Brooke Grey
—¡Bienvenidos a la maravillosa fiesta de Kappa Beta!
Kappa Beta siempre había sido sinónimo de fiesta pero este viernes no tenía nada que ver con lo que normalmente pasaba entre estas paredes. El entusiasmo de Scarlett hacía un gran trabajo intentando que nadie se diese cuenta de lo triste que era todo aquello.
Scarlett había hecho su mayor esfuerzo en decorar el salón. Había llenado la mesa de refrescos y bebidas, había puesto música en los altavoces y las luces led parpadeaban al igual que siempre aunque esta vez no era lo mismo y era evidente.
Y por si quedaba al menos una única persona que no se hubiese dado cuenta, la cara de decepción de Chad lo decía todo.
Chad era el dios de las fiestas. Le encantaba celebrar las fiestas, organizarlas, comprar, decorar, beber, bailar.. Las fiestas eran su hábitat natural y el no tener Kappa Beta llena de desconocidos bebiendo y haciendo un completo desastre le molestaba.
Él estaba sentado en el sofá, con una cerveza en la mano, tenía el ceño fruncido y la mirada fija en su teléfono. No podía leer su mente pero no estaba contento, ni si quiera se había dado cuenta de nuestra llegada.
Pero yo no podía dejar que Chad estuviese así, no mientras yo estuviese aquí.
—¿Lleva así mucho tiempo?— pregunto a Scarlett.
—Toda la tarde— la mueca en la cara de Scarlett mostraba preocupación.
— No te preocupes, yo me encargo de él— digo con una sonrisa.
Me acerco a él desde la parte de atrás del sofá y rodeo su cuello con mis brazos inclinándome sobre su oído.
—¿Me echabas de menos?— pregunto con un suave susurro sobre su oído.
Él echa la cabeza para atrás para mirarme con una pequeña sonrisa pícara.
— No mucho— dice con sarcasmo entrelazando una de sus manos con la mía
Le enseño la botella de su vodka favorito que había traído de regalo.
— Entonces esto me lo quedo— digo con un guiño.
— He cambiado de idea.
Una sonrisa me atraviesa la cara y él tira de su mano enganchada a la mía para que nuestros labios se choquen por un corto segundo.
— Eres la mejor— dice en un susurro contra mis labios y la sonrisa en mi cara se agranda.
Rodeo el sofá para poder sentarme a su lado pero él me frena.
— ¿Ese vestido es nuevo?
Echo un rápido vistazo a mi vestido rojo. Era el mismo vestido que le había enseñado aquel día a William. Era un vestido que me había costado ponerme después de todo lo que ocurrió pero había encontrado las fuerzas para hacerlo. Me había gastado el dinero y tenía que usarlo al menos una vez.
— Sí ¿Te gusta?
Él se recuesta sobre el sofá y me mira de arriba abajo con una sonrisa atrevida. No responde pero usa su dedo para pedirme que me de la vuelta.
Yo hago lo que dice y le enseño la parte de atrás del vestido y la espalda descubierta.
Cuando vuelvo a darme la vuelta él no ha apartado sus ojos de mí, sigue inspeccionado cada centímetro de mi cuerpo con esa mirada tan electrizante suya, esa que hace que mi corazón salte de mi pecho y mi piel se erice.
Él vuelve a mirarme a los ojos con ese deseo, ese cariño, esa admiración y mi corazón parece suspirar su nombre.
— Me encanta.

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Variante A [#2]
Fiksi Remaja"Lo curioso de la genética es como evoluciona con el tiempo. Desde hace poco se habla de una especie de mutación o variante a la que nombraron con la letra A, porque ¿Cómo no podía formar el amor parte de nosotros?" Después de un año en el internado...