Variante A [#2]

25. Interrupciones

Brooke Grey

— Lo sé. Lo siento Scar. Sabes que me encantaría ir a la sesión de estudio en Kappa Beta pero no puedo.

— ¿No puedes? ¿Por qué no puedes?

— Porque... Porque tengo examen mañana y... Y sabes que siempre acabamos distrayéndonos y nunca estudiamos.

Ella estaba dispuesta a tomarme la contraria pero después suspira —Por una vez y sólo por una vez, tienes razón...¡Un segundo! ¿De verdad me vas a dejar sola con Ava y Anna?

Suelto una pequeña risa — Sobrevivirás.

— Me debes una. — dice y justo después cuelga el teléfono.

Yo suspiro y levanto mi cabeza para encontrarme con los ojos castaños de Chad Roberts mirándome con diversión.

— ¿Se lo ha creído?— pregunta.

Chad Roberts era tan atractivo que distraía.

Él me tenía atrapada entre sus brazos apoyados a ambos lados de mí sobre mi cama. Él estaba inclinado sobre mí haciendo que su pelo cayese ocultándole de vez en cuando el brillo de diversión de sus ojos juguetones. Esperando pacientemente a que acabase la llamada para continuar lo que estábamos haciendo.

Aunque un dato muy importante es que él se encontraba en ropa interior. Lo que lo hacia mucho más distractor.

— ¿Qué esperabas? Miento muy bien— digo con una sonrisa coqueta.

— No sé hasta qué punto eso es bueno— dice y se inclina sobre mí dispuesto a besarme.

— Dímelo tú— digo y aprovecho su cercanía para rodear su cuello con mis manos.

Él sonríe tontamente.

— Veremos hasta dónde te llevan tus mentiras— dice en un susurro y con esa sonrisa tonta me besa.

Yo sonrío y le beso de vuelta pasando mis manos por su pecho.

Él se apoya sobre mí y pasa sus manos por el borde de mi camisa devorando mis labios, deseoso de seguir, de pasar al siguiente paso.

Pero entonces alguien llama a la puerta.

— No hagas caso— digo sobre sus labios acercándolo a mí.

Él asiente y pasa sus manos por debajo de mi camiseta acariciando la piel de mis costados causándome escalofríos, pero vuelven a llamar a la puerta.

Él gruñe molesto por la interrupción y se separa de mí

— ¿Quién es?— pregunto acariciando la nuca de Chad.

— Soy yo. William.— se escucha al otro lado de la puerta.

Chad tardó en soltar una risa burlona.

— ¡Ya voy!— respondo mientras Chad sigue riendo — Shss— le mando callar y me deshago de su agarre para salir de la cama. — Escóndete.

— Oh vamos ¿En serio?— pregunta incrédulo desde mi cama.

— Sí. En serio— digo asintiendo — ¡Venga!

Él bufa y se levanta.

— ¿Y dónde quieres que me esconda?

— El armario.

Él mira al armario y luego me mira a mí elevando una ceja.

— Es adorable que pienses que quepo ahí.