casa, pero había algo que lo estaba deteniendo:
¡No sabía en dónde estaba!
¡Lo que faltaba! Estaba perdido y no tenía su teléfono... meh, aunque no importaba si lo trajera consigo y encendido, de todos modos el cacharro no hacía llamadas a otros números más que al del extorsionador... y hablando de él ¡Todo era su culpa!
ㅡMaldición... ㅡmurmuró el chico, mirando a todos lados en un pobre intento de reconocer alguna pista que le dijese cuál era el camino correcto.
Desgraciadamente eso era la vida real y estaba jodido porque no había manera de ubicarse y odiaba todo porque todo lo malo comenzó a pasarle justamente cuando se hallaba en una casa en medio del bosque y en contacto casi nulo con la sociedad ¡Dios! ¿Es que quién había evaluado la seguridad de ese programa? ¿Un chimpancé? Probablemente, seguro es porque ellos sí pueden sobrevivir en el bosque.
ㅡEspera, ¿no viven en la selva? Ah... ¿por qué me pongo a pensar en biología justo ahora? Buen intento, cerebro, pero no lograrás que deje de estar aterrado ㅡJeongGuk comenzó a abrazarse a sí mismo debido a la temperatura que bajaba más rápido que... que... ㅡ ¡Agh, no se me ocurre ninguna comparación! ㅡlloriqueó, dejándose caer en la tierra húmeda y recargando su espalda en un tronco, esperando que por el clima las hormigas no anduvieran afuera, de lo contrario terminaría perdido, congelado y con el culo mordisqueado... en el mal sentido.
¿Y que cuál era su plan? Esperar hasta la mañana siguiente para tratar de volver a casa con calma y a plena luz del día. Sí era cierto que probablemente iba a amanecer como un cubo de hielo pero, ¿alguien tenía una mejor idea? No quería terminar todavía más perdido y había cambiado de opinión, la hipotermia sonaba mejor que una manada de lobos.
Observó el panorama un rato más hasta que los ojos le pesaron y los cerró, condenándose a quedarse dormido, temblando y expuesto al inmenso bosque.
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Actualización doble de última hora porque el capítulo anterior era realmente corto.
Gracias por leer y bienvenidos todos los que comienzan a leer está historia.
