Capitulo 20

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—Voy a ir a buscar a mi papá Connie- dijo Cassandra frotándose la cara

—Yo creo que es mejor que lo dejemos desahogarse

—¿Estás loca? Se llevó la camioneta, puede pasarle algo, además... Ines se va a volver loca de la preocupación

—Es eso lo que te preocupa ¿Verdad? Yo sabía que no podías estar enojada con ella por mucho tiempo- respondió Connie sonriendo

—Si, me preocupa Ines pero eso no quiere decir que deje de estar molesta con ella, bueno, iré por el

—Mejor esperemos, no voy a dejar que vallas sola pero tampoco quiero que Diana y mi nana se queden solas aquí

—Pues entonces vamos a esperarlo... ¿Recuerdas la última vez que mi papá fue a la cantina?

—Si, fue al día siguiente de traer a Deborah en la casa

—Y llego tardísimo así que, Connie, toma asiento porque la noche será larga- dijo sentandose en el sillón más grande de la sala

Algunas horas más tarde despertó Ines, sintió a Diana dormida a su lado y se levantó con cuidado para no despertarla, vio el reloj del buró de al lado y se dió cuenta que ya era de madrugada, el mareo que tenía ya había desaparecido y se sentía mucho más tranquila de pensar que, al ser tarde, seguramente Victoriano ya estaba en casa

Cassandra revisaba su celular cuando escucho los pasos de Inés acercarse y segundos después la vio llegar a la sala envuelta en un chal

—Tu papá no ha llegado ¿Verdad?- dijo con voz triste viendo a Constanza dormida en el sillón que estaba frente a Cass

—No, aún no ha llegado...- respondió apagando la pantalla del celular

Al escuchar esa respuesta Ines dió un respiro, estaba frustrada, conocía las borracheras de Víctoriano y temia que le pasara algo

—No te preocupes, mejor ve a descansar un rato, ya es tarde- dijo Cassandra al ver cómo Ines se sentaba a su lado en el sillón

—No, no hasta que vea que Víctoriano llegó con bien

—Bueno, entonces saldré yo misma a buscarlo- levantándose

—No Cassandra, ya es tarde y tampoco quiero te pase nada a ti... Siéntate por favor, quiero hablar contigo

Cassandra se sentó, se imaginaba a dónde quería llegar Ines

—Creo que habíamos dejado una conversación pendiente, tenía que darte una explicación- continuo diciendo Ines

—No te la estoy pidiendo

—¡Pero yo te la quiero dar!... Cassandra te extraño hija, necesito a mi niña, a la que me contaba todo, que a pesar de ser una adulta se iba a dormir conmigo porque le daba miedo la lluvia, no te imaginas cuánto me duele tu indiferencia...

—Ya Ines por favor no sigas- agachando la cabeza y poniéndola entre sus manos 

—Yo nunca engañe a tu mamá, es cierto que fui novia de tu padre pero eso fue mucho antes de que el conociera a la señora Diana María, yo vine a vivir a esta casa tiempo después de que se casara con ella...

—Porque seguías amando a mi padre- dijo con algo de cinismo

—No Cassandra, te equivocas, llegué aquí porque huí del padre de Emiliano

—¿estas segura? ¡¿Huiste porque te dió miedo que fuera un asesino o porque amabas a mi papá?!

—Huí porque me golpeaba- contesto Ines dolida- porque abuso de mi, porque... Porque por sus malos tratos perdí un hijo y no quería que pasara lo mismo con Emiliano

Cassandra no podía creer lo que escuchaba, se sentía avergonzada por haber juzgado mal a Inés

—Perdon... Yo no sabía

—Tranquila, entiendo que hayas estado molesta hija pero te juro que jamás traicione la confianza de tu mamá

—En el fondo yo lo sabía- dijo secando una lágrima traicionera que empezó a bajar por su mejilla- yo sabía que tú no eras capaz de eso nanita pero es que tú sabes que no me gusta ser injusta y Déborah me dijo que tú habías...

—Ay mi vida, pero no llores- alcanzó a decir Ines antes de que la joven se lanzará sollozando a sus brazos

—Perdoname por favor

—No tengo nada que perdonarte, te adoro Cassandra- respondió acariciando su cabello

—Y yo a ti...

Después de haberse calmado, Cassandra seguia recostada sobre el pecho de su nana, había echado mucho de menos estar así y estaba decidida a que jamás volvería a provocar un distanciamiento ante ellas

—¿Cuando podemos saber que va a ser?

—¿mmh?- respondió Ines mientras veía fijamente la puerta

—Tu bebé nana, ¿Cuando podemos saber que va a ser?

—En 3 semanas más mi vida, creo que a partir del cuarto mes se sabe

—¿Que quieres que sea?

—No se, solo le pido a Dios que nazca sano, no importa nada más que eso- bostezando

—Nana ya es tarde muy tarde, no tarda en amanecer ¿Porque no te vaz a dormir?

—No mi vida, ya te dije que no puedo...

En ese momento se escuchó el sonido de la camioneta de Victoriano e Ines dió un salto del sillón al igual que Cassandra, un par de minutos después Victoriano abrió la puerta, no era difícil darse cuenta que venía muy tomado, parecía que en cualquier momento se iba a caer

—¡Victoriano por Dios! ¡Mira como vienes!- dijo acercándose a él

—¡¿Papá que acaso no piensas?! Apestas a alcohol

—Ya, ya, dejen de regañarme- dijo con una voz apenas entendible- que no ven que tengo el alma destruida, Ines- dijo volteando a verla- tu vaz a convencer a Diana de que me perdone ¿Verdad? Tu eres la más buena de la casa

—Vete a dormir ya, te prometo que Diana te va a perdonar

—Ven papá, vamos a llevarte a tu cuarto- dijo Cassandra sosteniendolo para encaminarlo a su habitación

Ines despertó a Connie y regreso a su cuarto a dormir junto a Diana, faltaba casi nada para que amaneciera y sentía que sus párpados no podían mantenerse abiertos por más tiempo.

Cuando despertó vio que Diana ya no estaba junto a ella, se sentó en la cama y tomo su celular, al encenderlo vio asombrada que ya pasaba de las 2 de la tarde, se había quedado dormida, enseguida se dió una ducha y 30 minutos después salió a la sala

—¿Que haces levantanda Nana? Recuerda que tienes que estar en reposo- dijo la joven al toparsela de frente

—Ay Connie, con todo lo que pasó ayer me di cuenta de que este bebé es fuerte, no le va a suceder nada si empiezo a caminar por la casa, además el doctor dijo que solo serían 3 semanas y ya casi se cumplen

—Ay Nana, terca como solo tu... Por cierto, Deborah se acaba de ir ¡Ya no va a vivir más aquí!- anuncio la joven entusiasmada

Ines no pudo evitar sentirse feliz, eso significaba que por fin esa mujer había aceptado darle el divorcio a Víctoriano

—Ay Connie por dios... ¿Diana y tú papá dónde están?

—Por ellos ni te preocupes eh, que ya no están enojados, ya hasta se fueron los dos a trabajar hace un par de horas

—Tu papá debe traer una resaca espantosa

—Lo debiste haber visto, parece zombie jajaja

—¿Y Cassandra?

—Fue a una entrevista de trabajo

Ines sonrió, por fin todo estaba calmado en la hacienda, solo faltaba que las cosas se arreglaran con su hijo pero sabía que tarde o temprano pasaría, estaba segura de que cuando ella pudiera ir a hablar con el todo se solucionaría, su hijo solo necesitaba escucharla.

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora