3. El manual del caballero

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Los pasillos del internado Harrow seguían revueltos por la presencia de los hermanos alemanes Meirer.

En el internado Harrow había una corta lista de requisitos para ser popular. Eran ciertas características que de una manera u otra te aseguraban la popularidad. Entre ellas...

Primero tenías que ser atractivo, pero de forma excesiva, de ese atractivo que hace que la gente babee cuando pases a su lado.

Otra forma sería formar parte de una de las fraternidades más preciadas del internado cosa que era difícil de conseguir, tenías que cumplir algún otro requisito para podar optar a eso. En esas fraternidades no aceptan a cualquiera, Scarlett es una prueba viva de ello.

Para ser popular tienes que tener algo que te distinga del resto y que te haga único. Por ejemplo Dave Ness y su peinado que no lo diferenciaría demasiado de Leonardo Dicaprio. Si eres simple no puedes ser popular.

Para ser popular tenías que crear una gran cantidad de drama que haga hablar a todo el mundo. Esta ni si quiera la tenía que explicar. Meterte con una fraternidad amada por ejemplo. Una guerra de bromas. Un romance inesperado con algún popular... Me lo conocía de memoria. En conclusión, tu nombre tenia que salir en el Tercer Ojo.

Y por último y cosa que no llegaba a entender después de pasar un año en el internado Harrow era la influencia que tienen los hermanos. Era casi como si una pareja de hermanos, uno chico y otra chica, pudiesen atribuirte la popularidad instantánea, sólo por ser hermanos. Los hermanos White por ejemplo.

El problema con los alemanes es que no llevaban ni un día en el internado y ya habían completado más de la mitad de la lista ¿De qué serían capaces en unos meses? Era imposible saberlo.

Pero algo había claro en todo este asunto, la popularidad era algo importante en Harrow. Mucha gente está en constante lucha por esa popularidad e imagino que esa es la razón por la que no la consiguen. Mirad a Scarlett por ejemplo, ella es la chica más popular del internado ahora mismo y ni si quiera lo intentó demasiado. Todo le llegó y tuvo que lidiar con ello de una manera u otra, siendo ella misma y evolucionando con todo lo que tenía alrededor.

Entre tanta gente pendiente de dónde estarían los alemanes había perdido a mis amigos, pero no importaba, seguro que habían ido a inscribirse en sus actividades extraescolares. Tonterías.

Sacándome de mis pensamientos alguien choca conmigo entre el tumulto  de gente. Pero no fue un choque normal y casual. El chico moreno que iba con una velocidad sobrehumana se estampó contra mi hombro, perdiendo el equilibrio para después chocarse con las taquillas de mi lado cayendo al suelo.

Yo me quedo de pie por unos segundos no muy segura de saber lo que acababa de pasar. Al menos hasta que el chico gruñe de dolor sentándose en el suelo.

— Eh... ¿Estás bien?— pregunto agachándome al lado del chico que ahora se pasaba la mano por el hombro adolorido.

Él chico moreno eleva su mirada de ojos avellana para mirarme. Era un chico guapo, con unas cejas muy pobladas y unos ojos marrones grandes con un brillo casi infantil, tenia la piel clara y unas marcas en las mejillas de hoyuelos. No era mucho más alto que yo y por su físico en general se notaba que era unos años menor que yo.

— Debe haber sido un buen golpe porque creo que estoy viendo un ángel— dice el chico con un tono travieso que no esperaba.

Yo no puedo evitar soltar una risa haciendo que él me sonría — ¿A dónde ibas con tanta velocidad Donjuán?— pregunto ladeando la cabeza haciendo que él me mire con una sonrisa con autosuficiencia.

— No te voy a mentir, quería hacer un choque casual contigo, pero creo que me ha salido mal— dice rascándose la nuca avergonzado.

—No, no te ha salido muy bien.

Variante A [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora