capitulo 41

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En una camioneta ya se dirigían Victoriano, Alejandro y Emiliano acompañados de Inés que, a pesar de la insistencia de Víctoriano no desistió de su idea de ir

—Sera mejor que me vaya a la hacienda ya, no he ido en todo el día

—¿Y piensas que yo me quedaré todo el día aquí cuidando a los chamacos? No mujer, estás muy mal

—¿Dónde se metió ese inútil que contrataste?

—Yo que demonios voy a saber- murmuró él hombre

—¿Y si nos traiciono Loreto? ¿Y se arrepintió?

—Ahora que lo dices yo lo noté medio raro...- pensó el hombre- pos espero que no haya sido así porque lo va a pagar muy caro

—Voy a llamar a Víctoriano, si tiene noticias nuevas me las va a decir- dijo la mujer con un gesto de nerviosismo mientras sacaba el teléfono

En la camioneta Víctoriano le daba las indicaciones tal y como las recibio a Emiliano que era quien conducía, cuando su teléfono sonó, al ver de quién se trataba pensó en ignorarlo pero luego desistió de esa idea

—¿Bueno?- respondió nervioso

—Victoriano, quería sabes si tenían alguna noticia de mi hijo- respondio la mujer fingiendo preocupación

—Si, tuvimos una muy importante, ya se donde tienen a mis hijos Débora, no te preocupes mas, ahora debo colgar- dijo sin pensar por la adrenalina del momento

—Vamonos de aquí Loreto- dijo apenas colgando la llamada

—¿Pos que pasó?- pregunto alarmado

—Victoriano lo sabe, el sabe que aquí están los niños, tenemos que irnos ya

—¿Y que vamos a hacer con el niño? ¿Y el dinero que habíamos pedido?

—¡Todo se fue al demonio! ¡Deja a los mocosos aquí y vámonos ya!

—A no, se quedará tu hijo porque yo a la chamaca me la voy a llevar como ya lo había dicho

—Haz lo que te plazca pero largate, lárgate muy lejos

—No ocupabas decirlo ombre, porque eso mismito pensaba hacer

La mujer salió del lugar inmediatamente, tenía que buscar la manera de llegar a la hacienda lo más rápido posible, mientras tanto el hombre se dispuso a tomar algunas de las cosas que habían comprado para el tiempo que tuvieran a los niños ahí, las iba a necesitar para atender a la pequeña el tiempo que la tuviera mientras confirmaba si era verdaderamente hija de Victoriano o era hija de el, después de arreglar todo tomo a la niña en brazos y salió dejando al pequeño solo

Minutos después

—Ahi Emiliano- dijo Victoriano apuntando a una casa- debe ser ahí

El joven detuvo la camioneta frente a la puerta de la misma y sin esperar ni un segundo más todos bajaron

—La puerta está abierta- dijo Alejandro parandose frente a esta- pero aún así hay que tener cuidado, no sabemos de qué se trata esto

Ines ignoro por completo lo que su hijo acaba de decir y sin pensarlo entro a la casa, no le importaba lo que pudiera pasar simplemente quería tener a sus niños con ella

—¡Ines, Ines espera!- gritó Víctoriano llendo tras ella al igual que los muchachos

No había nadie en ese lugar, de eso pudieron darse cuenta todos al ingresar, ver ese lugar vacío y silencioso destruyó por completo cualquier esperanza que quedará viva dentro de Inés

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora