58. El baile pt.2

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Brooke Grey

No. De hecho mi sueño de cuando yo tenía 11 años no incluía esto.

Esto tenía que ser una pesadilla. Cerré los ojos con fuerza esperando que así fuera, pero al abrirlos de nuevo me encontré que no era nada cercano a aquello. Seguía allí, con los ojos de todo el mundo encima mía, con mi corona de reina del baile, pero empapada de pies a cabeza de lo que olía y parecía ponche.

Me sentía pegajosa y rosa, sentía que estaba empezando a temblar y todo olía a zumo, mi pelo, mi maquillaje, mi vestido...

Sentía las luces y flashes de cámaras apuntarme. Mis mejillas estaban rojas de la vergüenza y la ira.

Era una pesadilla y no había forma de despertarme de ella. Me había quedado petrificada allí, llena de un líquido apestoso, con el corazón latiéndome a mil y los oídos taponados con un insoportable pitido que estaba nublando mi mente.

Sentí la mano de Chad colocarse en mi hombro y en ese momento volví a escucharlo todo, salí de mi estado de shock.

— Brooke... ¿Estás bien?— pregunta volcándose sobre mí, impidiendo que me hiciesen más fotos, intentando que dejase de ser el centro de atención aunque fuese imposible.

— Yo...— intento decir y miro hacia mi vestido desconsolada... Mi vestido... Mi precioso vestido.

— No pasa nada. No pasa nada — dice y levanta mi mirada para que le mirase a él de nuevo — No pasa nada.

Las lágrimas se habían acumulado en mis ojos de la impotencia y negué con la cabeza.

Todo el mundo nos estaba mirando, todo el mundo susurraba, todos hablaban de mí, se reían, sentían pena y en mi pecho se acumulaba esa sensación de querer desaparecer que odiaba.

Me separé de Chad y salí de allí lo más rápido posible, lo más rápido que me dejase mi vestido empapado y mis ojos borrosos por las lágrimas.

Escuché voces que querían seguirme y los susurros y los gritos, pero yo no dejé de correr.

Me encerré en el baño y las lágrimas corrieron por mis mejillas.

¿Por qué me tenía que pasar esto a mí? ¿Por qué en ese momento?

Me sentía frustrada, llena de vergüenza, ira y dolor.

Me miré al espejo y se me escapó un sollozo, no era posible que todo era tan perfecto y de repente no lo era.

Mi vestido estaba apelmazado y arrugado contra mi piel, mi pelo estaba hecho un desastre, todo pringoso y enmarañado. Mi maquillaje todo corrido y las lágrimas que se derramaban por mis mejillas no lo mejoraban.

Daba asco, olía fatal y sentía que el líquido se había metido en todos los rincones de mi piel.

Keira una vez más había ganado.

Un mensaje en mi teléfono me sacó de mis pensamientos y con las manos temblorosas logré mirarlo. Era el mismo número oculto de siempre.

"Incluso un peón puede derribar a la reina."

Con una foto mía de hace unos minutos adjuntada.

Se me escapó otro sollozo y escuché la puerta abrirse.

— Brooke...— dice la voz de Scarlett entrando en el baño.

— ¿Por qué? ¿Por qué ahora? — pregunto con las lágrimas corriendo por mis mejillas.

— Mi niña— dice Scarlett con pena acercándose a mí.

— ¿Me has visto? ¿Has visto lo que ha hecho? ¿Has visto como estoy?— digo señalando al espejo — ¡Doy asco! — Y las lágrimas no paraban.

Variante A [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora