Brooke Grey
¿Por qué estaba tan nerviosa? No era la primera vez que presentaba un trabajo.
Pero aun así estaba muy nerviosa, demasiado nerviosa. Tal vez era por el tema del trabajo, tal vez era por la sonrisa forzada de la profesora a todos mis compañeros que ya habían presentado o quizás por todos mis compañeros. O porque la culpabilidad había vuelto. Esa culpabilidad que me recordaba una y otra vez que esa mañana había dejado a Chad sólo en su habitación, durmiendo mientras me escapaba como otras muchas veces por su balcón, aprovechándome tal vez de que esa vez no iba a recordarlo.
No sé porqué era pero las palmas de mis manos sudaban y no podía parar de mover la pierna con mi típico tic de nerviosismo.
"Va a salir bien"
"Te lo has preparado"
"Has hecho muy buen trabajo"Lo único que me sorprendía era no tener sueño teniendo en cuenta a la hora que me dormí anoche. Por mi cabeza pasó la idea de que era porque por una vez en semanas había dormido bien a pesar de haber dormido poco.
¿Por qué hui? ¿Por qué dejé a Chad solo?
Me acobardé.
— Señorita Grey. Es su turno— dice la profesora con su sonrisa tan típica de amabilidad mirando en mi dirección.
Yo cojo una bocanada de aire y me levanto de mi sitio haciendo que todas las miradas de mi clase se dirijan a mí.
Preparo las diapositivas de mi trabajo y me giro a ver a mi clase.
Gracias a dios Chad Roberts había decidido no venir a clase hoy, si no, no hubiese sido capaz de soltar ni una sola palabra con el simple pensamiento de que él me estuviese mirando.
Ava levanta ambos pulgares hacia mí con una sonrisa y eso me da el ánimo necesario para empezar.
— La variante A es sólo una teoría y en ningún momento podemos olvidarnos de eso. Pero es evidente que la evolución y nuestros genes podrían llegar a generar esa maravillosa forma de actuar ante "el amor de nuestras vidas"
Con rapidez cogí la soltura necesaria para seguir y decir todo a la perfección. Me sentía segura y sentía la atención de todos sobre mí. Interesados. Puse varios ejemplos, pruebas científicas que confirmaban la posible presencia de una variante dentro del Gen D desarrollado por esas típicas mariposas en el estómago y otros factores biológicos que determinaban quién podría ser esa media naranja.
— La Variante A es una mutación dentro del gen que nos da nuestro poder. Esta variación detecta la forma en la que nuestro cuerpo actúa ante ciertos estímulos, ante ciertas personas. Las mariposas en el estómago, el aumento de los latidos del corazón, el nerviosismo, la sudoración, las mejillas rojas... La segregación de ciertas hormonas activa esa mutación y hace que nuestro poder cambie con esa persona.
Por eso yo no podía leer la mente de Chad.
— Cuando esa variante empieza a reaccionar de una forma específica a la presencia de esa persona no va a cambiar, no va a dejar que lo ignores, por mucho que creas que esa persona no es para ti. Lo peor es que no siempre es correspondido, la Variante A se equivoca y no siempre la persona que tu variante ha elegido como la correcta ha tenido el mismo cambio en su gen que tú, por lo que en ese caso, por mucho que duela y por mucho que a tu cuerpo le cueste entenderlo debes seguir buscando con dificultad a la persona a la que tu poder considere como el amor de tu vida.
Por eso Chad podía transportarme con él.
Paso a la siguiente diapositiva y chasqueo la lengua para seguir hablando.

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Variante A [#2]
Teen Fiction"Lo curioso de la genética es como evoluciona con el tiempo. Desde hace poco se habla de una especie de mutación o variante a la que nombraron con la letra A, porque ¿Cómo no podía formar el amor parte de nosotros?" Después de un año en el internado...