Los padres de JeongGuk, al ver que su hijo no hacía nada además de jugar videojuegos, comer e ir al baño para poder seguir jugando videojuegos, deciden inscribirlo a un programa en el que será enviado a una casa en medio del campo la cual no tiene a...
No iba a tener una proyección sentimental de los recuerdos con JiEun en su mente. Esperaba que la culpa no le diera un golpe tan fuerte, pero no había ni un solo buen ser humano sobre la Tierra que no sintiera culpa luego de dañar a alguien sin razón aparente y justificable. Sinceramente, ¿por qué se hizo novio de la chica estando tan mal consigo mismo? Sí tenía las respuestas, pero luego de ver el rostro descolocado de JiEun y su corazón roto a través de sus ojos oscuros, todas parecían ahora como un montón de excusas infantiles, dignas de un tipo que no pudo hacerse cargo de sus propias emociones por sí solo.
No la iba a extrañar, pero tardaría en perdonarse a sí mismo.
Porque a fin de cuentas, ella nunca le hizo daño, todo lo contrario, y si aún le quedaba lucidez, lo mejor que podía hacer por ella a esas alturas era alejarse.
ㅡHijo de puta... ㅡmurmuró YuGyeom, viendo cómo Somi y Chan consolaban a JiEun ㅡ...la dejó así y huyó como un cobarde.
Y aunque Somi quiso defender a su hermano de aquellos insultos no tan injustos, mejor se quedó callada; porque aun si sabía que su hermano había sido todo menos un cobarde al terminar con su novia, prefería dejarlo en esa postura y no delatarlo ante sus amigos.
Después de todo, le había prometido guardar el secreto.
ㅡ¿Y en dónde está? ¿No piensa volver a Busan? ㅡinquirió BamBam, ciertamente molesto y evidentemente preocupado.
ㅡÉl podrá volver luego. No se preocupen por él, chicos. ㅡrespondió Somi, queriendo que todos dejasen de hablar de su hermano.
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Tres meses después.
Los señores Jeon habían decidido comprar una pequeña casa en las orillas de Busan para visitar a sus hijos más seguido sin tener que molestar a los abuelos, porque aunque ellos dijeran que era un placer tener a la familia reunida en su casa, era obvio que en aquella pintoresca y cálida vivienda no cabían seis adultos... no cómodamente.
ㅡ¡Chicos! Bajen rápido, tenemos que regresar a Seoul antes de la cena. ㅡllamó SeolHa. Las vacaciones de verano habían comenzado y la familia se preparaba para regresar a la capital.
Arribaron a penas se dieron las ocho de la noche pero ese día se habían levantado muy temprano para ayudar a los abuelos con la remodelación de su casa y no faltó mucho para que los cuatro cayesen rendidos... o bueno...
ㅡ¿Sí? ㅡcontestó un adormilado JeongGuk, sosteniendo su teléfono de teclas con los ojos cerrados.
ㅡ¿Quién rayos se acuesta a las diez de la noche?
ㅡTaeHyung... te advierto que estoy malditamente cansado y si no...
ㅡYo te advierto que estoy malditamente afuera de tu casa. Baja.
ㅡNo puede ser... ㅡse quejó entre ronquidos, frotándose la cara con una sola mano y dejándose caer boca arriba.
