Capítulo 29

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Mi espalda toca la suave superficie de la cama, los labios de Nikolai van desde mi cuello hasta mi cara. Toma mi mano y me pone de pie junto la cama, pasa sus manos por mis brazos y hombros hasta llegar al cierre de mi vestido, el cual bajó con una lentitud que me mataba. Una vez que el vestido tocó el piso se alejó dos pasos y se dedicó a observar todo mi cuerpo.

- Extrañaba admirar cada centímetro de ti - murmuro en mi oído, yo me voltee lentamente y conecte sus ojos con los míos. Esos ojos que derrochaban amor y lujuria.

- Yo te extrañé a ti - una sonrisa se le escapó de los labios y pronto volvimos a ser uno.

Hacer el amor, tener sexo, amistad y complicidad, todo con la misma persona no tiene precio. Nikolai es todo lo que yo no sabia que necesitaba. 

Sus manos, desesperadas, me dejan desnudas en menos de lo esperado. Sin creerlo justo, comienzo a desabotonar su camisa y sus pantalones, la ansiedad y el deseo de que este lo más rápido posible dentro de mí. 

Y como si leyera mi mente, fuimos uno solo rápidamente. De forma ruda, sin respiros y tratando de llegar al orgasmo lo más rápido posible, ambos enfocados en nuestra liberación. Nuestros ojos se conectaron y pude ver como sus ojos celeste cielo se transformaban en una tormenta antes de dejarse ir en mi interior mientras yo estallaba de forma desesperada.

Decir que después de eso nos quedamos dormidos sería mentir. Después de tanto placer nos dedicamos a amarnos, hacer el amor es muy distinto a tener sexo. Besé cada rincón de su piel, y él me acarició hasta el alma. Horas y horas de sólo amor, caricias y besos, hasta llegar al momento de quedarnos dormidos uno arriba del otro. 

El sonido del agua cayendo en el baño me despertó, más no tarde ni un minuto en unirme a mi marido debajo del chorro de agua caliente. 

- Bueno días mi amor - me saluda con un beso en los labios y luego me tira del brazo para mojarnos. 

- Buenos días mi amor - le respondo y llevo mis manos a atrás de su cabeza acariciando su cabello mojado - hoy no vas a ir al trabajo - sentencio firme, él ríe y asiente.

- Todo lo que mande mi esposa - me obedece - pero te enfrentas tú a mis hermanos luego - advierte con una sonrisa de oreja a oreja. 

- Puedo con ellos - me encojo de hombros. Nikolai aprovecha para besar y posar sus manos en mi trasero. Me gusta que mi cuerpo reaccione a cada contacto con la piel de mi esposo, y no esconder nada ante él. 

- De acuerdo, sólo por hoy me voy a quedar - acepta por fin - pero con una condición - asiento feliz con una sonrisa - tu y yo no salimos de la cama - muchos pensamientos sucios cruzaron por mi mente, y en ese momento volví a asentir. 

Cuando salimos del baño nos dimos cuenta de la presencia de Sirio, quien había hecho sus necesidades junto a su trapo y había volcado toda su agua, haciendo un verdadero desastre. Nuestros planes de estar en la cama se cancelaron y luego de vestirnos de entre casa y limpiar, salimos al patio con nuestro pequeño nuevo integrante. 

- Eres un niño muy travieso - hablo en voz de niño pequeño mientras acaricio la panza del animal que está mordiendo los dedos de Nikolai.

- ¿Cómo vas con la universidad? - pregunta mi marido de forma casual, sé que alguno de sus hermanos le ha estado soplando lo que hice todo este tiempo sola y me deja tranquila saber que siempre estoy protegida.

- Genial, de hecho mejor de lo que yo esperaba - asiento mientras hablo, mi estómago empieza a rugir y creo que es hora de preparar el almuerzo. 

- Vamos a preparar un almuerzo gigante ¿Qué te parece? - río ante eso y me levanto.

- Tan grande no, sino me va a crecer el vientre como a Mila o Alina y no queremos eso - río de mis propios delirios, pero a él parece no darle gracia, así que lo miro un segundo y me pongo seria - ¿Qué pasa?

- ¿Tú no quieres tener hijos conmigo? - pregunta como si fuese un niño pequeño.

- Si quiero, sólo que no en este momento - explico - quizás después de tener mi título - me encojo de hombros, y Nikolai parece aliviado.

- De acuerdo mi pequeña - se acerca y besa mis frente, luego toma mi mano y no encaminamos a la cocina, en el camino recibo un mensaje como los de antes "¿Qué voy a tener que hacer para que te alejes de mi hombre?", creí que ya se habían encargado de quitar a esta persona de mi móvil. 

Llego a la gran cocina y le muestro a Nikolai mi móvil, él me dice que no me preocupe y que vuelve enseguida. La sensación de que algo va muy mal crece rápidamente en mi estómago, intento tragar el nudo en mi garganta y me dispongo a hacer un almuerzo digno para callar mi estómago. 

Los minutos pasan y se vuelven media hora, cuando casi tengo todo listo veo a Nikolai entrar en la cocina con una sonrisa, se la devuelvo y le indico que ponga los cubiertos en la mesa. Él me sorprende abriendo un grandioso vino y al final terminamos riendo de tonterías y hablando de cosas banales. Mi tono de llamada suena y los nervios crecen, pero se esfuman rápidamente al ver que es Mila.

- Hola - la saludo con felicidad. 

- Hola - me responde de igual manera - te llamo porque acabo de salir del médico y ya tienen el sexo de los bebés, así que en la tarde puedes pasar a buscar los resultados - me explica de forma entusiasta. Me había olvidado por completo de el baby shower y la verdad me da vergüenza. 

- Okey - le respondo igual de feliz que ella - ¿Te parece si hacemos la fiesta de revelación el Domingo de la otra semana? - pregunto intentando ver cuanto tiempo tengo.

- Si, - grita eufórica - me parece una idea genial - suspiro aliviada. 

- De acuerdo, necesito que me mandes una lista de invitados y luego yo hago la magia - le hablo entusiasmada, pero en realidad quiero gritar de nervios. 

- Okey, te la envío este lunes - me responde más relajada.

- La espero - le respondo igual y unos segundos después finalizamos la llamada.

Miro a mi esposo y él tiene una expresión de intriga.

- ¿Listo para saber el sexo de tus sobrinos? - pregunto ansiosa y él traga grueso.

- ¿Ahora? - el pánico se apodera de su cara y yo río de forma escandalosa.

- No tonto, esta tarde vamos al médico por los resultados - el alivio se apodera de su cara y vuelvo a reír - claramente, aún no estas listo para tener un hijo - su ceño se frunce y hace una mueca para que corra, cosa que no dudo en hacer por toda la casa hasta nuestra habitación donde me atrapa y comienza a hacerme cosquillas. Luego se convierten en beso y después estamos desnudos. La vida junto a Nikolai siempre es así, cambia en un segundo. 

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Canción: Tongue - Maribou State


La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora