Capítulo 7

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Entrando a la residencia de sus padres, me tomó ambas manos y las acunó con las suyas.

- Ellos no tienen idea de donde vienes, y mucho menos tu edad - habla bajo - así que me gustaría que ideemos una historia de como nos conocimos - mi garganta se apretó, él sentía vergüenza de lo que yo era - en un supermercado, por ejemplo, fuimos a agarrar la última bolsa de papas fritas y...

- Debo mentir para salvarte - lo miro seria.

- Necesito que hagas esto por ambos - intenta manipularme, el nudo en mmi garganta no se afloja. 

- ¿Qué obtengo a cambio? - él me suelta y se sienta derecho en su asiento, pasa su mano por su cara y aprieta el puente de su nariz cerrando los ojos.

- ¿Por qué no puedes hacer las cosas fáciles? - pregunta en tono bajo.

- Porque estoy en contra de mi voluntad - respondo de forma simple.

Él se vuelve a mirarme y aún no entiendo como la electricidad de sus ojos no me electrocutó. Parece pensarse las cosas una y otra vez.

- Test vocacional y mini vacaciones de mi - intenta negociar.

- Grandes vacaciones sin ti - contra ataco.

- Hecho, ni que me caigas tan bien - se encoje de hombros fingiendo. 

- En un parque - hablé recordando la noche de mi secuestro, él entendió que me refería cómo nos conocimos - nos chocamos, yo tiré tu café y luego te invite otro para compensarlo pero te negaste - de chica solía escribir muchos cuentos y de más grande se los contaba a los niños recién llegados - luego nos encontramos en ese supermercado, resolvimos de la manera más madura quien se llevaba la última bolsa de papas - nombré despectivamente su idea sacándole una sonrisa - piedra, papel o tijeras, obvio que gané yo y tú dijiste que al menos tenía que darte mi número ya que arruiné tu camisa y te dejé sin papas - respiré profundo y solté - a los tres días me invitaste a salir.

Él asintió y se bajo de la camioneta, abrió mi puerta, tomó mi mano y me guió hasta la puerta de entrada.

- ¿Hace falta el contacto físico? - pregunto algo incómoda.

- No, pero me gusta el calor que emanas - contesta de forma soberbia. 

Escapando de mi golpe presionó el timbre y la puerta se abrió dejando ver a una mujer igual a los hermanos, su versión mujer. Con los mismo ojos, el mismo color de cabello, igual de alta e igual de matada en el gimnasio, según me dejaba ver su vestido rosa pastel al cuerpo.

- Primo, pensamos que ya no venías - dijo con una sonrisa y nos invitó a pasar, le dio un abrazo largo a Nikolai yo aproveche para admirar la casa, era tan grande y lujosa que me quedaría días describiéndola. - También creímos que era mentira lo de - un carraspeo de Nikolai corta la oración de la mujer. 

Ella se queda mirándome un buen tiempo, que se me hace realmente incómodo, hasta que mi futuro fastidio de esposo corta el momento. 

- Ella es Samantha, Samantha ella es mi prima Tanya - le ofrezco mi mano y ella me da un abrazo tan fuerte que creo que me quebrará todos los huesos.

- Un placer - murmuro.

- Ya me caes bien - comenta y camina hasta una habitación que al entrar veo, es el comedor - ¡Atención familia! Llegó Nikolai y su futura esposa - todo se quedó en silencio y por sus caras de asombro creo que no se lo esperaba, pero si nos casamos mañana ¿Cómo iba a ser mentira?

- Quiten esas caras muertos - habló un señor grande, pero no excesivamente viejo. En la mesa estaban Mila y Alina con sus esposos, cinco niños, cuatros hombres y tres mujeres que no conocía. Uno de esos hombres se veía muy anciano, sentado junto con una mujer de su misma edad, los que creo son los padres de los hermanos Volkov, y dos señores jovenes que creo son los padres de los niños juntos con Tanya y la mujer restante. ¿Lo peor de todo? Los 16 pares de ojos estaban puesto en nosotros, en mí específicamente.

