𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida)

Capitulo 34

Por la noche

—Nunca voy a terminar de agradecerle a la vida por tanto- murmuró Ines abrazada a Víctoriano

—mmm?- adormilado- ¿Por qué mi vida?

—Por ti, por las niñas, por Emiliano, por mi angelito, por Victoria, y ahora por Alejandro

—Y por nuestro nieto

—Si también por el- respondió Ines riendo- nos estamos haciendo viejos mi vida

—A mi no me importa hacerme viejo mientras sea contigo mi morenita- dándole un beso en la frente

—En tan pocos días vamos a tener a nuestro hijo aquí Victoriano, me muero por abrazarlo, por decirle que somos sus padres

—Morenita ¿Crees que Alejandro nos acepte?

—Estoy segura mi vida, el es un gran hombre, eso te consta y tiene un corazón muy limpio

En eso estaban cuando la pequeña Victoria comenzó a llorar exigiendo ser alimentada, Victoriano se levantó rápidamente para entregársela a Inés pues no quería que el llanto fuera a despertar a Ángel

—Pasamela- tomando a la bebé en sus brazos- ya mi vida, ya, vaz a despertar a tu hermanito

Ines coloco su seno en la boquita de la pequeña logrando así que se calme, la alimento y acaricio lentamente su cabecita

—No puede ser, no vamos a dormir nada Ines, en dos horas le toca también comer a Angel

—Mi angel no hace ruido, así que dudo mucho que te despierte, así que ya duérmete- riendo

—No, no voy a dejar que cuides a los bebés tu sola

—Y no te quejes de que no vamos a dormir porque cuando los hiciste no pensabas lo mismo Victoriano Santos

—Bueno, bueno, ya no digo nada- acercándose pasa ver a la pequeña- ¿ya? ¿Tan rápido termino de comer?

—Si, ten, te toca sacarle el aire y dormirla- entregándole la pequeña a Víctoriano que rápidamente empezó a darle palmaditas en la espalda...

A la mañana siguiente todos se juntaron para desayunar, ya estaban las muchachas y Emiliano sentados en la mesa cuando bajaron Ines con Ángel en brazos y Victoriano con Victoria

—¿Como les fue anoche?- pregunto riendo Emiliano

—Ni lo preguntes muchacho, no dormí nada

—No fuiste el único papá, el llanto de Vicky se escucho por toda la casa- dijo Connie con gracia

—Ay no sean malas con mi princesa- respondió Ines riendo junto con las muchachas

—En esta casa nunca más se va a poder dormir en paz- respondió Cassandra- y todavía falta que nazca el bebé de Diana ¡Ay no! 

—Y tu vaz a cuidarlo eh Cass- acariciando su barriga

El desayuno se dió entre risas y bromas de los presentes que aseguraban que nunca se hubieran imaginado tener bebés en casa, y es que dentro de poco habría tres, no podian negar que esos bebés eran la alegría de la casa

—nana, a ver préstame a Ángel un ratito, voy a sacarlo al jardín para que le dé el sol un poquito- tomando al pequeño en brazos

—Ay también lleven a Victoria, el pediatra nos dijo que le hacía bien que le dieramos baños de sol

—Yo debo hacer unas llamadas, hoy por la mañana el abogado me dejó un mensaje pidiendo que lo llamara

Victoriano se levantó y le entrego la pequeña a Connie, después se dirigió a su despacho a hacer algunas llamadas, Ines se fue tras el y se sentó frente al escritorio escuchando todo

—Siguen sin localizarla ¿Verdad?- viendo a Víctoriano colgar

—No Inés... Ya localizaron a Deborah- su rostro no mostraba ninguna expresión

—Eso... Eso es bueno ¿No?- respondió Ines comenzando a ponerse nerviosa

—Ines...- tomo aire- Deborah me quiere quitar la patria potestad de Angel

Ines se levantó de golpe del escritorio

—No, eso no, eso no Victoriano, ella no puede quitarnos a Ángel, no puede- comenzando a llorar

—Calmate Ines, no nos lo va a quitar- abrazandola- te lo prometo mi vida

—Pero es que ella es la madre, a ellas siempre les dan preferencia, Victoriano ella no puede cuidarlo, si se lo lleva yo me muero, es mi niño

—No se lo va a llevar, vamos a probar que ella lo abandonó, que no es apta para cuidarlo, todo va a estar bien mi vida, ahora mismo iré a ver al abogado para que me diga que podemos hacer ¿Si?

—No dejes que nos lo quiten por favor- secándose las lágrimas

—No lo va a hacer- besando su frente- no puedo dejar que ella se quede con mi hijo, nos vemos en la tarde

Después de ver salir a Víctoriano Ines se quedó en el despacho unos minutos más para secarse las lágrimas y pensar con claridad, cuando por fin se sintió bien salió rápido al jardín donde encontró a Diana, Connie y Cassandra con los bebés, se acercó lentamente a Ángel quien observaba todo con sus grandes ojos recostado en su portabebé mientras las muchachas observaban a Cassandra meser a Victoria en brazos

—mi chiquito- dijo Ines tomándolo en brazos- y mi chiquita también- acercándose a Victoria

Ines se sentó en la banca junto a las Santos y pudo observar entonces la gran diferencia que había entre su hija y Angel, el pequeño tenía el cabello rubio, ojos verdes al igual que Victoriano y un comportamiento tranquilo, en cambio Victoria tenía el cabello color azabache,  los ojos color avellana y lloraba muchísimo, ambos eran suyos aunque solo hubiera parido a Victoria, a ambos los amaba con toda su alma

—Nana ¿como te sientes al saber que Alejandro llega en tan pocos días?- pregunto Connie interrumpiendo así sus pensamientos

—Emocionada, feliz, como seguramente Diana también lo está ¿Verdad mi niña?

—Si nana- respondió Diana- no puedo aguantar más sin ver a Alejandro, lo extraño demasiado

—Nana, te noto preocupada ¿Pasa algo?- pregunto Cassandra mesiendo aun en brazos a Víctoria

—No mi vida, nada, estoy bien es solo que nunca habiera creído que en mi corazón hubiera tantas personas...