Anna Harries
Desde la ventana de la cocina de Kappa Beta enciendo un cigarro murmurando insultos dirigidos a Ethan por ser un capullo, dirigidos a mí por ser una ingenua y en verdad no dirigidos a nadie.
Me siento en la encimera y me recuesto al lado de la ventana mirando al exterior, sigo mirando a las estrellas pero esta vez desde el interior de la casa.
Él no ha tardado ni cinco minutos en seguirme al interior de la casa murmurando también insultos hacia sí mismo, él se apoya sobre la encimera a mi lado haciendo una mueca de molestia y yo frunzo el ceño y solo le ignoro hasta que él rompe el silencio.
—La he cagado, lo siento.
— Ethan, ya es suficiente, lárgate— digo rodando los ojos.
— Lo digo en serio, lo siento— dice mirándome con preocupación — Créeme o no pero yo no estoy acostumbrado a esto.
— ¿A no comportarte como un idiota?
— Sí, justo a eso— dice negando con la cabeza aferrándose al borde de la encimera. — Estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero cuando lo quiero, a llevar el control y a no ser... real.
— No puedo ayudarte con eso Ethan.
— No quiero que me ayudes, quiero que me dejes intentarlo.
Yo frunzo los labios haciendo una mueca de molestia mientras me mantengo en silencio pensando, apago el cigarro y respiro hondo.
— Sé que no me crees pero de verdad, lo siento.
Y entendía que lo sentía, entendía que se sintiese estúpido, porque todo iba tan bien por primera vez hasta que él decidió dejarse llevar por su idiota interior.
— ¿Cuántas disculpas voy a tener que aguantar Ethan?
Él me mira con esos ojos azules llenos de sentimiento inseguro de lo siguiente que iba a decir, sabiendo que estaba caminando por hielo que estaba a punto de romperse bajo sus pies.
— Hasta que te hartes de mí.
— ¿Cómo sabes que ya no estoy harta de ti?
— Porque no me has mandado a la mierda aún.
Yo le examino unos segundos y vuelvo mi vista hacia la ventana resignada a que lleve la razón. Pero no era capaz de alejarme de él, aún no.
— Siento lo de esta mañana— dice pero yo no vuelvo mi cabeza hacia él — No le he dicho a nadie que nos habíamos acostado pero tampoco lo he desmentido, porque yo estoy acostumbrado a hacer eso, porque no he podido ver que no era lo que tú querías, que a ti sí te importaba y que te iba a molestar y lo siento por eso.
Odiaba que estuviese siendo sensato y que estuviese intentando arreglar las cosas porque le creía y porque sabía que lo sentía de verdad.
— Siento haberte dicho que te aprovechaste de mí... Y también todo lo demás.— murmuro.
— No te preocupes, lo entiendo— dice y me mira con una media sonrisa — Tú no eres como yo y eso no me entraba en la cabeza. Tengo una larga reputación que me precede y no vas a olvidarla y lo entiendo, entiendo cómo te puede hacer sentir.
Los dos nos quedamos en silencio unos segundos, él me mira esperando una respuesta, presionándome con esos malditos increíbles ojos azules, mientras yo busco una respuesta que darle.
— Me intimida. — termino soltando con un suspiro y él me mira con atención, no esperando esa respuesta —No confío en ti y para mí es más fácil pensar que eres un idiota y odiarte que bajar la guardia contigo.
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Variante A [#2]
Teen Fiction"Lo curioso de la genética es como evoluciona con el tiempo. Desde hace poco se habla de una especie de mutación o variante a la que nombraron con la letra A, porque ¿Cómo no podía formar el amor parte de nosotros?" Después de un año en el internado...