- Ella es Samantha - habla Nikolai - mi futura esposa, con quien me casaré mañana.

- Otra casa fortunas como estas dos insolentes - habla la señora que creo es la madre de los hermanos.

- ¡Ay! Mamá - habla Anton - no son casa fortunas, tú si lo eras y al final no te pudiste quedar con nada - auch eso debió doler. Niko me toma de la cintura y me conduce hasta dos asientos libres, era obvio que si nos esperaban.

- Yo intenté alejarla de nuestra familia, pero ella es muy cabeza dura - hablo la señora mayor y los hermanos rieron ante eso, incluso a Niko se le asomó una pequeña sonrisa.

- Clothy - habló el padre de Niko - trae la cena, ya llegaron todos.

La cena consistía en espaguetis con salsa boloñesa. Todos comenzaron a comer y hablar de cosas triviales como cuanto le costó a todas las mujeres entrar en la familia. Los niños me miraban con el ceño fruncido y no decían mucho, pero al terminar su comida salieron corriendo a jugar. Y de sobremesa nos intentaron preguntar muchas cosas.

- ¿Cómo se conocieron? - el abuelo Volkov fue el primero en disparar.

- En un parque - contestó Niko, simple y cortante, yo rodé los ojos y puse mi mano en su pierna intencionalmente.

- Yo se los explicaré mejor - hablé y todos me miraron, como contaba cada parte antes arreglada y memorizada, agregándole risas y tonos bromistas para que se vea más real.

- Es increíble lo mucho que - murmura el marido de Tanya, pero no puedo escuchar la oración completa porque ésta corre su silla haciendo un estruendo brutal.

- Lo siento - se disculpa falsamente. Algo aquí no va bien. 

- ¿Y cuántos años tienes, linda? - soltó la madre Volkov distrayendo la atención.

- 18 - contestó por mí Niko.

- ¿Y estudias algo? - cuando iba a responder Anton se levantó de su silla junto con Alina y nos miraron a todos.

- Antes de que sigan ahogando de preguntas a la nueva, con Alina debemos darles una noticia - lo dijo tan serio que pensamos que había muerto alguien. Se miraron mutuamente y luego Ali miró a la madre Volkov.

- Estoy embarazada otra vez - soltó de repente, se hizo un silencio un poco incómodo pero luego todos se pararon a saludar y felicitar a los nuevos padres, incluso Niko se veía feliz.

Luego de eso toda la atención fue hacia ellos, lo cual agradecí. Yo ni siquiera tenía 18, tampoco estudiaba nada. Cuando nos volvimos a sentar en nuestros lugares Nikolai pasó un brazo por mis hombros y nos quedamos abrazados así mientras escuchábamos la conversación que tenían acerca de los nombres, obvio que Alina no le iba a poner Luka a su hijo y eso era toda una discusión. La hija de Anton se acercó a Niko y le dijo algo al oído, luego de eso se lo llevó por el pasillo.

- Seguro y termina siendo otra niña muy hermosa - dijo dando por terminada la discusión Alina.

- ¿Y tú, Samantha? - preguntó el padre Volkov - ¿Piensas tener hijos?- mi boca se secó y mi mente se puso en blanco, yo no sé si estaba dispuesta a tener un ser viviendo en mi abdomen.

- No lo sé - admití - no es algo que pienso con regularidad - río nerviosa ante la mirada de todos - primero está mi carrera y luego creo que llegan los niños - dije tímida intentando no equivocarme o meter la pata.

- ¿Qué estudias? - volvió a preguntar.

- Todavía nada, me refiero a que primero me gustaría tener un título y luego poder tener una responsabilidad tan grande como lo es un hijo - les sonrío sin mostrar mis dientes.

Él asintió y dirigió su mirada a Mila, para luego llenarla de preguntas incómodas. Por supuesto que yo suspire de alivio, nada mejor que una rubia para distraer la atención de mi. 

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Tove Lo - Moments

La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora