Capítulo 12

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Al llegar al hotel veo que es hermoso, tiene una vista espectacular a las playas, el clima está increíble y no puedo esperar a meterme en el agua. Entramos en la habitación y Nikolai se tira en la cama boca abajo, yo corro al balcón y admiro las vista, a pesar de ser muy temprano hay varias personas.

Algo que me sorprende es  que amo la mañana, no hay mejor cosas que disfrutar todo el día. Podría hacer muchísimas cosas en la mañana solo para holgazanear el resto del día.

- Deberíamos ir al agua, desde aquí se ve exquisita - digo entrando a la habitación, pero veo a un dormido Nikolai. Mientras decido si despertarlo o dejarlo dormir e irme sola tocan la puerta las personas que traen las maletas. - Muchas gracias - le digo a el señor que amablemente deja todo en orden. Creo que mientras Nikolai duerme un poco puedo acomodar las cosas en los armarios.

Comienzo con mi maleta, al abrirla dejo lo que más puedo en el armario y al ver un bikini negro corro al baño para cambiarme. Me miro en el espejo y veo que no me queda tan mal, a ver, que mi cuerpo no es uno simple, mas bien es como con curvas, tengo trasero, busto, pero mi abdomen es plano, las piernas firmes y mi altura es como la de un umpa lumpa. Vuelvo a la habitación y me coloco una bata de playa, sigo con mi tarea de poner nuestras cosas de la maleta en el armario. 

Abro la maleta de Nikolai y me sorprendo al ver que además de ropa de playa hay de trabajo, este señor se piensa que va a trabajar toda su luna de miel. Lejos de enojarme, me pone feliz. Cuando termino con todas las cosas, agarro un almohadón y se lo tiro en el trasero. 

- Nikolai - hablo, él me contesta con un murmuro - Voy a ir a la playa a tomar el sol ¿Vienes? - él se remueve y yo me pongo a su lado sobre la cama - Puedes dormir hasta que yo vuelva, si quieres.

- No cariño - pasa su mano por mi abdomen y me mira a los ojos, parece cansado - vamos hasta el almuerzo y luego volvemos a dormir ¿quieres? - asiento rápidamente.

- Ya puse las cosas en el armario - comento mientras me estiro en la cama - ve a cambiarte.

- Como usted mande señora Volkova.

(...)

Las personas en la playa son tan amables, todos nos atienden con una sonrisa en cara. En cambio Nikolai sólo los mira con pocos humor y está con su teléfono todo el tiempo. Yo le sonrío a cada persona que me sonríe. 

– Deberías dejar tu teléfono – le digo mirando a algunas personas en el agua sonriendo – o quizás puedes usarlo para algo bueno como sacarme algunas fotos en la playa ¿Qué dices? - pregunto juguetona.

– ¿Y arruinar mi cámara? - lo miro mal.

- Por algo te casaste conmigo Nikolai, es obvio que eres mi mayor fan - resoplo mirando a niños siendo perseguidos por sus padres. Tan romántico (sarcasmo). 

- De acuerdo, pero sólo dos o tres y nada más - me advierte - que debo seguir trabajando - asiento y me pongo de pie tirándolo de la mano para que me siga.

Mentiría si dijera que el simple contacto no me quemó hasta tener que soltarlo. Ese hombre me revoluciona las hormonas a niveles que ni siquiera yo puedo imaginar y seguro él tampoco.

Nos pasamos sacándonos fotos casi una hora, quizás fue más tiempo pero nos divertimos tanto que no nos dimos cuenta del tiempo.

- Me tuviste mas de una hora sacándote fotos - exclama enojado y yo me encojo de hombros.

- Tienes que controlar tu fanatismo hombre - hablo haciendo un ademán con mi mano derecha - ya son niveles preocupantes - él rueda los ojos y me intenta correr y asesinar, pero soy mucho más ágil.

- Te salvaste - dice cuando suena su teléfono. Habla unos cuantos minutos y yo miro mis notificaciones, nada interesante además de miles de comentarios y likes.  

– ¡Estoy tan hambrienta! – exclamo cuando Nikolai vuelve a mi lado en las reposeras.

– Vamos a comer – ordena y comienza a caminar en dirección al hotel. Me obligo a seguirlo, ya que el hambre me puede.

– ¿Qué comeremos? – pregunto al llegar a su lado – podemos pedir pizza o quizás una ensalada con carne – parloteo.

– Me gustaría más comerte a ti desnuda en mí cama, pero me tengo que contener – habla en un tono seductor que hace que mis bragas queden mojada y la presión en mí abdomen bajo sea horrible.

– No lo hagas – digo bajo – digo, no es bueno contenerse tanto tiempo, hace mal – asiento a las palabras que digo, las hormonas se me revolucionan cuando la menstruación acaba, lo siento soy mujer.

– No, yo no hago así las cosa – contesta mientras me deja pasar primero en el restaurante del hotel – tiene que ser especial y único.

– No necesariamente – le respondo – no quiero seguir esperando mas tiempo, la ansiedad me va a matar – digo en un tono suplicante, casi desesperado. Lo que me sorprende, yo no soy de rogar y mucho menos de andar de calenturienta. Además no le daría ese gusto a él. 

El almuerzo lo pasamos peleando por cualquier cosa. Le pido que me pase las fotos que nos tomamos, él me dice que no, le ofrezco editarlas para subir algunas y acepta. Lo que no sabe es que subiré de mi sola y en un post diferente fotos de Nikolai solo. 

Debo admitir que su contextura física no está nada mal, algo que no me había detenido a mirar en nuestras duchas juntos. Volvemos a la habitación y yo corro casi al baño, no puedo salir y mirarle la cara después de lo como me insinué abajo ¿Qué hago entonces? El nudo que se forma en mi estómago no me ayuda mucho, quizás una ducha me relaje y cuando salga Nikolai ya esté en el octavo sueño. Lleno de agua la tina y me sumerjo hasta que toda el agua tapa mi cuerpo, cierro los ojos e inhalo profundo el delicioso olor a jabón hasta que el sonido de la puerta me alerta.

– Pasa – digo en un tono un poco alto pero sin gritar, tampoco intento tapar mi desnudez ya lo vio todo. Nikolai entra y me mira con una expresión que no logro descifrar.

– ¿Qué haces? – pregunta, yo frunzo mi ceño. ¿Qué creer que hago?

–  ¿Acaso parece que esto cazando dragones? – le pregunto en un tono un poco borde.

– Ganándote un castigo si sigues con esa actitud – ruedo los ojos y me dispongo a jugar con el agua esperando que salga del baño, adiós a mi plan de que esté dormido cuando vuelva a la habitación. – No deberías seguir provocándome.

– ¿O qué? – lo desafío.

– O voy a tener que follarte duramente y créeme que no quieres eso.

– Si no lo pruebo nunca lo sabré - lo desafío - seguro es que tienes miedo - cometo el error. 

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Sia, LSD, Diplo, Labrinth - Genius

La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora