29. Ella

277 19 9
                                    

Chad Roberts

Si Brooke Grey no estaba borracha antes, ahora sí lo estaba.

No sé qué es lo que tenía en mi contra pero estaba enfadada, y ese enfado lo pagó el alcohol.

Ella no me dejaba acercarme a ella pero cada vez que la miraba estaba dándole un sorbo a su copa y nadie parecía darse cuenta.

Quería disfrutar de mi noche, pero era difícil, lo que había ocurrido antes en el baño me había descolocado y mi cabeza no llegaba a entender el comportamiento de Brooke.

¿Había hecho algo mal? ¿Había hecho algo para molestarla?

Bueno, es posible que interrumpirla cuando estaba con otro chico no fuese la mejor idea pero no podía evitarlo. No sé lo que se apoderó de mi en ese momento pero no podía permitirlo.

— Vamos a jugar unos dardos ¿Vienes?— pregunta Adam dejando su copa vacía en la barra.

Niego con la cabeza — Paso. Prefiero quedarme aquí.

Mi mirada estaba puesta en Brooke que se había ido a la pista de baile ella sola, bailando de forma extrovertida y atrevida atrayendo todo tipo de miradas. Así era ella.

Adam no tarda en visualizar lo mismo que yo.

— Ya veo que tienes la mente en otro sitio— dice para que solo yo lo escuche.

— Muy gracioso— murmuro.

— Creo que ya está suficiente enfadada contigo como para que le hagas de perrito guardián ¿no crees?

— Que disfrutéis vuestra partida— ignoro su comentario con una sonrisa sarcástica.

Él niega con la cabeza y se aleja con los demás a jugar.

Con un suspiro le di otro sorbo a la copa.

A lo mejor Adam tenía razón. A lo mejor debería dejarla en paz.

Veía cómo bailaba sintiendo la música, ignorando todas las miradas, simplemente disfrutando, siendo ella misma y me encantaba verla así.

Lo que no me encantó tanto fue ver como otro chico se le acercaba y la historia comenzaba de nuevo.

Tenía que dejarla en paz. Era su vida y ella lo había dejado claro. Ella no me pertenecía. Y aún así una parte de mí odiaba ver cómo otro chico ponía sus manos sobre ella.

Le di otro sorbo a mi copa sintiéndome como la mierda. A lo mejor ir a jugar a los dardos me hacía sentir mejor.

Vi como Brooke se alejaba del chico y pensé en que necesitaba dejar de observarla de esta forma. Como un acosador.

Le di mi último sorbo a la copa. Definitivamente tenía que irme de allí. Dejarla en paz. Seguir con mi vida. Pasármelo bien. Apartar mi mente de ella.

O al menos creía tenerlo hasta que vi como Brooke tambaleándose le daba un pequeño empujón al chico que sin hacerle caso se volvía a acercar a ella.

Dejé la copa en la barra sin apartar mi mirada de ellos. Brooke podía hacerse cargo de esto estaba seguro de ello. No necesitaba mi ayuda. No podía meterme. No podía hacer de nuevo lo de antes.

Brooke le intenta de nuevo alejarse de él pero él agarra su muñeca y tira de ella hacia él.

A la mierda eso de controlarse.

Me transporté a la pista y agarre a Brooke del brazo.

Ella se giró a mirarme y en sus ojos podía ver la incomodidad y los efectos del alcohol que le estaban pagando factura.

Variante A [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora