Capítulo 36

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Narra Samantha...

Estar en mi casa, con mi hombre y mi pequeño hijo peludito, me hizo sentir reconfortada de alguna manera. Sólo que algunas pesadillas amenazan con ser un problema.

Ya han pasado dos semanas desde el incidente, ahora voy a una psicóloga que es muy amable conmigo, también tengo turnos con una ginecóloga muy importante que me hará controles sobre mis heridas. La idea no es salvar nada de lo que se pueda salvar, sino, más bien, ver que todo sane correctamente y no me provoque más problemas en el futuro.

Nikolai y yo hemos estado más juntos y unidos que nunca, como si eso fuese posible. Me despierto todas las mañanas con su besos y caricias, me duermo todas las noches enredada entre sus brazos y piernas. Él no se ha sobrepasado, ni intentado tener relaciones conmigo, aunque lo intenté de muchas formas, creo que ya perdió ese tipo de interés por mi y por un lado me pone un poco triste, pero quizás es lo mejor para ambos. 

Alina tuvo una bebé hermosa a la que llamaron Ania. Tiene los mismo ojos que su padre y unos cachetes regordetes. En cambio, Mila parece no tener ni un poco de ganas de parir a sus bebés, pero nos adelantó que ya tiene los nombres y los sabremos cuando los tengamos en brazos. 

Mi cita con la doctora Inessa Petrovva concluyó con un inquietante permiso.

- Okey Sra Volkova - dice alejándose de mí y quitando sus guantes, puesto que me quitó los últimos puntos y revisó que todo esté bien por dentro - puedes vestirte querida - asiento y comienzo a caminar hacia el cuarto donde está mi ropa, una vez vestido me siento en su escritorio ella termina de teclear algo en su computadora y me observa. 

- ¿Está todo bien? - pregunto temerosa.

- Claro que sí, todas tus heridas sanaron de forma correcta y creo que es por las vitaminas y alimentación que te recomendé, se nota que seguiste todo al pie de la letra - yo asiento y recuerdo como Nikolai estuvo atrás de mi con esas comidas de gusto horrible y las vitaminas que me dejaban el doble de hiperactiva - ahora cambiaremos todo, tanto alimentos como vitaminas y agregaremos ciertas actividades - vuelvo a asentir - ¿Recuerdas que yo sospechaba que que sólo habían extirpado el ovario derecho? - mi boca se seca, pero vuelvo a asentir - bueno, al final si es verdad, lo único malo es que el útero está tan magullado que va a ser muy difícil poder tener un embrión que sobreviva, pero si ustedes de verdad están listos para ser padres los puedo ayudar a que sea posible de alguna - sólo me queda asentir.

- Pero ¿cómo es posible que tenga todavía cierta partes de mis órganos? si los doctores nos dijeron específicamente que ya no quedaba nada - le pregunto a la doctora aún confundida.

- Quizás les mintieron o se pudieron equivocar de paciente, pero en las placas y ecografías que te hice me dicen que todavía te queda un ovario y el útero - me explica con mucha paciencia, agradezco tanto al universo poder encontrar esta profesional.

- Y en el caso de querer embarazarme ¿tiene que ser si o si ahora? ¿o podemos esperar? - en su cara aparece una expresión que no sé descifrar, pero que parece algo bueno.

- Tenemos que esperar un tiempo para que tus órganos puedan curar correctamente, quizás de unos 3 a 4 años, dado que este tejido es muy delicado y necesitamos que esté en óptimas condiciones, con una simple cicatriz que quede y puede costarle la vida a tu bebé - continúa hablando, y yo continúo con mi movimiento de cabeza.

- Entonces estamos bien - hablo más para mi que para ella, pero sonríe y asiente, su sonrisa es tan perfecta que me da vergüenza ocupar el mismo oxígeno que ella. Escribe mi nueva dieta, mis nuevos medicamentos y las nuevas recomendaciones de ejercicio.

- Y también ya puedes volver a las actividades sexuales - indica y me pongo tan colorada que creo prenderme fuego - no lo voy a escribir para que puedas mantener tú el ritmo con el Sr Volkov, pero mientras lo hagan con cuidado, de forma lenta y con protección, no habrá problema - asiento.

- ¿Cuándo podré volver a tomar anticonceptivas? - intento sacarme todas las dudas ahora.

- Todavía quiero ver cómo va a ser tu primer menstruación y cómo va a reaccionar tu cuerpo ante la nueva dieta - asiento de nuevo - así que cuando estés en tu primer día de menstruación deberías pedir un turno para poder venir.

- De acuerdo - le hablo porque ya me duele el cuello de tanto asentir.

- Entonces es todo por hoy, puedes escribirme antes cualquier duda y nos mantendremos en contacto ante cualquier cosa - le sonrío y me pongo de pie para irme.

Afuera me espera un Nikolai con el ceño fruncido mientras teclea varias cosas en su teléfono. Me paro frente a él pero no parece notarme, así que me siento en sus piernas. Una maravillosa sonrisa me revuelve todo el estómago y me dan ganas de besarlo por toda la cara.

- Ya nos podemos ir - le indico.

- Entonces no perdamos tiempo, los hospitales no son lo mío - suelto una risita y por primera vez no siento la molestia en la herida, es un gran alivio que me hace sentir más segura. 

- Hoy podríamos pedir comida - hablo mientras salimos del gran edificio. 

- Vamos a cenar a un restaurant ¿Qué dices? - pregunta entusiasmado, yo no le puedo romper sus ilusiones, así que acepto y vamos a uno de mis lugares favoritos, donde hay pastas super deliciosas. 

La cena pasa de una forma muy romántica, él no preguntó nada sobre la doctora y yo olvidé decirle, así que cuando tomo mi nuevo celular y veo fotos de la pequeña Ania recuerdo lo que hablé con la doctora. 

- ¿Quieres saber lo que hablamos con la doctora? - pregunto tímida mientras llega el postre.

- Yo siempre voy a querer saber todo lo que tenga que ver contigo mi amor - me dice, siento que mi corazón está por desbordar de tanto amor.

- Primero, tengo todo en condiciones óptimas - diga con una sonrisa - ¿sabes lo qué significa? -pregunto en un susurro y veo como sus ojos se vuelven un poco más serios o más excitados - tengo permiso de hacer ciertas cosas - hablo intentando ser tierna.

- ¿Qué tipo de cosas? - pregunta con una voz profunda y para nada amigable.

- Como correr, saltar, montar y no precisamente caballo - una sonrisa se asoma por sus labios y atrapa uno con sus dientes - puedo hacer movimiento hula hula, y jugar a las escondidas - sigo hablando - todo aprobado por mi médica - termino con una sonrisa y asintiendo.

- Me gusta le idea del hula hula y las escondidas, son juegos muy entretenidos - asiento - ¿y qué más te dijo?

- Que debemos hacer todo con protección - sus ojos se iluminan y por un momento creo que va a llorar - porque tengo posibilidades todavía de tener un bebé - su ceño se frunce.

- ¿Cómo? - el mesero llega, así que guardo silencio hasta que se retira.

- Bueno, resulta que según todas las ecografías todavía tengo un ovario y útero - el parece entenderlo y se apoya en el respaldo - sólo que debemos esperar, al menos, cuatro años para poder intentarlo - él asiente.

- Pero es una buena noticia - intenta caer a la realidad, yo asiento y tomo su mano.

- Por ahora sólo podemos practicar - le recuerdo.

- Esta noche no te vas a poder salvar - su sonrisa me dice que quizás no fue tan buena idea.


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sweater weather x another love


La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora