El Lago Belle [Basada en los juegos de chat Frienzoneado]

Capitulo 29: Cacería de un fantasma/Parte II

Al fin la camioneta se detiene, acelerando los corazones de Liam y Lucia mucho más de lo que ya estaban, los policías han decidido llegar con las sirenas apagadas, también se han aparcado a algunas calles de donde Lucia les había indicado que estaba la casa. 

Marco se acerca a Liam y Lucia, dándoles la orden de quedarse dentro o junto a la camioneta.

Los cuatro policías comienzan a alejarse de la ubicación de la patrulla, avanzando por una acera de cemento agrietada, hasta llegar al frente de una deteriorada casa, para acceder a su puerta tenían que abrir un viejo portón blanco con la pintura prácticamente deshecha.

A los lados de este pequeño portón, había varias filas de alambre de púas herrumbrados, sostenidos por carcomidos postes de madera, no sería difícil derribarlos, sin embargo, deciden entrar forzando el pequeño portón.

Al entrar, desenfundan sus armas de fuego, cargando rápidamente la bala en la recamara.

Contemplan el frente de la casa, hay un pequeño planche de cemento, divisando algunas manchas de pintura blanca y una que otra grieta en él, al terminar el planche hay tres anchos escalones, igualmente en cemento, bajándolos hasta tocar la cerámica del pequeño corredor, allí ven hacía varias direcciones, nada más que plantas y hierbas, al frente, el cristal de las ventanas estaba pintado con pintura negra, por lo que no podía ver nada a traves de ellas, la puerta era de madera de cedro muy oscuro, aunque ya debilitada por los años.

Sin poder entrar sin una orden, intentan buscar una apertura por donde ver hacia el interior, avanzando Marco hasta un costado de la casa, donde con ayuda Michael que pone sus manos como apoyo a su pie para poder llegar más alto y mirar por un pequeño agujero, logrando la visión de su ojo izquierdo captar solamente decepción, Michael lo vuelve a bajar, Marco le dice que adentro parece no haber nadie, no hay muebles o cortinas visibles, tendrían que pedir una orden de cateo al juez para inspeccionar mejor. 

Todos los policías que rodeaban la casa vuelven a reunirse en el corredor, ante la falta de peligro sus armas yacen guardadas. 

Marco y Michael se alejan algunos metros del corredor, hasta casi estar de nuevo en el pequeño portoncillo, Peter y Pablo se quedan, conversando entre ellos mientras le dan la espalda a la puerta. 

Marco yace en una llamada con la fiscalía, pidiendo una orden de cateo.

Sus músculos tan relajados, como si esto fuese un día normal, inconscientes de que Chloe estaba dentro de la casa, su cuerpo completamente pegado a la puerta, escuchando toda la conversación de Peter y Pablo, era una víbora esperando el momento para atacar mortalmente, en su mano derecha un arma de fuego, una bronceada SIG Sauer P320 que se movía igual a la cola de una cascabel.

...

Minutos después, nerviosos, Liam y Lucia siguen esperando fuera de la camioneta, la intriga al no tener señal alguna de los policías los carcome lentamente, siendo aún más desesperante por el silencio general de este lugar, solamente podría escucharse música saliendo de algunas casas a lo lejos, (talvez algunas cuadras).

El nerviosismo estalla, volando por los aires, cuando este silencio es completamente roto por el detonar de varios disparos, el eco que se produce por estas detonaciones recorre todo el lugar. 

Los ojos de Lucia se exaltan de gran manera, su cerebro le da la orden de ir hasta el lugar de los disparos, Liam aun digiriendo lo que acaba de pasar, observa como Lucia comienza a correr en dirección donde se marcharon los oficiales, no quedándole otro remedio  que seguirle. 

Con cada zancada que daban se preparaban para ver el peor escenario, así fue, al llegar al portoncillo, avanzaron por el planche, al llegar cerca del primer escalón, divisaron un auténtico escenario de guerra, completamente terrorífico, Lucia se queda sin aliento al ver a Peter y Pablo tumbados en el suelo, Pablo tiene un agujero en el brazo, igualmente varios agujeros en el chaleco antibalas, los cuales lo mantienen quejándose de dolor en el piso, aun peor, todo había terminado para Peter, que yacía entre los brazos de Michael con un gran agujero en una ceja, la bala había atravesado de lado a lado su cabeza, reventando completamente su cráneo, las manos temblorosas y manchadas de sangre de Michael, toman su radio.