Todos en la hacienda vieron felices bajar a Inés a Víctoriano, el venía cargando al bebé con una mano y con la otra tomaba la de Ines, eso significaba que ya todo se había arreglado entre ellos
—Que bonito verlos así otra vez- dijo Cassandra sonriendo
—Sientense, ya casi van a servir el desayuno
—No Diana gracias, Ines y yo iremos al pueblo, queremos comprar algunas cosas para el cuarto de la bebé y de Angel, desayunaremos en el pueblo
—¡Ay, que lindo! Ya falta poquito para que también conozcamos a ese preciosura- respondió Connie emocionada
—Bueno, nos vamos
Ya en el pueblo Victoriano veía emocionado la ropa para bebé, si por el fuera se hubiera llevado toda pero Ines insistia en que no valía la pena comprar tanta, pues los bebés crecían muy a prisa y seguramente la dejarían muy rápido, sus manos iban llenas entre vestiditos rosas, mamelucos azules, pañaleros de todos colores y su hijo
—Ines, pásame ese, ese que está frente a ti- dijo tratando de apuntar a un vestidito de cuadros azules con blanco
Ines volteo hacia el y vio con gracia como ya no podía sostener ni una prenda más
—Victoriano, mira nada más como llevas al niño, lo vaz a ahogar con tanta ropa, dámelo- riendo mientras lo sostenía ella
—Ahora si- tomando el mismo el vestido- mis hijos van a estar vestidos como príncipes
—Victoriano no olvides comprar algunas cobijitas, esas son las que más vamos a necesitar, mira, aquellas están lindas...
Así transcurrio la mañana, entre ropita, cobijas, carriolas, una cuna para la bebé, un peluchito para Ángel, muebles y pintura para los cuartos de ambos en fin, todo aquello que les parecía tan maravilloso y que creyeron que jamás volverían a experimentar, de vuelta en la casa ambos venían fastidiados de tanto andar por las tiendas
—Dijeron que por la tarde vendrían a entregarnos los muebles- sentandose en la cama mientras Ines se quitaba las botas- dios mío mujer, tienes los pies hinchadisimos
—Lo se, me están matando
—Recuestate un ratito, te voy a dar un masaje para que descanses
Victoriano estuvo un buen rato sobando los pies de Inés, sentía la necesidad de estar con ella y lentamente fue subiendo su mano acariciando suavemente su entre pierna por encima de la ropa, al sentir aquello Ines sintió como su piel se erizaba, Victoriano la miro esperando su aprobación y ella sonrió, también deseaba estar con el
Victoriano la beso, fue un beso largo, cargado de pasión, enseguida Ines se sentó en la cama para deshacerse de su blusa ayudado por Víctoriano quien la desnudo lentamente, estaba encantado con lo que veía, Ines también yo ayudo de desvestirse hasta quedar los dos desnudos, se fundieron en un abrazo quedando tan cerca como el vientre de Inés se los permitía, parecían querer unir ambas pieles para hacerlas una misma, el corazón se les quería salir del pecho y ambos podían sentir el del otro, sus labios se buscaban con cierto magnetismo, exigían ser unidos de nuevo y así lo hicieron hasta que el aire les empezó a faltar, entonces se liberaron y respiraron
—Te amo tanto- murmuró Victoriano cerca del oido de Inés mientras con una mano acariciaba su espalda y con la otra sostenía su muslo
—Yo también te amo- respondió Ines con la respiración agitada
Víctoriano se sentó en el borde de la cama y tomando de la cintura a Inés la sentó sobre su pierna, teniendola de esta manera empezó a colocar besos por todo su cuello y bajando lentamente su mano hasta el medio de sus piernas dónde lentamente separo una para tener total libertad de hacer lo que seguía, empezó a acariciar esa zona tan sensible, Ines cerro los ojos y se dispuso a sentir sus caricias
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𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida)
FanfictionY pase lo que pase dime qué me amarás siempre a mi... •La historia de Inés y Víctoriano siempre ha sido difícil pero jamás se resignaron a estar separados, lo que en su juventud les fue arrebatado ahora les será devuelto porque el amor cuando es rea...