12. ¿Perfecto?

277 15 7
                                    

¡Muchas felicidades mi niña!

—Gracias mamá— digo con una sonrisa con el teléfono en la oreja.

Me alegro que lo estés celebrando a lo grande con tus amigos. Tu padre y yo también lo estamos celebrando por nuestra cuenta.

— Espero que eso no signifique lo que creo que significa— digo haciendo una mueca de asco.

¡Brooke!— Me regaña mi madre con el mismo tono que usa cuando digo "malas palabras" que ella misma me ha enseñado.

— Perdón— respondo — Os echo de menos.

Eso no es cierto, no puedes tener tiempo de echarnos de menos— dice mi madre — Pero aquí si hay alguien que te echa de menos...

Y aunque aún no la han puesto al teléfono ya escucho su voz infantil pidiéndole el teléfono una y otra vez a mi madre y eso me hace escapar una sonrisa nostálgica.

¡Felicidades!— escucho ahora la voz de mi hermana.

— ¡Chloe!— digo ilusionada — ¡Muchas gracias!

Te he hecho un regalo y papá me ha dicho que te lo iba a mandar ¿te ha llegado ya?— pregunta impaciente mi hermana.

— Chloe lo hemos mandado hace dos horas, te he dicho que iba a tardar unos días— escucho la voz de fondo de mi padre.

Mi hermana bufa — Vale— dice alargando las vocales — Pero cuando recibas el regalo quiero que me llames y me digas si te gusta o no.

— Sea lo que sea que me regales me va a gustar, ya lo sabes.

¡Pero esto te va a gustar mucho más!— dice con ilusión mi hermana pequeña y yo no puedo evitar reír.

— ¡Ya estoy deseando de que llegue!

Te echo de menos Brooke.

— Lo sé Chloe, pero ya mismo serán vacaciones y nos veremos, estoy segura de ello— le hago entender, aunque yo también deseaba ver a mi hermana más que nada.

Mamá me ha dicho que estás en un yate— dice Chloe empezando a hablar de nuevo— ¿Está chulo?¿Te lo estás pasando bien?

Desde lejos veía a mis amigos jugar en la arena de la playa a la que habíamos llegado en la que a penas había gente.

Me lo estoy pasando genial— le contesto con una sonrisa.

— ¡Brooke!— grita Dave desde las sombrillas llamando mi atención — Necesitamos una jueza para juzgar nuestros castillos de arena.

— Chloe, te tengo que colgar, hablamos pronto ¿vale?— digo por el teléfono.

Vale. Que no se te olvide llamarme cuando llegue mi regalo.

— No se me olvidará. — le aseguro y después de despedirnos cuelgo el teléfono para ir a puntuar los castillos de arena de mis amigos.

— ¿A eso le llamáis castillo de arena? Eso es una aberración de la naturaleza — se burla Chad del castillo de Thomas y Celeste.

— ¿Perdón?— Se ofende Celeste —Tu castillo es un triste cuadrado con puerta. No creo que seas quién para juzgar nuestro castillo con cúpula.

— Haz que paren por favor— me pide en un susurro Adam pasándome un refresco de la nevera portátil.

— Silencio— pido abriendo el refresco mirando los diferentes castillos.

Variante A [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora