Dave Ness— Rubito
Ese apodo estaba empezando a molestarme.
— ¿Quieres algo?— pregunto algo grosero girándome para encontrar la mirada coqueta de Edel.
¿Este chico no pillaba la indirecta de que no quería tener nada que ver con él?
— Oh no, no me hables así— dice chasqueando la lengua mientras me sigue por el pasillo del internado.
— Perdón— se me escapa. Me era imposible comportarme mal con alguien aunque esa persona fuera un grave obstáculo.
— Así mejor— una sonrisa encantadora se coloca en su cara.
— Perdona Edel ¿Querías algo de mí?— pregunto con una amabilidad forzada a la que él ni si inmuta.
— Ahora que lo preguntas— dice haciendo un gesto pensativo — Me gustaría una cita.
Yo abro los ojos como platos y me aclaro la garganta.
—¿Perdón?
— Lo que oyes— la sonrisa encantadora seguía en su rostro — Me pareces un chico guapo, adorable y gracioso y me gustaría conocerte más ¿Qué hay de malo con eso?
Yo niego con la cabeza con rapidez.
— Edel... Creo que te has equivocado.
Él ladea su cabeza hacia mí con una sonrisa burlesca — Oh...
— No te preocupes, no me he ofendido, pero no me va este rollo— miento con nerviosismo haciendo gestos con las manos.
—Oh no, creo que el que te equivocas eres tú. Porque yo con estas cosas nunca me equivoco— dice elevando una de sus cejas hacia mí.
Yo miro alrededor y veo como algunas personas están empezando a mirarnos.
— No quiero ser grosero Edel— digo con un suspiro.
— ¿No quieres ser grosero o no quieres que todo el mundo se entere de la verdad?— pregunta con una sonrisa arrogante inclinándose hacia mí.
Sus ojos azules estaban empezando a intimidarme y sentía mis mejillas calentarse. Era horrible lo guapo que era Edel.
Yo me echo un paso hacia atrás.
—Te lo repito, no tengo ni idea de lo que estás hablando.
Pero sí lo tenía. Por supuesto que lo tenía.
— Oh Rubito...—dice ladeando su cabeza haciendo que su pelo caiga sobre sus ojos — Me parece adorable que intentes mentirme.
Vuelvo a mirar alrededor buscando ayuda y a lo lejos me encuentro con la mirada de Jack. El mundo se me cae a los pies viendo como él mira el espectáculo que el alemán está montando en mitad del pasillo. Jack me dedica una mirada de confusión y aparta su mirada volviendo a la conversación con sus amigos.
— ¿Pasa algo aquí?—la aparición de Adam me rescata. Pero yo solo puedo pensar en los ojos de Jack.
¿Qué se le estará pasando por la cabeza?
— Nada— respondo con rapidez volviéndome hacia mi amigo.
Edel me mira interrogante y Adam aunque no me cree en absoluto prefiere no llevarme la contraria.
— Justo te estaba esperando. Tú me estabas esperando a mí también ¿verdad?
Adam asiente poco convencido.
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Variante A [#2]
Teen Fiction"Lo curioso de la genética es como evoluciona con el tiempo. Desde hace poco se habla de una especie de mutación o variante a la que nombraron con la letra A, porque ¿Cómo no podía formar el amor parte de nosotros?" Después de un año en el internado...