Capítulo 3

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Pasaron tres semanas, conocí a la esposa de Gregori y la esposa de Anton.

Ambas han venido para arreglar entre las tres las cosas de la boda. 

Mila, la esposa de Gregori es todo lo que definiría la palabra amor, ella siempre es dulce y amable y jamás se la ve enojada. 

Alina, la esposa de Anton, en cambio es todo movimiento e hiperactiva, pero jamás se portaron de mala manera conmigo, siempre me ayudaron con todo y me asesoraron en cosas que yo no sabía. 

Les conté mi historia, sin la parte de que me compraron y estoy aquí a la fuerza, les pregunté si ellas no habían intentado escapar.

- ¿Por qué haríamos eso? - preguntó riendo Alina - al lado de Anton tengo todo, él ama tanto a nuestra hija - habla mirando a su niña de casi un año durmiendo - no entiendo ¿Por qué querría alejarme del hombre que amo? - asiento, entendiendo que ellas si tuvieron una historia de amor real y normal. 

- Solo una tonta pregunta que se me cruzó por la cabeza - suelto una risa nerviosa.

- Verás que cuando conozcas a Nikolai, vas a estar tan enamorada como nosotras - me dice Mila en forma de promesa - al principio nada parece convincente, pero luego te vas dando cuenta que ellos solo quiere a alguien para amar que los amen de la misma manera - explica con amor a sus ojos. 

Asiento intentando convencerlas, nada me va a quitar la idea de irme en la primer oportunidad que encuentre.

Luego de esa charla motivacional, fuimos a un centro comercial a buscar ropa interior para la noche boda y ver vestidos de boda. Primero fuimos por la lencería. Veo algunas cosas raras y de color rojo que tienen tiras y para nada parecen bragas o brasiers.

- Mejor ven por aquí - me habla Mila mientras me lleva en dirección a Alina que tenía unos conjuntos hermosos en sus manos.

- ¿Te gustan? - asiento tomándolos en mis manos, fucsia, negro, blanco, rojo y azul oscuro - pues los llevamos todos - dice y yo intento negar pero ya se dio la vuelta.

- Tengo algo muy vergonzoso que contarles - hablo en un tono muy bajo.

- Suéltalo Sammy - me incita Alina.

- Bueno, quizás dos - me pongo pensativa.

- Ya mujer - dice Mila.

- La primera es que yo nunca... - miro para todos lados - hice nada con ningún hombre y no sé como hacer nada.

- ¿Y la segunda? - pregunta Ali, ignorando completamente mi vergonzoso secreto. Algo me dice que ellas saben mucho más de mi de lo que yo creía. 

- No podo el césped desde hace tres semanas, ¿debería hacerlo? - ellas comparten una mirada cómplice.

- Lo primero lo dejamos para lo último - habla Alina y pasa su brazo por mi hombro guiándome a quien sabe donde - y lo segundo... - termina su batido y lo tira - estamos en el lugar correcto, esta es nuestra depiladora de confianza - termina de hablar y señala a la tienda de enfrente.

- Entremos - me empuja suavemente Mila.

Nos adentramos en el centro de belleza y casi cuarenta minutos después salimos. Resulta que había otra forma de depilación que no duele, ni molesta y es con láser. Eso fue un invento milagroso. 

- Ahora por el vestido - Ali me toma del brazo y me arrastra hasta una tienda de vestidos elegantes, entre ellos hay de novia. Una chica, algunos pocos años mayor que yo se nos acerca.

- ¿En que les puedo ayudar? - pregunta amble y con una hermosa sonrisa.

- Venimos a ver vestidos de novia para ella - habla Mila igual de melosa y me señala, la chica asiente y nos dice que la sigamos. Nos llevó a un pasillo lleno de vestidos blancos colgados a ambos lados.

- ¿Qué tipo de blanco? - preguntó - ¿Blanco hueso, blanco crema, blanco algodón?

- Blanco hueso - respondí. Ella asiente y va a un sector lleno de vestidos de este color.

- ¿Algo en especial?

- Bueno, he visto algunos que tiene transparencias en esta parte - le explico señalando mi abdomen - y son en forma de corazón aquí - señalo mi busto - y vi unas polleras que tienen varias capas como cortas y largas - intento explicar. Ella asiente y saca tres modelos.

- Ve a probarte y le mostramos a tus amigas, ¿qué te parece? - asiento con la cabeza y me acompaña a los probadores. El segundo vestido es el que queda elegido para la boda.

La boda. La boda es el Domingo, hoy es viernes. Es durante el día y termina a la noche, lo hacemos en el jardín de los padres de los hermanos Volkov. Hay un cura y hay un juez, son dos bodas en una. Estoy muy nerviosa por todo, pero ya me aseguraron que saldrá bien, excepto por el detalle que no conozco a mi futuro esposo.

Y aunque estuve viendo cada lugar de la casa, cada salida con las chicas y cada oportunidad para escapar, no lo hice. ¿Quién dejaría a una familia millonaria para morirse de hambre en la calle? 

Llegamos a la casa de Mila y Gregori, este la espera en la puerta para darle un beso y levantarla en el aire, con Ali nos adentramos en la casa y también está Anton esperando a su esposa. 

Averiguando pude saber que Mila tiene 33 años y Gregori 37, Alina tiene 35 y Anton 40, lo que parece que soy la hija pequeña de todos aquí. 

No me doy cuenta cuando alguien se para a mi lado, ya que estoy metida en mis pensamientos mientras veo a las parejas felices.

- Se ven tan bien juntos ¿No crees? - doy un salto al escuchar esa voz, un tono mas gruesa que la de Gregori pero un tono mas fina que la de Anton, sin olvidar el delicioso perfume que me llega a las fosas nasales. 

Giro mi rostro suplicando que no sea quien creo, se supone que nos veríamos en la boda. Quedo hechizadas por unos ojos celestes cielo en los que se refleja la lujuria y la elegancia.

- Soy Nikolai - se presente estirando su mano.

- Soy Samantha - tomo su mano.

- Mi futura esposa - saborea las palabras.

- Eso dicen - le respondo con una pequeña sonrisa, de repente todas las miradas están puestas en nosotros.

- Bueno, la cena está lista - habla Gregori - vamos a cenar.

Todos nos dirigimos al comedor. Gregori se sienta en la punta de la mesa y a su derecha Mila; Anton en el otro extremo, y a su izquierda Alina, Nikolai se sienta a la derecha de Anton y yo a su derecha. Las chicas de la cocina traen los platos con comida y antes de comer Anton da la bendición en la mesa, yo nunca había hecho eso antes

- Señor, te damos las gracias por estos alimentos que nos permites y por el trabajo que nos das, queríamos pedirte las bendiciones para nuestros prontos recién casados Nikolai y Samantha, también mucha fertilidad para todas las parejas que se encuentran aquí presente, Amén.

Luego de cenar y comer postre, despedimos a Alina y Anton que se dirigen a su casa.

- Nosotros también nos vamos - habla Nikolai, y yo me sorprendo ya que no tenía idea que me iría - todas tus cosas ya están en mi casa - me habla a mi - así que, te puedes despedir - asiento y me acerco a Mila, que me sonríe, me abraza y dice cuanto me va a extrañar. Saludo Gregori y nos montamos en el auto de Nikolai, el cual es manejado por él mismo. 

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Jonas Brothers - Sucker

La esposa de un VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora